15. EL ENSAYO
El género que hoy se conoce con el nombre de ensayo es una modalidad literaria realizada en prosa a medio camino entre la producción artística y el tratado científico. Hoy el ensayo sirve para analizar aquellos aspectos y problemas que la sociedad tiene y ofrecer una reflexión sobre los mismos. Es un género muy ligado a las circunstancias de un momento histórico, y por tanto, acusa los cambios y alteraciones de cada época.
Se trata de un escrito en el que el autor presenta, a ser posible con originalidad, un tema cualquiera, destinado a lectores no especializados. Puede ser muy breve, o constar de varias páginas. Cualquier tema puede ser objeto de un ensayo. El tono adoptado puede ser serio, pero también humorístico y hasta satírico. Sus canales ordinarios de difusión son la prensa y el libro.
El término procede de la obra de Montaigne, llamada Essais, publicada en 1580. Con el término “Essais” quería decir que su libro exponía experiencias. Eran, efectivamente, 94 capítulos en que el autor trataba de sí mismo, de sus puntos de vista personales ante temas variadísimos: la amistad, los libros, la naturaleza humana.
Este nuevo género fue imitado por el inglés Francis Bacon, cuyos ensayos aparecieron en 1587. No tardó en difundirse por toda Europa. En España, el término ensayo, en esa acepción es muy tardío, pero el género quedó instaurado con las obras de fray Benito Jerónimo Feijoo (1676-1764). El ensayismo cobra fuerza en el s. XIX con nombres como Larra, Clarín… pero será la Generación del 98 la que dé un nuevo giro al género. Unamuno lleva sus dudas y paradojas; Ortega su agudeza literaria.
CARACTERÍSTICAS DEL ENSAYO
Lo primero que podríamos destacar es la brevedad.
El ensayo no pretende abordar un tema exhaustivamente ni tratarlo desde todos los puntos de vista posibles, sino que pretende realizar una reflexión libre y más o menos sintética sobre algún aspecto del tema escogido. La extensión puede ser variable: desde un artículo periodístico de fondo hasta un libro.
La variedad temática es, sin duda, otro de los rasgos más definitorios del ensayo. El contenido del ensayo puede ser amplísimo, aunque sí es cierto que, al ser un género cuya finalidad es crear debate y provocar la reflexión, las ciencias humanísticas (la Filosofía, el Arte, la Literatura…) y las ciencias sociales (la Sociología, la Economía, la Política, la Historia, la Geografía Humana) suelen ser las materias preferidas en estos escritos.
Se trata de un género híbrido en el que se desarrolla el análisis de datos, hechos e informaciones objetivas, todos tratados de un modo personal desde una perspectiva subjetiva. La combinación de objetivismo y subjetivismo es una de las características más destacadas. El ensayista expone y argumenta de un modo personal.
El autor expondrá sus opiniones, juicios y valoraciones sobre el tema elegido con total libertad reflexiva.
Esta libertad afectará también a la organización del texto.
El ensayo no está sujeto a unas normas rígidas preconcebidas de estructuración de la información. Sí es cierto que abundan las estructuras deductiva y circular, aunque otras modelos estructurales dependerán del gusto o de la forma que mejor se adapte al asunto tratado y al efecto persuasivo que se persiga.
La voluntad de estilo es la característica que le ha valido al ensayo su frecuente adscripción al género literario (género literario de carácter didáctico). Quienes lo cultivan suelen prestar una especial atención a la forma y buscan un estilo atractivo que capte el interés del receptor. Los textos ensayísticos presentan un lenguaje culto y elaborado, y en la búsqueda de un estilo personal el autor hará uso de los recursos que más le convengan: el humor, la ironía, las figuras retóricas (metáfora, símil) las interrogaciones retóricas, la apelación al lector, las citas, los refranes, el léxico connotativo, etc.
El ensayo se apoya básicamente en dos modos de discurso: la argumentación y la exposición.
De todas formas no renuncia a otras formas expresivas como el diálogo, la descripción o la narración.
RASGOS LINGÜÍSTICOS
El ensayo se caracteriza por los siguientes rasgos lingüísticos:
- Junto a la función representativa (exposición de un tema), en el ensayo predomina una triple intención: persuasiva (se busca convencer al lector de un determinado punto de vista y provocar su reflexión o el cambio de sus ideas sobre el tema tratado); expresiva (el punto de vista es subjetivo, fruto de una interpretación personal) y estética (en el desarrollo del tema subyace una voluntad de estilo, de ahí que se le considere un género literario). En efecto, las referencias al lector son frecuentes en este tipo de textos (uso de la función apelativa del lenguaje)
- Tono confidencial (el autor opta por un acercamiento al lector; huye del distanciamiento afectivo característico de los textos científicos y jurídico-administrativos). Asimismo para captar la atención del lector, el autor puede introducir elementos sorprendentes o inesperados
- Presencia de figuras literarias (símil, metáfora, ironía…) // Léxico connotativo // 1ª persona gramatical // predominio de estructuras oracionales complejas
CONCLUSIÓN
Finalmente habría que señalar la dificultad para realizar una tipología del ensayo, por su gran variedad. Así, podríamos clasificarlos desde el punto de vista temático: ensayos científicos, artísticos, filosóficos, literarios, etc.; o según el criterio del público al que van dirigido (ensayo divulgativo y ensayo especializado).
En los últimos años es frecuente usar el término “ensayo periodístico”, lo que evidencia las relaciones de este género con la prensa. Hoy día las páginas de nuestros diarios se han convertido en verdaderos espacios de reflexión sobre multitud de temas, muchos de ellos de actualidad, motivados por las noticias. Pese a ello los grandes temas que siempre interesaron al ser humano (el amor, la muerte, el sentido de la vida, la religión, etc.) siguen haciendo pensar a escritores y lectores, ocupando un destacable espacio en la historia del género ensayístico.