TEMA 6. LAS VANGUARDIAS: TENDENCIAS Y CarácterÍSTICAS. RAMÓN GÓMEZ DE LA SERNA.
El término vanguardias surge en Francia durante los años de la Primera Guerra [1914-1917]. Su origen está precisamente en el vocablo francés avant-garde, término de origen militar y político, que venía a reflejar el espíritu de lucha, de combate y de confrontación que el nuevo arte del siglo opónía frente al llamado arte decimonónico o académico.
Se denominan vanguardias los movimientos artísticos que se desarrollaron en esa época con voluntad de rebeldía frente a la concepción del arte basada en la imitación de la realidad1.
Desde el principio, el arte vanguardista adquiere una impronta provocadora contra lo antiguo, lo naturalista o lo que se relacionara con el arte burgués. No será causalidad que todas las primeras manifestaciones de estos vanguardismos estén repletos de actos y gestos de impacto social, como expresión de un profundo rechazo a la llamada cultura burguesa. La Primera Guerra, como expresión del afán imperialista y del profundo fracaso de esa burguésía por conseguir la paz, será el período en que, junto a actitudes diversas de rechazo a la guerra, afloren todas estas manifestaciones artísticas extraordinarias con una versatilidad y agilidad desconocidas hasta entonces. Los llamados ismos se sucederán uno tras otro.
No es ninguna casualidad que el surgimiento de los vanguardismos artísticos y literarios esté relacionado íntimamente con el periodo de mayor intensidad social, ideológica, en definitiva histórica, del Siglo XX: el periodo que va desde la Primera guerra del 14 con la radicalización de la sociedad entorno a dos nuevas ideologías: comunismo y fascismo hasta el inicio de la Segunda en 1939. En esos 20 años cuajan las experiencias del nuevo arte: unas pasarán rápidamente, otras quedarán incorporadas al arte para siempre, pero la revolución de las formas y de los contenidos se producirá, sin duda, a partir de aquellas vanguardias. Las convulsiones de la época activan la militancia de la intelectualidad, cuyas posturas sirven de soporte cultural a las nuevas ideologías a través de manifiestos que fundan las diversas vanguardias.
España, aunque neutral en la Gran Guerra, sufre las convulsiones de la época: crisis de la guerra de Marruecos, aumento de conflictividad social y de las exigencias nacionalistas y colapso económico. De esta forma aumenta el descrédito de la Restauración que provoca en 1932 el Golpe de Estado de Miguel Primo de Rivera y la instauración de una dictadura.
Pese a su variedad, los ismos comparten unos rasgos comunes:
– Oposición a las manifestaciones artísticas y culturales anteriores2
– Rechazo de la imitación de la realidad (antirrealismo) creatividad y originalidad por encima de todo3
– Rechazo del sentimentalismo y la subjetividad a favor del vitalismo y del juego.
– Afán de originalidad, experimentación estética4
– Voluntad de renovación y experimentación artística que lleva a la irracionalidad, elitismo, rebeldía, provocación, e intención lúdica (arte autosuficiente).
Las vanguardias europeas.
Los movimientos de vanguardia se sucedieron con gran rapidez, aunque tuvieron desigual trascendencia.
Futurismo
Filippo Tommaso Marinetti fundador del primer movimiento de vanguardia. Su Manifiesto futurista (1909) propugna un rechazo radical del pasado, la atracción por las máquinas de reciente creación, el antisentimentalismo y la apología de la violencia. La nueva expresividad la consigue el Futurismo mediante la destrucción de la sintaxis, la omisión de los signos de puntuación (sustituidos por los matemáticos) y la eliminación de imágenes convencionales.
El Cubismo rompe con la perspectiva tradicional, yuxtaponiendo planos representando las figuras con formas geométricas. En literatura usa técnicas propias de la pintura como superposición de planos y diferentes tipografías. Destacan los Caligramas de Apollinaire y las obras pictóricas de Picasso, George Braque o Juan Gris.
El expresionismo:
como el Cubismo se desarrolló vinculado a la pintura. Surgíó en los países germánicos en 1905. Los temas se refieren a la angustia, el miedo la opresión, el mundo moderno masificado e inhumano. Se caracteriza por el uso de imágenes intensas y violentas, la deformación de personajes y situaciones y la insistencia en el poder de lo irracional.
El dadaísmo, fundado en 1916 por Tristán Tzara, cuestiónó de forma radical los valores tradicionales establecidos, atacando los principios de la razón. Se caracteriza por la burla constante y el desprecio de todo lo aceptado tradicionalmente; su Nihilismo, que los llevó a negarse a sí mismos; la búsqueda de la espontaneidad y la improvisación. Los artistas dadá se opusieron a cualquier convencíón y reclamaron para el arte la destrucción de las normas, la incoherencia y el valor de la intuición y el inconsciente..
El Surrealismo puede dar sentido por sí solo al movimiento vanguardista. La capacidad imaginativa y la sugerencia de sus construcciones mentales significaron, sin duda, una verdadera revolución en el arte posterior (de hecho es la única vanguardia que pervive). El Surrealismo estuvo influido en sus orígenes por el Dadaísmo. Pero si el dadá es un arte que propugna destruir, provocar el caos y aniquilar, el Surrealismo construye de veras una concepción del arte y de la vida. Freud y sus teorías sobre el psicoanálisis ejercen una influencia decisiva en el movimiento. Sus teorías acerca del mundo autónomo de los sueños, de la capacidad automática de la psiquis, del profundo y oscuro mundo interior de la mente -el subconsciente o inconsciente- aparecen como reveladoras de una nueva naturaleza del arte humano. André Bretón comienza a estudiar al psicoanalista vienés, desarrollará un amplio caudal de conocimientos sobre dichas teorías. En 1924 publicó el primer manifiesto surrealista. El movimiento pretende que el mundo interior aflore, sin intervención de la razón, ajeno a toda preocupación estética o moral5.
Escritores surrealistas son Paúl Éluard, Louis Aragón, Apollinaire o André Bretón. Contó también con pintores como Dalí o Picasso, cineastas como Luis Buñuel y fotógrafos como Man Ray.
El Surrealismo pretendía ser un movimiento de transformación vital, personal y social, sin limitarse al ámbito artístico. Para buscar un lenguaje en libertad, los surrealistas emplearon diversas técnicas: escritura automática (escribir sin premeditación) y cadáveres exquisitos (técnica gráfica o escrita que consiste en unir frases, palabras o imágenes de diferentes personas sin conocer lo escrito anterior).
Las vanguardias en España
En el nacimiento y evolución de las vanguardias españolas hay que recordar el afán europeísta de la generación intelectual del 14 y la labor de algunos escritores, entre los que destaca Ramón Gómez de la Serna y su revista Prometeo. Precursores de las vanguardias son también Guillermo de Torre y Ortega y Gasset.
Las vanguardias hispánicas siguen a las europeas, pero aportan ciertas particularidades: conciencia artística plena y actitud menos radical y doctrinaria; recogen lo más valioso y peculiar de cada una de ellas y no reniegan del pasado ni de sus aportaciones artísticas, es decir, conjugan vanguardia y tradición.
El ultraísmo pretende crear una poética nueva, buscando nuevas interpretaciones, situaciones y objetos cotidianos. Fue un movimiento de breve vida debido a sus rasgos muy poco definidos: incorpora elementos de otros ismos, principalmente del dadaísmo, Futurismo y Cubismo. Rechazan lo sentimental y lo lógico y al estilo del Cubismo presentan imágenes yuxtapuestas y fragmentarias.
El creacionismo se asentó en la literatura hispánica a través de la obra de Vicente Huidobro, Gerardo Diego o Juan Larrea. Huidobro concibió el creacionismo como un arte lírico nuevo que aboga por la creación de la realidad y no por su imitación; el poeta crea la realidad como haría Dios e inventan imágenes y palabras y, por consiguiente, en sus obras (Poemas árticos, Ciudadano del olvido y, especialmente Altazor) exhibe una inusual creatividad y una gran capacidad para la invención de nuevas imágenes.
Ramón Gómez de la Serna (1888-1963) es el principal teórico e impulsor de las vanguardias en España el verdadero animador de la cultura vanguardista española. En su revista Prometeo y en sus tertulias del café de Pombo defiende las nuevas tendencias europeas, rompe con todas las convenciones gracias a su originalísima obra que configuró su propio ismo, el ramonismo, definido como la forma de entender y crear literatura que transciende los géneros y cuyas carácterísticas son: visión fragmentaria de la realidad, cosificación y humanización, asociaciones insólitas y visión de la realidad desde un prisma personal y humorísticos como consecuencia de identificar arte y juego.
Su ingente obra supone una renovación de todos los géneros literarios: teatro (Los medios seres y La corona de Hierro), novela (variedad de temas y nuevas técnicas: El incongruente, El doctor inverosímil o El novelista), ramonismo (acumula anécdotas y datos curiosos: El alba, El circo, Gollerías y El Rastro) y biografías (mezcla datos históricos con otros inventados. Destaca su autobiografía, Automoribundia).
Sin duda, su creación más alabada son las greguerías6, textos breves, en los que partiendo de objetos o circunstancias cotidianas se ofrecen asociaciones que no responden a la lógica de la realidad y que producen un efecto de sorpresa.
Ramón reinterpreta la realidad cotidiana a través de asociaciones de imágenes líricas, metáforas ingeniosas y humoristas, buscando la sorpresa del lector. Este impacto se busca con diversas técnicas: uso de recursos literarios clásicos (metáfora, símil, hipérbole,…); uso frecuente de paronomasia (uso de vocablos semejantes por significante, pero distintos por significado: Un tumulto es un bulto que le suele salir a las multitudes») reinterpretación humorística y original de refranes, juegos de palabras En la vida se pierden hasta los imperdibles o metonimias Las moscas son los únicos animales que leen los periódicos