El desarrollo del teatro se encuentra guiado por los condicionamientos sociales. Al público burgués, la mayoría de los espectadores, no le interesaban los problemas sociales o ideológicos ni las aventuras formales. Los autores que no cumplieran sus requisitos quedaban marginados de cara a la representación. Es un teatro inmovilista cuya creación presenta grandes limitaciones. El teatro de la primera mitad del siglo XIX fue evolucionado a partir del drama ROMántico hasta alcanzar unas formas más equilibradas y reflexivas, dando lugar a la alta comedia, fórmula teatral que se desarrollaría durante la segunda mitad del Siglo XIX. Sus carácterísticas serán similares a la novela realista (ambientación contemporánea, finalidad educativa…), pero también mantendrá algunos elementos del Romanticismo (presencia del verso). Los máximos representantes serán Adelardo López de Ayala (Consuelo) y Manuel Tamayo y Baus (Un drama nuevo). Esta fase en el teatro equilibrado se verá interrumpida para dar paso al neorromanticismo de José Echegaray, volviendo entonces al drama ROMántico. Los estrenos de Realidad, Benito Pérez Galdós, El nido ajeno, Jacinto Benavente, y Juan José, de Joaquín Dicenta hicieron introducir un teatro parecido al del Naturalismo europeo en el que los conflictos serán uno de sus principales temas. Será Benavente quien saque adelante este nuevo teatro adaptándolo a las exigencias del público. El teatro de principios del Siglo XX se divide en varias etapas:
—
La comedia benaventina
En la que destaca la trayectoria teatral de Jacinto Benavente, ejemplo de las limitaciones del teatro español. Tras el fracaso de El nido ajeno escribe su primer gran éxito, La comida de las fieras. Sus tramas presentan problemas poco conflictivos y su obra incluye comedias burguesas (Rosas de otoño) y dramas rurales (La malquerida
).—
La comedia costumbrista
En la que destacan los sainetes. Los autores más exitosos de esta comedia son Carlos Arniches (El Santo de la Isidra) y los hermanos Serafín y Joaquín Álvarez Quintero, escritores de sainetes ambientados en una Andalucía irreal (El patio).—
El teatro poético
Es un teatro en verso cultivado por Eduardo Martina (En Flandes se ha puesto el sol) o por los hermanos Machado (La Lola se va a los puertos).—
Os intentos renovadores de la Generación del 98:
Junto con algunas obras de Unamuno (Freda, El otro) o Azorín (Angelita, Lo invisible), destaca Jacinto Grau (El señor de Pigmalión).
La obra teatral de Valle-Inclán: Aunque Valle pertenece a la Generación del 98, su evolución ideológica no tiene nada que ver con la de los noventayochistas, ya que este fue mucho más radical que ellos en sus críticas. Su amplia búsqueda artística le llevó a crear un género personal: el esperpento. En su evolución se destacan tres fases:—
Ciclo mítico (mundo galaico): Destacan las Comedias bárbaras, una trilogía formada por Ágüila de blasón, Romance de lobos y la tardía Cara de plata. En ellas los personajes se guían por instintos y pasiones. Esta fase terminará con la obra de Divinas palabras.—
Ciclo de la farsa (espacio dieciochesco): Los personajes pasan a ser marionetas ridículas como en ‘‘Farsa italiana de la enamorada del rey’’, ‘‘Farsa infantil de la cabeza del dragón’’ y ‘‘Farsa y licencia de la Reina Castiza’’.—
Ciclo esperpéntico (1920): Es la fase en la que se recogen todas las líneas anteriores dando lugar al esperpento, el cual está basado en la deformación sistemática de personajes y valores. Se usan contrastes entre lo doloroso y lo grotesco y entre lo trágico y lo cómico, se utiliza un lenguaje muy rico y acotaciones, y hay numerosos personajes y continuos cambios de espacio y tiempo entre las escenas. Destacan ‘‘Luces de bohemia’’ (obra maestra de Valle estructurada en 15 escenas en la que participan más de 50 personajes, de los cuales dos de ellos son los protagonistas), ‘‘Mitos de carnaval’’, ‘‘La hija del Capitán’’.
El teatro en la Generación del 27: Los autores del 27 intentaron crear un nuevo público acercando el teatro al pueblo, autores como Alejandro Casona, seudónimo de Alejandro Rodríguez, cuya obra que le lleva a la fama es Nuestra Natacha, y Max Aub, autor de una valiosa producción teatral con obras vanguardistas y antirrealistas como Espejo de avaricia y una obra centrada en los horrores de las guerras, San Juan. También presente en el teatro de la Genreación del 27, Federico García Lorca y su teatro lorquiano, el cual es poético debido a la raíz poética de la que nacen sus argumentos y su lenguaje, y su tema principal es el deseo de libertad que dará lugar a enfrentamientos entre los partidarios de la libertad y la autoridad. Su teatro se va a dividir en:
—
Las farsas
Destacan farsas de guiñol como Tragicomedia de Don Cristóbal y la Señá Rosita ó Retablillo de Don Cristóbal, en las que en ambas el tema es un matrimonio de interés.
—
El teatro lírico
‘‘Mariana Pineda’’ significará el primer acercamiento al drama lírico.-
El teatro surrealista y comprometido: Las obras ‘‘El público’’ y ‘‘Así que pasen cinco años’’ confirmarán el giro del teatro hacía el Surrealismo.
Las dramas rurales
Las obras más importantes de Lorca forman la trilogía rural:
Bodas de sangre(1932), Yerma(1934) y La casa de Bernarda Alba(1936). Todas ellas con rasgas comunes como un desenlace trágico y una mujer como protagonista.