Beatus Ille: Un Viaje a Través de la Memoria y el Misterio
La Memoria como Eje Vertebrador
Toda la novela se sustenta en la memoria de los personajes. A través de lo que cada uno de ellos va contando, que no son más que sus recuerdos, se van presentando ante nuestros ojos los sucesos acaecidos a lo largo de todos estos años: el triángulo amoroso, la guerra civil, la historia de la familia… Se recupera el pasado de una forma literaria, histórica, cultural e incluso personal.
Es Minaya el encargado de recopilar toda la memoria histórica y sentimental, oculta en la casa de Manuel y en Mágina. Examina la casa de Manuel, las fotografías, los manuscritos que va encontrando, los recuerdos de Manuel, los comentarios de Medina, el aislamiento de doña Elvira, la especial actitud de Utrera, servil con doña Elvira pero atrevida en una de las escenas finales con el propio Minaya.
Manuel ha convertido parte de su casa en un museo a la memoria: fotografías, habitación nupcial, vestido de boda de Mariana. Incluso la visita de su sobrino Minaya le va a permitir evocar de nuevo todo ese pasado.
La Guerra Civil como Contexto Histórico
La guerra civil y su inmediata posguerra constituyen uno de los ejes temporales de la novela. Los bandos en la guerra, las ejecuciones, la pobreza, la postura ante la propia guerra (recordemos a Justo Solana, que ya había estado en la guerra de Cuba), la muerte injusta de algunos de los personajes de la novela, el hambre, el estraperlo, el miedo a hablar…
«La guerra civil y la derrota de los mejores eran los temas explícitos de este libro. Su propósito era recuperar un pasado que el franquismo había negado a las generaciones posteriores a la contienda y el núcleo de la trama patentiza, de modo casi autobiográfico…»
La Metaliteratura como Recurso Narrativo
El tratamiento de la novela dentro de la novela es ya habitual en la narrativa moderna. Toda la novela es la búsqueda de un libro inexistente: «Pero ese libro que usted buscó y ha creído encontrar no fue escrito nunca, o lo ha escrito usted, desde que vino a Mágina, desde aquella noche en que Inés le oyó preguntar por Jacinto Solana hasta esta misma tarde» (p. 306).
Las alusiones literarias son constantes:
- Cada una de las citas que encabeza las tres partes del libro.
- Solana le dice a Manuel que ha empezado a escribir un libro «en la cárcel, como Cervantes» (p. 143).
- La dificultad de escribir está presente a lo largo de toda la novela, especialmente en el personaje de Solana: «¿Conoce usted la imposibilidad de escribir?» (p. 306).
- Para escribir bien, dirá Orlando, hay que haber descendido a los infiernos (p. 218).
- Justo Solana se lleva a su refugio un libro heredado de su padre, Rosa María o la Flor de los amores (p. 148). Hay aquí un paralelismo con una experiencia de infancia de Muñoz Molina.
La Imaginación como Motor de la Trama
Antonio Muñoz Molina señala en La verdad de la ficción: «No basta ver, porque con frecuencia sólo vemos lo que dicta la imaginación». Hay seducción por Mágina, el lugar de la fabulación, posiblemente la ciudad natal de Muñoz Molina. Minaya y Solana son las dos miradas fabuladoras; Mariana e Inés, las cómplices de la fabulación.
La Identidad como Enigma
La verdadera identidad de cada personaje es un misterio que Minaya y nosotros, los lectores, tenemos que desentrañar. Hay un detallado juego de ocultaciones, máscaras, teatralidad y conversiones en «otros»: Minaya habla con su tío de la vida de Madrid como si fuera otro; las pistas que nos van a conducir a Solana están dispuestas como si de un juego del escondite se tratara. Toda la novela acaba siendo un laberinto previamente diseñado por Solana, que vive oculto desde 1947 a 1969.
Toda la trama de ocultaciones avalan el género policíaco de la novela. Solana actúa, en algunos momentos, como un auténtico investigador, aunque él no se sabe guiado: «No me mire así, no piense que durante todo este tiempo me he estado burlando de su inocencia y de su voluntad de saber. Yo he inventado el juego, pero usted ha sido mi cómplice. Era usted quien exigía un crimen que se pareciera a los de la literatura…» (p. 309).
El Deseo como Fuerza Motriz
Mariana e Inés representan este tema. Ambas van a guiar a los personajes masculinos. La idealización de la belleza de Mariana se produce desde el primer momento de su aparición: la recuerda Solana posando para Orlando, este mismo anima a su amigo Jacinto al acercamiento hacia Mariana.
Inés y su relación con Solana, llamativa por su diferencia de edad. Inés y su relación con Minaya, creándose un nuevo triángulo amoroso. Otro triángulo amoroso aparece en la novela: Beatriz, Ernesto y Solana.
La Muerte como Desenlace Inevitable
El asesinato de Mariana, y con él el comienzo de la lenta muerte de Manuel; la ejecución de Justo Solana y la tristeza y culpabilidad que la misma provoca en Jacinto Solana; la cruel muerte de Víctor Vega causada por la locura de la guerra; la muerte de Beatriz y sus amigos, una muerte por una causa que, a esas alturas, ya estaba perdida.
Personajes Principales
Jacinto Solana
Narrador omnisciente, a veces, y otras en primera persona. Nace en 1904. Su amistad con Manuel comienza en 1912, cuando iban a la escuela. Era listo, un gran lector. A los 11 años su padre quiere sacarlo de la escuela, pero el maestro lo impide. En 1925 se va a Madrid, en 1933 se enamora de Mariana y en febrero de 1936 la presenta a su amigo Manuel. El 15 de mayo de 1937 abandona Madrid y a su mujer Beatriz, sin dar explicaciones, para asistir en Mágina a la boda de Manuel y Mariana, el 21 de mayo. Tras la muerte de Mariana, asesinada el 22 de mayo de 1937, se va a Madrid (escribe en la revista Hora de España, abandona el Ministerio de Propaganda, ingresa en el Ejército Popular, es herido en la batalla del Ebro… Detenido en 1939 y preso hasta enero de 1947).
Al salir de prisión, lo espera su mujer Beatriz, pero él regresa a Mágina y Manuel le ofrece su casa, en ella permanece hasta abril de 1947, momento en que se refugia en «La isla de Cuba». Unos días después, la policía obliga a Manuel a reconocer su cadáver. No reaparecerá hasta el entierro de Manuel en abril de 1969. Minaya lo descubre, lo sigue y conoce entonces su auténtica identidad.
Solana no está visto de la misma manera por los distintos personajes: para Manuel es su mejor amigo, su maestro, su hermano; para doña Elvira es un embustero y un traidor.
Minaya
Nace en 1943. Su primer recuerdo de la casa de su tío Manuel data de 1951 cuando acompaña a sus padres antes de la marcha a Madrid de toda la familia (su abuela Cristina fue desheredada por su bisabuela y él no tiene parte en la casa). Dieciocho años después, en enero de 1969, José Manuel Luque, compañero de Minaya, le habla de Jacinto Solana, escritor y amigo de su tío Manuel.
Llega a Mágina, invitado por Manuel, movido por la necesidad de refugiarse de la represión policial que había sufrido. Allí comienza la investigación (las fotografías de Solana, Mariana y Orlando; sus conversaciones con Manuel, con Utrera, con doña Elvira, con Medina… El viaje a «La isla de Cuba» y sus conversaciones con Frasco; los hallazgos de textos escritos por Solana; su misteriosa y fascinante relación con Inés; su descubrimiento de Solana y la noticia de que es el heredero de Manuel. Su marcha a Madrid con Inés tras el entierro de Manuel, abril de 1969.
Inés
Envuelta siempre en el misterio. Muchacha joven y hermosa, que trabaja en casa de Manuel y vive en una casa en la plaza de San Lorenzo con su tío enfermo. Solana le cuenta a Minaya su origen.
Mariana
Es una mujer casada con Don Manuel, que es amante de Jacinto Solana. Es una bellísima mujer, que muere asesinada porque a la madre de su marido no le acababa de agradar.
Don Manuel
Es el tío de Minaya, quien le mantiene mientras él lleva a cabo su trabajo sobre Jacinto Solana, quién fue su mejor amigo. Está enfermo del corazón, y proviene de una de las familias más ricas. Su madre, Doña Elvira, no le gusta que esté casado con Mariana, así que manda asesinarla.
Doña Elvira
Es la madre de Don Manuel; rica y noble, y se las ingenia para que alguien asesine a su nuera, ya que no le cae bien, y sabe la relación entre ella y Jacinto Solana.
Utrera
Es escultor y es el encargado de matar a Mariana, ya que Doña Elvira le paga una gran cantidad de dinero por hacerlo. Una noche, en el pajar cumple con su deber y la mata.