EL RealismoEl Realismo es un movimiento literario que empieza a desarrollarse a mediados del Siglo XIX por toda Europa y que en España no triunfa hasta la década de los 70, debido a que es un movimiento que surge paralelo al desarrollo industrial y este se producirá con unas décadas de retraso en nuestro país.

Es un movimiento que rechaza el subjetivismo, la pasión, el sentimiento y la estética ROMántica. Como consecuencia de la transformación que la revolución industrial ha producido en la forma de vivir de los ciudadanos europeos, y en la forma de pensar, debido a corrientes como el positivismo o el determinismo, el arte de este periodo tiene como objetivo y carácterística principal la observación minuciosa y precisa de la realidad contemporánea.

 Hacia 1870 surge en la ciudad francesa de Medan un grupo de autores con una nueva estética, inspirados en las teorías deterministas, el Naturalismo, movimiento ubicado dentro del Realismo que pretende explicar las causas del comportamiento humano como resultado de la genética o del medio social que determinaal individuo. En España, muy católica por entonces, el Naturalismo tuvo poca repercusión.

El género preferente del Realismo fue la narrativa, cuentos y novelas que alcanzaron gran repercusión gracias al aumento de la burguésía y la incipiente clase media que consumían la literatura como un producto más, distintivo de su grupo social; y a la difusión de la literatura por entregas.

Carácterísticas de la narrativa realista:

 Cecilia Böhl de Faber, conocida con el pseudónimo de Fernán Caballero, hija de madre española y padre alemán (el conocido escritor Nícolás Böhl de Faber) es una autora de transición entre el Romanticismo y el Realismo. Sus narraciones cuentan argumentos ROMánticos pero la ambientación refleja las costumbres de la sociedad andaluza de la época. Su novela
 La gaviota se considera la primera novela realista española.

 Pedro Antonio de Alarcón, otro autor de transición, sus cuentos y novelas tratan asuntos ROMánticos pero reflejan la época contemporánea. Liberal en sus inicios, evoluciónó hacia posturas más conservadoras. Sus obras más conocidas: El escándalo, El niño de la bola, El clavo y El sombrero de tres picos.

 José Mª de Pereda, escritor santanderino, máximo representante del regionalismo. Sus obras se caracterizan por sus abundantes y pesadas descripciones. Sotilezay Peñas arribas.

 Juan Valera, noble cordobés, escritor, académico y diplomático, no quiso defender en sus novelas ningún valor moral o social y afirmó que el objetivo de la novela era ser bonita. Sus narraciones tratan, en general, de asuntos amorosos e idealizados que solo tienen de realistas el reflejo de su época. Entre ellas destacan Pepita Jiménez, Juanita la larga y Doña Luz.

 Benito Pérez Galdós, escritor y periodista canario de nacimiento y madrileño de adopción y sentimiento, es el más fecundo de los escritores de este periodo y el más conocido. Para él la ficción debe ofrecer una imagen de la vida y reproducir el ambiente espiritual y físico de la España de su tiempo. En su primera época escribíó novelas de tesis en las que atacaba el fanatismo religioso principalmente; los personajes están hechos para mostrar las bondades o maldades de lo que el autor quiere defender o atacar, por ejemplo Doña Perfecta. El Galdós más carácterístico es el de las novelas contemporáneas, localizadas en su mayoría en Madrid, reflejan la sociedad cambiante del momento y aparecen en ellas todas las clases sociales, son novelas que se ajustan más a los objetivos del Realismo como Tormento, Miau o Fortunata y Jacinta. En su última etapa predominan las novelas espirituales y simbólicas como Nazarín y Misericordia, que revelan preocupaciones distintas en Galdós. Mención aparte merecen Los Episodios Nacionales, 46 novelas históricas con las que pretendía ofrecer un relato histórico pero novelado del Siglo XIX para entender mejor la realidad presente. Galdós es un artista en la reproducción del habla de sus personajes de distintas y variadas clases sociales, así como fiel a sus personajes que aparecen y reaparecen en sus novelas creando así un entramado de realidad.

 Emilia Pardo Bazán, noble condesa gallega, mujer de vasta cultura, es, junto con Clarín, la mejor escritora de este momento. Autora de cuentos y novelas en los que muestra predilección por la sórdida vida rural de Galicia (Los pazos de Ulloa) o por la condición de la mujer en el XIX (Insolación), es también autora de artículos y ensayos en los que trató de conciliar el estilo naturalista con las doctrinas cristianas (La cuestión palpitante)

 Leopoldo Alas, escritor y periodista que firmaba con el pseudónimo de Clarín, ha pasado a la historia de la literatura por sus magníficos cuentos (Pipá, Adiós Cordera, El dúo de la tos, Doña Berta,…) y por ser el autor de una de las novelas europeas más importantes del Realismo, La Regenta, que trata el tema del adulterio femenino a la vez que refleja la degradación de la clase burguesa, ambientada en su ciudad de adopción, Oviedo, nombrada en el libro como Vetusta. 

 Armando Palacios Valdés, asturiano y amigo de Clarín, de estilo limpio y equilibrado, reflejó tanto el folclorismo andaluz (La hermana San Sulpicio) como satirizó la alta sociedad madrileña o evocó el encanto de su valle natal en La aldea perdida.

 La lírica, a excepción de los ROMánticos tardíos Bécquer y Rosalía, fue pobre, escasa y prosaica. Destacaron en la época autores como Núñez de Arce o Campoamor, muy alejados de los gustos actuales.

 En cuanto al teatro, triunfaron dos tendencias. Por un lado el drama o melodrama continuador de la temática y argumentos ROMánticos (amores apasionados y desgraciados) pero ambientados en la época contemporánea; el máximo representante fue Echegaray, primer escritor español que recibíó el Nobel. Por otro lado, el teatro cómico y costumbrista, conocido como teatro chico, donde destacaron géneros como el sainete o la zarzuela, y que seguirá cultivándose hasta mediados de Siglo XX con gran éxito.