Tragicomedia:
La tragicomedia no tiene que ver con una combinación de lo trágico y lo cómico. Se le nombró así desde la Celestina ante la imposibilidad de ubicar a este tipo de obras dentro de los dos grandes géneros conocidos no porque fuera una mescolanza de ambos. La tragicomedia principalmente va a mostrar la trayectoria del héroe tragicómico, que tiene un objetivo que perseguir y de cómo éste lo consigue o no pasando por una serie de obstáculos para llegar a su fin. Si los obstáculos se presentan como positivos, es decir que parece que lo acercan cada vez más a su objetivo, que más que obstáculos son como pruebas superadas, el final será negativo; si los obstáculos son negativos, parece que le impiden llegar a su objetivo, el final será positivo y alcanzará su objetivo.
Relato enmarcado:
Se narran aquellos acontecimientos en el pasado que permitan entender una situación dada en el presente. Que primero cuenta uno la historia y adentro de esta historia hay otra.
El conde Lucanor:
La obra narra la historia de un conde, un hombre bueno y honrado que siempre busca el bienestar de su pueblo por lo que a veces le pide ayuda a su consejero el cual es un hombre de confianza que siempre busca la manera correcta, adecuada y fácil para que el conde entienda ciertos aspectos de la vida, problemas y dudas que tenga; él le narra historias, fábulas y cuentos en los que al final siempre tienen una moraleja que el conde tiene que descubrir para encontrar lo que busca al pedir ayuda y al final cuando cada historia termina el conde saca una moraleja que todos entendieran. Cada historia tiene diferentes personajes en diferentes tiempos y lugares. A veces historias crueles, divinas, bonitas, absurdas.
Lazarillo de Tormes:
Ciego – Clérigo (le robaba pan, se entera y lo echa) – Escudero (muy pobre y desaparece) – Fraile de la Merced (caminaba mucho y lo deja) – Buldero (4 meses, lo deja) – Se vuelve aguatero por 4 años – Alguacil – Se casa.
Tópicos del Renacimiento:
Carpe diem o «goza del día presente». Hay que disfrutar del tiempo.
Homo universalis, u «hombre universal». Abarcar todas las facetas del saber humanístico y la creación artística y técnica.
Utopía o «no lugar»: gobierno ideal en que no existe la infelicidad porque todas las normas y comportamientos son justos.
Tempus fugit es «El tiempo se escapa» o «El tiempo vuela» invitando a no perderlo.
Panegírico es un discurso que se pronuncia en loor o alabanza de alguien.
Ubí sunt hace referencia a la fugacidad de las glorias mundanas, de los elementos del mundo terrenal y sensorial. Se usa para preguntar por personalidades y bienes ya desaparecidos.
Locus amoenus (en latín, «lugar placentero» o, más cercano al original, «lugar ameno») es un término literario que generalmente refiere a un lugar idealizado de seguridad o de confort. Un locus amoenus es usualmente un terreno bello.
La Celestina:
Calisto ve casualmente a Melibea en el huerto de su casa, adonde ha entrado a buscar un halcón suyo, y la requiebra. Esta lo rechaza, pero ya es tarde, ha caído violentamente enamorado de Melibea.
Por consejo de su criado Sempronio, Calisto recurre a una vieja prostituta y ahora alcahueta profesional llamada Celestina quien puede actuar de casamentera o concertar citas de amantes; Celestina también regenta un prostíbulo con dos pupilas, Areusa y Elicia.
El otro criado de Calisto, Pármeno, cuya madre fue maestra de Celestina, intenta disuadirlo, pero termina despreciado por su señor, al que sólo le importa satisfacer sus deseos, y se une a Sempronio y Celestina para explotar la pasión de Calisto y repartirse los regalos y recompensas que produzca.
Mediante un pacto con el diablo, Celestina, consigue que Pármeno se ponga de su parte ya que hace que una de sus pupilas lo enamore y que Melibea se enamore de Calisto por la misma magia y como premio recibe una cadena de oro, que será objeto de discordia, pues la codicia la lleva a negarse a compartirla con los criados de Calisto; éstos terminan asesinándola, por lo cual se van presos y son ajusticiados.
Las prostitutas Elicia y Areusa que han perdido a Celestina y a sus amantes, traman que el fanfarrón Centurio asesine a Calisto, pero éste en realidad sólo armará un alboroto. Mientras, Calisto y Melibea gozan de su amor, pero al oír la agitación en la calle y creyendo que sus criados están en peligro, Calisto salta el muro de la casa de su amada, cae y se mata. Desesperada Melibea se suicida y la obra termina con el llanto de Pleberio, padre de Melibea, quien perdona a los amantes.