Adelphoe: La comedia trata sobre qué tipo de educación es mejor, una severa y rígida, u otra más liberal y abierta. Ambos modelos de educación están encarnados por los personajes de Demea y Mición, dos viejos hermanos de temperamento muy diferente: mientras que el primero es un padre muy estricto y muy preocupado por sus dos hijos, Esquino y Ctesifonte, el segundo es un solterón jovial y permisivo, que ha adoptado a uno de sus sobrinos, concretamente a Esquino. Esquino, el joven educado de manera liberal, se apodera de la cortesana Báquide, pero no lo hace para satisfacer sus propios instintos, como todos creen, sino para entregársela a su tímido hermano Ctesifonte, que no se atreve a obrar por miedo a su padre. En realidad, Esquino estaba enamorado de Pánfila, prototipo de muchacha pobre, pero virtuosa. Al final, todo se descubre, y los dos jóvenes logran casarse con la muchacha a la que amaban: Ctesifonte, con la cortesana Báquide; Esquino, con la virtuosa Pánfila. Por su parte, el viejo Demea renuncia a los viejos principios que habían guiado la educación de su hijo.///La creación:
Al principio todo era Caos. Algo, no se sabe qué, separó el cielo de la tierra, el aire del agua, y se creó el globo terráqueo. Después, establecíó un orden de todas las cosas, y aparecieron las estrellas en el firmamento. También, se creó al hombre, bien a partir del semen del Hacedor, bien al mezclar Jápeto barro y agua de lluvia; el hombre es el ser inteligente que gobierna la Tierra.
Las edades del hombre
La primera edad fue la de oro (todos muy buenos, civilizados y maravillosos), luego la de plata (bajaron su calidad; se establecen las estaciones), la de bronce (más cruel y propensa a la guerra, pero no criminal) y, por último, la de hierro (todo era maldad).
Deucalión y Pirra:
Después del Diluvio, sólo quedaron esta pareja de hermanos. Al estar solos, lloraron mucho y decidieron ir al templo de la diosa Temis a rogarle que creara más humanos; la deidad les dice que deben ponerse de espaldas, con las túnicas, y arrojar hacia atrás los huesos de la madre tierra (las piedras). Pirra primero dice que no se fía, pero al final lo hacen y de cada piedra sale un ser humano nuevo.Metamorfosis de Dafne:Después de matar a la Pitón, Apolo se rió de Cupido porque era un niño y no debía llevar arco. Éste, enfadado, lanza un dardo de oro a Apolo para que se enamore de la ninfa Dafne, y a ella le lanza otro de plomo para que huya de él. Apolo la persigue y cuando la va a coger la ninfa implora a su padre ayuda, acabando convertida en laurel; Apolo hace entonces ese árbol suyo y lo relaciona con la victoria
Hermafrodit:
Hermafrodito era hijo de Hermes y Afrodita. Un día, encontró una fuente en uno de sus viajes, en la cual había una ninfa, Sálmacis. Ella le intentó seducir pero él se negó. La ninfa se alejó simulando tristeza y se escondíó. Vio que su amado decidía darse un baño en la fuente y rápidamente le atrapó dentro del agua. Al final, debido al abrazo tan fuerte y a que Sálmacis dijo a los dioses que nunca se separarían, sus cuerpos se unieron. Desde entonces, todo hombre que toque esas aguas adquirirá atributos femeninos.
Perseo y Andrómeda:
Después de lo anterior contado, Perseo iba volando por la costa cuando ve, encadenada en un acantilado, a Andrómeda, una doncella condenada a ese castigo por la lengua de su madre. Perseo la pregunta por su nombre y ésta le responde, pero no le cuenta por qué está ahí. De repente, aparece una bestia marina y Perseo la mata, liberando así a Andrómeda. Más tarde, celebrándolo con el hijo de Linceo, se dispone a contar su hazaña con Medusa.
Filemón i Baucis
Todos se asombran del cuento del río excepto el hijo de Ixión, quien no cree que los dioses puedan metamorfosearse a su antojo. Para convencerle de que sí era así, Léeles le cuenta un relato: un día Júpiter y el nieto de Atlas fueron, con forma de mortal, a un pueblo, en busca de cobijo. Tan sólo una pareja de ancianos pobre les admitíó en casa. Pese a su extrema pobreza, les ofrecieron todo cuanto pudieron, y los dioses los premiaron salvándoles de la inundación completa que sufríó el poblado. Su casa se transformó en un templo, y allí estuvieron como sacerdotes ambos, hasta su muerte (al mismo tiempo), cuando se convirtieron en sendos árboles.
Orfeo i Eurídice
La muerde una serpiente y Orfeo va al Hades a pedir que resuciten a su amada. Allí toca su lira y todo se para entonces, incluso los castigos. Hades y Perséfone aceptan, pero en la vuelta no debe mirar atrás, donde está su esposa; pero lo hace, y el espíritu de ella se desvanece. Aunque está 7 días más allí, no se le acepta de nuevo la propuesta, y se retira al monte.
Midas
Era un rey que se encontró a Isleño, un Dios amigo de Baco. Y como le trata tan bien, este último le premia con el don que elija. Midas elige que todo lo que toque sea de oro, y así se hace. Al principio muy bien, pero se da cuenta que no puede comer ni beber, así que implora perdón a Baco y que le quite ese don; el Dios acepta y le dice que debe ir a un río concreto a purificarse. El hombre así lo hace.
Piram y Tisbe Eran dos enamorados que no se podían ver porque estaban vigilados. Pero una noche se escapan y quedan en el sepulcro de Nino. Llega primero Tisbe, la chica, quien ve por ahí una leona con sangre en la boca de una caza reciente. Se esconde del animal pero se le cae el velo y la leona lo muerde. Cuando llega Píramo, ve el velo ensangrentado y, pensando que su amante está muerta, se suicida. Cuando Tisbe sale de la cueva, ve a su amado y también se suicida.
Narciso fue el fruto de la uníón entre Liríope y el Cefiso (ésta no creyó a Tiresias cuando le dijo que éste la poseería); el mismo adivino vaticinó que Narciso moriría “sólo si se llega a conocer”. Era muy bello y muchos le amaron, pero él era altivo y soberbio. Se cuenta que la ninfa Eco (que sólo podía repetir lo que los demás decían por castigo de Juno, ya que la distraía mientras Júpiter se iba con sus amantes) le vio y se enamoró. Sólo pudo repetir lo que decía Narciso, quien se sorprendíó al verla, y huyó, humillándola. Un día, Narciso vio su reflejo en un lago y se enamoró de sí mismo (al principio pensaba que era otra persona), acabando convertido en flor.
Ulises i Circe
Macareo le cuenta su historia, es decir, que Ulises y sus hombres vieron a Eolo… después de la tormenta, llegaron a una isla en la que su rey, Antífates, les atacó, con lo que tuvieron que huir. Seguidamente, fueron a la morada de Circe, quien convirtió en animales a los hombres que fueron a visitarla, excepto a uno, Euríloco, a quien no le apetecía beber; fue gracias a éste que Ulises se enteró de lo ocurrido y al final les salvó. Por el camino, Mercurio le da una flor blanca, que se debía tomar al beber la poción de Circe. Así lo hace y, al no transformarse, ella se sorprende; entonces el héroe aprovecha para amenazarla y obligarla a convertir a sus hombres en seres humanos de nuevo. Ella accede.