Análisis Fonético del Habla Andaluza: Caso Práctico y Características

Análisis Fonético del Habla Andaluza: Caso Práctico

Trabajo realizado por: María Martín Moreno y Alba Muñoz Candelas

Vocalismo

  1. Es muy habitual en su fonología la utilización de vocales abiertas. Esta abertura vocálica es consecuencia de la aspiración y pérdida de la -s final. La aspiración de la última consonante tiende a abrir las vocales finales. Además, como consecuencia de la abertura vocálica, nos encontramos, en su mayoría, con una relajación de dichas vocales, ya que la pronunciación es menor.
    La isoglosa divisoria de la zona occidental en el caso de la abertura vocálica pasaría entre Sevilla y Córdoba, dividiendo la provincia de Málaga a partir de Casabermeja, Archidona y Antequera que ya pertenecerían junto a Córdoba y Granada, Jaén y Almería a la parte oriental. Estas vocales abiertas no son exclusivas del andaluz oriental, también aparecen en el occidental y en otras hablas meridionales, pero sólo de manera esporádica y, por lo tanto no tienen valor distintivo. Podemos observar esta abertura vocálica en ejemplos como loh ninoh (los niños), loh sacoh (los sacos), loh oliboh (los olivos).
  2. A veces, cuando en una unidad léxica se repite la misma vocal, suele producirse el fenómeno fonético de la ‘armonización’, esto es, se contagia la cerrazón o la abertura de la vocal final al resto de las vocales de la misma palabra. Ejemplos: tor mundo, tor día, paka paya…
  3. Se produce el fenómeno yod (asituna) y wau (kwndo).

Consonantismo

  1. Seseo
    En Andalucía hay algunas zonas que diferencian la pronunciación de s/z frente a las zonas donde se da una realización indiferenciada, lo que se denomina generalmente seseo o ceceo. El ceceo-seseo o realización indiferenciada de /s/ y /θ/ es un fenómeno característico del andaluz que fue trasladado al español de Canarias y de América, donde alcanzó una gran difusión.
    El seseo consiste en pronunciar ces y zetas con un sonido más cercano a una ese que a una zeta.
    El seseo es otra de las isoglosas que dividen Andalucía lingüísticamente en occidental vs. oriental. Este fenómeno presenta una gran complejidad, pues conviven con diversos factores sociolingüísticos como la edad y la educación de los individuos, la ciudad frente al campo, etc.
    Tal y como se ve en el siguiente mapa, podemos observar que las zonas donde se da este fenómeno son Cádiz, Sevilla y Córdoba. En las dos primeras se usa /s/ predorsal, mientras que en Córdoba se usa la /s/ coronal plana, caracterizando entre las tres ciudades los dos tipos de seseo andaluz. El seseo es mayoritario en el Andévalo onubense, Sierra Norte de Sevilla, la propia ciudad de Sevilla y parte de su área metropolitana por la reciente influencia de la capital. También se da en las comarcas de la Alta y Baja Campiña cordobesa, así como la Subbética de la provincia de Córdoba. También en los Llanos de Antequera, al norte de la provincia de Málaga, predomina el seseo, influenciado por la /s/ coronal plana cordobesa, aunque coexiste con el ceceo según el área y el sociolecto. El seseo se adentra en el noroccidental de la provincia de Granada, en zonas del oeste y del valle del Guadalquivir en la provincia de Jaén y es casi testimonial en Almería.
    Nuestra hablante, como percibimos en la grabación, utiliza la /s/ coronal plana. Por ejemplo: asituna (aceituna), sobresito (sobrecito), sinko (cinco), asé (hacer), desia (decía), cabesa (cabeza).
  2. Igualación de /l/ y /r/ implosiva
    La confusión de -R y -L finales de sílaba no está sin embargo tan extendida como el estereotipo andaluz parece reflejar: no es regular ni en los hablantes de cultura media o elevada ni entre los jóvenes. De todos modos, es un rasgo bastante vivo en muchas zonas de Andalucía. Se trata de un caso más del relajamiento, hasta tal punto que se pueden convertir en sílabas abiertas, tan frecuente en Andalucía (aunque no solo en ella), de las consonantes finales de sílaba o palabra, relajamiento que puede llevar a que se neutralicen y borren las diferencias entre ellas. En el Oeste, se confunden en un sonido próximo a -r, como podemos escuchar: tor mundo (todo el mundo), tor día (todo el día), argo (algo), er tío (el tío), er mardita (el maldita), er señorito (el señorito), er pañuelo (el pañuelo) y en final de palabra ante pausa suelen perderse: (hay que ver), comé (comer), llegá (llegar), asé (hacer), ganá (ganar), pesá (pesar), cogé (coger), llové (llover), i (ir), aqué (aquel), viví (vivir), encontrá (encontrar), (para)¿?.
    La pérdida en final de palabra se extiende hasta el Sur de Córdoba, la costa granadina y el Sureste de Almería.
  3. Pérdida de la /ð/ intervocálica
    Es un rasgo ya general en el español vulgar de casi todas partes, sobre todo cuando forma de un sufijo o terminación verbal; no obstante, aquí hay que diferenciar sufijos como -dor (corredor, pulidor), donde la -d- es mucho más resistente, de otros como los participios, en especial en -ado, donde la pronunciación -ao parece ya mayoritaria. En Andalucía, pues, se produce también la pérdida de esta -d-, que igualmente se considera vulgarismo. Ahora bien, como ocurre con otros rasgos, puede darse, sin que resulte vulgar, con intención expresiva o en palabras marcadas (cantaor, bailaor, etc.). Los participios en -ado constituyen un caso especial, pues pierden la -d- incluso en las capas sociales altas. En Andalucía se pierde también en la mayoría de los hablantes y en todas las zonas, con porcentajes recogidos que rozan el 85% y el 90% de pérdida de la -d- en las encuestas realizadas en las zonas urbanas, y el 100% en las rurales. Los casos de -ido = -ío se dan también, pero sobre todo en contextos informales y en hablantes de menor cultura. Podemos observar en nuestra grabación diferentes ejemplos: arreglaita (arregladita), helaita (heladita), picá (picada), (todo), (nada), pasao (pasado), esmayá (desmayada).
  4. Caída de las consonantes en final de sílaba y palabra
    No es la -S la única consonante final que se pierde en andaluz (o la -R y la -L). Las demás consonantes que pueden ir en final de sílaba o palabra (-D, -N, etc.) tienden a pronunciarse de manera relajada en todo el español meridional. En esta amplia zona, la pronunciación relajada puede producir la caída total de la articulación de la consonante final. Ya hablamos de -S, -L, -R. La -Z sufre la misma suerte que la -S, por ejemplo: (vez). La -N, ante jota aspirada, puede perderse, aunque nasalizando a veces la vocal anterior: narã(n)hita (naranjita), extra(n)hero (extranjero). En final de palabra la relajación o la pérdida total de la consonante final se produce en las hablas andaluzas de forma más intensa y generalizada que en el castellano norteño, por ejemplo: huventú (juventud). En el caso de la -N, esta no se pierde del todo, se articula más o menos velarizada, y produce resonancia nasal en la vocal anterior.
    Por ejemplo: pesa (n) (pesan), mohaba(n) (mojaban), solitro(n) (solitrón), pla(n) (plan), entiende(n) (entienden).
  5. Aspiración de la /j/
    La pronunciación velar de la jota (y g ante e, i) se extiende por el norte y centro de la Península, pero en la mayor parte de Andalucía lo que hay es un sonido aspirado como soplo espiratorio desde la faringe (o desde la laringe). Esta aspiración no se da en el andaluz más oriental (en la provincia de Jaén y en zonas de las de Granada y Almería, en especial en su parte más nororiental), que mantiene la jota velar. Se trata, pues, de otro de los rasgos que diferencian el Oriente del Occidente andaluz, con una frontera, en este caso, bastante nítida y marcada, aunque dicha línea no coincide con la marcada por otros rasgos (por ejemplo, con la que establece la abertura o no de las vocales tras la pérdida de -s final: el área oriental de jota no aspirada (o velar) es más reducida que el área de abertura de vocal tras la caída de -s). La aspiración es utilizada por hablantes de cualquier condición social, sin que presente valoraciones sociales negativas: en las zonas en que se da es un rasgo tan arraigado y aceptado que llama la atención el advertir el que no se dé en otros hablantes andaluces. Encontramos ejemplos como: quehamoh (quejamos), hente (gente), iha (hija), mohaban (mojaban), naranhita (naranjita), huventú (juventud), mehorsito (mejorcito), extranhero (extranjero). Sin embargo, en otras palabras nuestra hablante no aspira la j. Como podemos escuchar en coé (coger), trabao (trabajo), quea (queja).
  6. Aspiración de la /s/ implosiva sucedida de /t/
    En este caso aparece la geminación que ocurre como resultado de un proceso de asimilación fonética en que una consonante se asimila al punto de articulación de la siguiente produciéndose una consonante geminada o doble. Por ejemplo: ettamoh (estamos), astta (hasta), ettasion (estación), etta (está), etto (esto), ette (este), ettaba (estaba), acottabah (acostaba).
  7. La -s final de sílaba y palabra
    Uno de los fenómenos con mayor capacidad diferenciadora es la modificación de la -s llamada implosiva (la situada en final de sílaba o palabra), que por estar en esa posición se realiza con menor fuerza articulatoria. Sin embargo, tampoco es un rasgo compartido por igual por todos los andaluces. En unos casos esa -s final se aspira y en otros se pierde. De todos modos, aspirar o perder esa -s sí parece ser compartido por la casi totalidad de los andaluces. Este es uno de los rasgos que más contribuyen a la identificación de las hablas andaluzas. Y, al mismo tiempo es, precisamente, el que con mayor claridad comparte con las otras modalidades del español meridional. Podemos decir, pues, que constituye un rasgo claramente separador entre el español meridional y el español central y norteño y uno de los que lo acercan más al canario y al español de América. La suerte de la -s final es distinta según se sitúe en interior o al final de palabra, ante consonante, vocal o pausa. La solución elegida por el hablante no siempre depende de la geografía, pues el factor sociocultural, también en este caso, es determinante. Nuestra hablante aspira la -s final de sílaba y palabra. Por ejemplo: noh (nos), quehamoh (quejamos), ehtamoh (estamos), suh (sus), casah (casas) arreglaitah (arregladitas), loh sacoh (los sacos), loh anoh (los años), loh oliboh (los olivos).
  8. Confusión de género y número
    En ocasiones, nuestra hablante confunde el género del pronombre personal con el sustantivo o adjetivo al que acompaña. Se percibe en: er mardita madre. Además también utiliza en alguna ocasión un sustantivo plural acompañado de un adjetivo singular, por lo que no hay concordancia de la oración principal con la oración subordinada relativa. Por ejemplo: que son personah que eh una maravilla.

Conclusión

A partir de las características que estamos viendo, podemos deducir que esta hablante es una mujer mayor (69 años). Podemos pensar que es una mujer cordobesa o perteneciente a la zona nororiental de Málaga. En su caso es nacida en Archidona, Málaga. Hay que tener en cuenta que nuestra hablante lleva 30 años viviendo en la capital de Málaga, de ahí que tenga algunos rasgos occidentales como la no aspiración de /j/ intervocálica, sólo en algunas ocasiones trabao (trabajo), coé (coger), quea (queja). Con respecto a la frase er mardita madre, se trata de una expresión típica de Archidona, este es uno de los ejemplos que nos hacen ver que se trata de un diálogo coloquial, en un ambiente distendido. Con las características que hemos analizado, también podemos concluir que se trata de una persona con un nivel sociocultural medio-bajo, además por su utilización de diversos vulgarismos como aluego (luego), solitrón (mucho sol), esmayá (desmayada), apargata (alpargata), pingando (mojado).

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