Protagonista Colectivo: Sociedad Limeña
Existe otro gran protagonista colectivo o grupal, que lo constituye la sociedad limeña. Si no se la considera como el primer protagonista que marca las directrices de la trama, sí como contraposición al que inmolarán, el inadaptado y emasculado Cuellar. Este, como no consigue seguir las normas férreas impuestas por una sociedad conservadora, perteneciente a la alta burguesía de un país sudamericano, donde lo esencial son las apariencias y el hecho de pertenecer a un grupo, es marginado y abocado a un trágico final. Dentro de esta sociedad, se pueden diferenciar varios grupos atendiendo a los diferentes entornos:
- Del entorno cotidiano, de la amistad: los cachorros y las chicas.
- Del entorno académico: los Hermanos Maristas, curas y profesores.
- Del entorno familiar: los padres.
- Del entorno marginal.
La Amistad: Los Cachorros y las Chicas
El grupo lo forman cuatro amigos, los cachorros, presentados en todo momento con sus apodos: Choto, Chingolo, Mañuco y Lalo, al que se unirá Pichula. Desde el principio muestran un gran deseo de que Cuellar entre en su mundo, empezando por incluirlo en el equipo de fútbol a pesar de sus escasas cualidades físicas. Una vez ocurrido el accidente se vengan de Judas tirando piedras a la jaula del perro en el recreo y van a visitarlo al hospital para darle ánimos. Pero aquí se produce una inflexión y demuestran su sentido grupal y su egoísmo, cuando su preocupación se desvía de Cuellar hacia el fútbol y lo principal es comprometerse con el equipo. Este continuará con la instauración del apodo.
Todo el relato sigue un orden cronológico que está guiado por el desarrollo de las etapas vitales del hombre. Una vez superada la niñez, entran en la adolescencia y en el cambio de actitud y de gustos que ello conlleva: abandonan el fútbol y se centran en el surf, les interesan las chicas, las fiestas, el cine, la bebida (capitanes: combinado alcohólico, cerveza, Cristal, el tabaco Lucky). El proceso de crecimiento de la pandilla continúa; ya tienen coche (Ford convertible, Volvo, Pontiac) y eso les ofrece más libertad de movimiento para desplazarse fuera del barrio, fuera de los límites infantiles de seguridad. Pichula intenta llamar la atención y ellos, por compasión, siguen quedando los sábados con él, pero sin cambiar sus costumbres. Una vez que llega Teresa Arrarte y ante la indecisión de Cuellar de declararse y la imposibilidad de la operación que le devuelva su virilidad, por pena, “daban ganas de llorar”, el grupo, como una piña, se cita con ella para dejarle claro que él está enamorado y para saber sus intenciones, que nunca deja claras.
Se van casando. En la despedida de soltero de Lalo tuvieron un accidente por culpa de Pichula, Mañuco se casó, se lo notificó, pero no le envió invitación y no fue a la despedida y cuando Chingolo regresó casado de Estados Unidos, Cuellar ya se había ido a Tingo María. Finalmente, cuando se enteran del accidente mortal de su amigo, no parece afectarles mucho, de hecho creen que era un merecido castigo: “Pobre, decíamos en el entierro, cuánto sufrió, qué vida tuvo, pero este final es un hecho que se lo buscó”. Van de entierro como otro rito social y dicen las palabras adecuadas a tal situación. El esquema se ve perpetuado por la segunda generación formada por sus hijos que estudian en el Champagnat. Los cachorros ya están consolidados como “tigres”, adultos burgueses. Se cierra la obra de forma simétrica al inicio, con una descripción grupal, entre las que han discurrido unos veinticinco años.
Los Cachorros
- Choto: se presenta como el más inocente.
- Chingolo: parece ser el más gregario, el que sigue lo que dictan los demás. Se avergüenza al contar lo sucedido a Cuellar. En quinto curso intentó salir con varias chicas que lo rechazaron (Bebé Romero, Tula Ramírez).
- Mañuco:
- Lalo: es el líder del grupo. Él fue el otro alumno que estaba en las duchas cuando entró Judas, es el primero en tener novia, Chabuca, con la que, al final, se casará. Incita constantemente a Pichula para tener novia. Es portavoz de comentarios machistas.
Las Chicas
Otro subgrupo es el formado por las chicas. No aparecen en la obra hasta el segundo capítulo, en el que los chicos muestran interés por el mundo femenino, rodeado de erotismo. Todas se conocen por el apodo, excepto Teresa Arrarte, la nueva, distinta porque le atrae al diferente, a Pichula, al ser desconocedora de su desgraciada historia. Su comportamiento sigue las normas de la sociedad; aparecen como cariñosas y compasivas al tratar a Cuellar, le quieren ayudar a conseguir novia, presentándole a varias amigas: “lo ayudaríamos y nuestras enamoradas también”, aunque la finalidad sigue siendo el hacerle “entrar en el redil”. Son cotillas, se hacen las inocentes para sonsacar más información escabrosa. Juzgan y critican todo. Al final, acusan a Pichula de “maricón” y alaban a Cachito Arnilla. Son religiosas, siguiendo su formación educativa y social, van a misa y a Misa del Gallo. Están supeditadas al hombre y deben asumir su papel como tal, aceptando que sus novios vayan con prostitutas y convirtiéndose en afables esposas en el futuro. Incluso la acusan del estado de Pichula: “Choto: en qué maldita hora vino Teresita al barrio y Chigolo él se había conformado y ahora está desesperado y Mañuco pero a lo mejor más tarde, la ciencia adelantaba tanto”… Una vez Teresita se decanta por Cachito, la degeneración de Pichula es rápida y constante y sus amigos poco a poco se van apartando de él para no ser criticados o considerados como Cuéllar. De hecho, rápidamente aceptan a su opuesto, Cachito Arnilla, que encaja en el microcosmos de la alta burguesía perfectamente.