Análisis del poema «Un día habrá una isla» de Pedro García Cabrera

Así, en el poema plantea el tema del deseo de libertad.
[RESUMEN] El poeta tiene la certeza de que un día se alcanzará la libertad, pero no solo para él individualmente, sino para todos: para los heridos, humillados y represaliados y, en este deseo, el poeta no se siente solo, sino que percibe y desea la solidaridad de quienes luchan con valentía, de los que sufren y también de quienes callan. El poema se estructura a base de paralelismos y reiteraciones en tres partes: la primera la constituyen los versos del 1 al 5, en los que manifiesta su anhelo y certeza de que en un futuro habrá una isla libre en la que disfrutará de su libertad junto a todos y donde desea ser enterrado (Un día habrá una isla
). En la segunda parte (versos 6-13) muestra su vertiente solidaria, de manera sencilla y contundente («Solo no estoy»), y desea compartir esa libertad con el resto de seres humanos. Finalmente, en la tercera, vuelve a reiterar su deseo de libertad compartida («cuantos partan el pan en esta isla»), aludida metafóricamente con la expresión «la alegría del mar/le pido a todos», de manera que el poema presenta una estructura circular, dado que en la primera y última parte reitera la misma idea, su deseo de que su isla «no sea silencio amordazado«.


Obviamente este tema no es aislado en su poesía, pues, como manifiesta en su célebre “A voz en cuello”, por encima de todo, ama la libertad, poema que también construye a base de paralelismos, reiteraciones: “contra viento y marea /(…)amo la libertad/. Contra el frío y la nieve/ (…) amo la libertad/. (…) Contra cepos y rejas/ (…) amo la libertad, …entre luces y sombras/ amo la libertad”. Se trata de un tema recurrente en el poeta gomero, que se puede ver también en otras composiciones de Las islas en que vivo: “La mar aquí agoniza/metida entre rejas de una cárcel/secuestrada su hacienda de rumores…”. O también en otros poetas canarios, como Millares, cuando Por su carácter de poesía social, el lenguaje es sencillo, pero condensado literaria y expresivamente a través de recursos estilísticos. El poeta recurre al hipérbaton para realzar ideas y conceptos claves(«solo no estoy»/, «horizontes y manos de esperanza», /»la alegría del mar le pido a tods»). Mediante la antítesis (del combate en que muero y en que vivo), y la personificación (mis palabras se liberen), el poeta nos recuerda su lucha por la existencia en libertad.


Son varias las metáforas empleadas por García Cabrera: silencio amordazado, para incidir en la ausencia de la libertad en esa isla imaginaria o. Las metáforas y metonimias en estructuras paralelas describen en varios versos a los esperanzados (horizontes y manos de esperanza), a los que sufren (“aquellos que no cesan/de mirarse la cara en sus heridas), a los fuertes de espíritu o luchadores (aquellos que no pierden/ el corazón y el rumbo en las tormentas) y, por último, los perseguidos (los que lloran de rabia/ y se tragan el tiempo en carne viva). Es como si el poeta se propusiera reformular de nuevo las bienaventuranzas y exclamar bienaventurados los esperanzados, los martirizados por el sufrimiento, los fuertes de espíritu y los que sufren persecución porque «ellos» formarán parte de esa isla, convertida en símbolo de la libertad para lo cual es consagrada, y de nuevo parece haber reminiscencias cristianas: cuando todos partan su pan en esa isla. Y así, la isla es el símbolo, el espacio donde habita el hombre, pero a la vez también puede convertirse en su prisión (silencio amordazado) en contraposición del otro gran símbolo de su obra poética: el mar. Que abre la posibilidad de libertad a través de la conexión con el término orillas.


Entre los versos 3-5 llama la atención la aliteración por repetición del fonema vibrante /r/ en varias palabras que quedan marcadas significativamente: entierren, libertad, rumores, orilla, palabras que quedan marcadas significativamente aportando énfasis expresivo. García Cabrera logra la condensación expresiva en torno al tema con el uso de un léxico relacionado con la libertad (libertad, orillas horizontes, esperanza, mar); la represión, el sufrimiento (silencio amordazado, heridas, tormentas, rabia , combate) y el ser humano, a través de sucesivas metonimias (manos, cara, corazón, carnes. Es interesante señalar el uso del futuro con el que se abre el poema (habrá) por su valor de certeza de que sus sueños de libertad se cumplirán, frente a las formas del presente de subjuntivo, con las que el poeta plantea su deseo, hipótesis: que no sea, cuantos partan, …Paralelamente, Cabrera recurre al presente de indicativo para expresar el momento en el que reflexiona sobre esas ansias de libertad: solo no estoy, están conmigo, los que lloran, etc. Frente a la construcción simple y rotunda solo no estoy, las oraciones que aparecen son, en su mayoría, compuestas, muchas de ellas subordinadas de relativo o sustantivas:


«un día habrá una isla que no sea silencio amordazado, …aquellos que no cesan, “Que me entierren en ella, / donde mi libertad dé sus rumores/ a todos los que pisen en sus orillas), lo que le permiten a García Cabrera profundizar en la descripción de sus pensamientos y anhelos. Esta poesía, simple pero profunda y comprometida, ejemplifica la poesía social al destacar la importancia de la libertad en la vida social.
Pedro García Cabrera, al igual que otros escritores españoles como Blas de Otero, Gabriel Celaya y Pedro Lezcano, utiliza la palabra como herramienta estética para denunciar injusticias y reclamar derechos fundamentales.

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