Análisis de «Nada» de Carmen Laforet: Un Viaje a la Posguerra Española
Tras la Guerra Civil (1936-1939), la literatura española se vio obligada a adaptarse a la nueva realidad política y social. La censura, tanto religiosa como política, marcó la trayectoria de aquellos años. A pesar de este clima restrictivo, la novela comenzó a ser una lectura asidua del público y, gradualmente, un vehículo para testimoniar la crisis moral, la penuria económica y las razones vitales de la España de entonces.
Las Tres Cumbres de la Posguerra Literaria
Tres obras destacan en la década de 1940: La familia de Pascual Duarte (1942) de Camilo José Cela, Nada (1945) de Carmen Laforet, y La sombra del ciprés es alargada (1947) de Miguel Delibes.
El Impacto de «Nada»
La novela de Carmen Laforet causó un verdadero impacto. Fue el primer éxito asociado al Premio Nadal, que se otorgaba por primera vez. Su autora, una mujer de poco más de veinte años, revelaba con ingenuidad y fuerza el angustioso clima y la desmoralización de la clase media tras la guerra civil.
Un Año de Desencanto en Barcelona
Nada narra un año en la vida de Andrea, una joven que llega a Barcelona para estudiar y se encuentra con un ambiente sórdido e irrespirable, repleto de ilusiones fracasadas y desesperanza. El relato se articula en torno a un proceso de desencanto: la ilusión y expectación iniciales de Andrea se desvanecen, dejando un amargo sabor a derrota.
Un Proceso de Aprendizaje
A lo largo de ese año, Andrea experimenta un proceso de aprendizaje, pero no académico, sino del conocimiento de las miserias humanas y la dureza de la vida. Las ilusiones que albergaba se desvanecen, confrontándola con la cara amarga de la existencia.
Un Final Abierto: Una Novedad Estructural
A pesar de la visión amarga de la vida, la novela culmina con un atisbo de esperanza: el traslado de Andrea a Madrid, lejos del ambiente asfixiante de Barcelona. Sin embargo, el lector queda en espera de saber cómo le irá en su nueva vida. Este final abierto, una novedad estructural para la época, invita a la reflexión.
Estructura de la Novela
La novela se divide en tres partes:
- Primera parte: La llegada de Andrea a Barcelona y su estancia en el siniestro piso de la calle Aribau. La marcha de la tía Angustias al convento marca el final de esta parte.
- Segunda parte: El foco narrativo se desplaza al exterior del piso: la Universidad, la calle, Ena, su novio, amigos y jóvenes bohemios como Guixols, Pons e Iturdiaga.
- Tercera parte: Los universos antagónicos de la calle Aribau y el exterior se entrelazan, en el presente y el pasado, a través de la relación de Román con Ena y, años atrás, con la madre de Ena.
Dos Espacios Antagónicos: Aribau y el Exterior
La acción se desarrolla en dos espacios principales:
- La casa familiar en la calle Aribau: Un espacio cerrado, lúgubre y decrépito, símbolo de la ruina económica y la degradación moral de la familia.
- La Universidad y el círculo de amigos de Andrea: Un espacio abierto, liberador y juvenil, que representa la posibilidad de un futuro diferente.
El Simbolismo de los Espacios
El piso de Aribau representa el pasado, un vestigio del tiempo de la guerra. La Universidad y, sobre todo, su amiga Ena, representan el futuro, un cambio de vida que Andrea anhela.
Estilo e Influencias
La crítica elogió la sobriedad y sencillez del estilo de Nada. La novela utiliza imágenes impresionistas para describir la ciudad, mientras que la descripción del interior de la casa de la calle Aribau recurre a técnicas expresionistas, distorsionando la realidad para crear una atmósfera asfixiante que simboliza el empobrecimiento y la degradación de la familia.
La Estética del Feismo
permite a la ‘escritora construir una atmósfera asfixiante que simboliza el empobrecimiento de la familiay su degradación moral y su nula esperanza de futuro. ’