Análisis de los protagonistas de La casa de los espíritus

Esteban Trueba

Esteban Trueba, presente en toda la obra, encarna el poder. De joven, con dificultades económicas, pero dueño de una enorme finca agraria, trabaja inicialmente como minero. Con esfuerzo, levanta la finca heredada, que se encuentra en ruinas. Se casa con Clara del Valle y tiene tres hijos: una hija y dos varones. Representa la autoridad del patrón rural y la del patriarca doméstico. Violento e irascible, se aferra a valores erróneos: se cree buen patrón, pero explota a sus trabajadores; se cree buen padre, pero distancia a sus hijos y no sabe amar a Clara. Cuando su relación con Clara se deteriora, expulsa a su hermana Férula por celos y se une al partido conservador. Es nombrado senador, y tras la victoria electoral de la izquierda, alienta el golpe de estado.

Clara del Valle

Clara constituye el eje central en la primera parte de la novela. Bondadosa, sensible y desinteresada por lo material, posee poderes sobrenaturales como la clarividencia. Dedicada a estos menesteres, llena la casa de espíritus y desatiende las tareas domésticas. Hereda de su madre una clara conciencia social, protegiendo a los pobres y analfabetos. Tras la expulsión de Férula, Clara castiga a Esteban con su silencio. No hay desamor; aunque no le habla, lo acompaña a actos sociales durante su senaduría. Sus cuadernos, donde anota la vida, sirven como hilo conductor de la historia.

Blanca Trueba

Blanca mantiene una fuerte conexión con su madre, una comunicación profunda que trasciende la muerte. Desde los tres años, entabla una intensa relación con Pedro Tercero, que evoluciona del cariño infantil al amor adulto. Cuando Pedro Tercero y Esteban Trueba chocan ideológicamente, Blanca defiende su amor y se enfrenta a su padre. Embarazada de Pedro, es obligada a casarse con Jean, pero pronto lo abandona y regresa al hogar familiar, llevando una vida sencilla y austera. Durante años, oculta la identidad del padre de su hija Alba. Tras el golpe de estado, Blanca se exilia a Canadá con Pedro Tercero, cuya vida corre peligro.

Alba Trueba

Alba es clave en la segunda parte, tanto por su papel en la confección de la obra como por ser motivo de reflexión para el patriarca. Crece familiarizada con lo sobrenatural junto a su abuela, pero no hereda sus poderes. Recibe el afecto y amor de su abuelo desde niña. En el tratamiento del amor, Alba articula los dos ámbitos de la novela: el colectivo de la historia y lo personal afectivo. Sufre prisión y tortura durante el golpe militar, pero supera las adversidades. En el epílogo, revela que ha recopilado y redactado casi toda la historia.

Aspectos políticos y sociales en La casa de los espíritus

La novela narra la historia de la familia Trueba a lo largo de tres generaciones, en un Chile que sufre circunstancias que influyen en la familia. Isabel Allende entrelaza la historia personal y la social.

Chile, con una independencia tardía (1818), se regía por la «ley natural» donde el poder mandaba. Esta fue sustituida por la figura del patrón, terrateniente que proporcionaba sustento a los campesinos, convirtiéndose en una figura de respeto.

• 1821: Guerra civil entre el presidente y el congreso, con victoria del segundo.
• 1826: «Fiebre del oro» en Chile, reflejada en la decisión de Esteban Trueba de buscar oro en las minas.
• 1946: Gabriel González llega a la presidencia. Durante la Guerra Fría, su gobierno incomoda a Estados Unidos y a los poderosos. En la novela, se refleja en las ideas revolucionarias que Pedro Tercero introduce en la hacienda.
• 1958: Un conservador asume el poder, iniciando una era de gobiernos conservadores hasta la victoria de Salvador Allende. En la novela, se refleja en la etapa política de Esteban Trueba, donde los políticos gobiernan como en sus haciendas.
• 1970: Salvador Allende (tío de la autora) gana las elecciones. Un comunista incómodo para Estados Unidos, pierde el apoyo del partido socialista.
• 1973: Golpe de estado. Augusto Pinochet asume el poder con apoyo de Estados Unidos.

A la represión masiva inicial, le sigue un sistema represivo selectivo. La obra refleja la brutalidad, a veces sexual, de las torturas y la baja clase social de los torturadores. Esteban García, ex-trabajador de la hacienda, personifica al torturador que se ensaña con Alba.

En conclusión, la obra refleja momentos clave de la historia chilena y su influencia en sus habitantes, analizando las causas de los sucesos desde una perspectiva interior. También muestra la organización social, con la importancia del patrón en ausencia de otra forma de poder.