Análisis de los Personajes y Temas en «La Casa de Bernarda Alba»

Personajes de La Casa de Bernarda Alba

Poncia

Poncia (60 años). Vieja criada. Casi de la familia, confidente de Bernarda, aunque esta siempre le recuerda su lugar. Habla, comenta, aconseja. Sus años al servicio de Bernarda le permiten actuar con un aplomo y seguridad del que las demás carecen; se atreve a cuestionar la autoridad del ama e indirectamente llega a entrometerse en los asuntos personales de la familia. Se trata de un personaje que muestra un claro rencor hacia su «superior». Su nombre nos recuerda a Poncio Pilatos, quien tenía el poder para parar la muerte de Jesucristo, pero se lavó las manos en cuanto a la responsabilidad. Poncia sabe que hay una relación sexual entre Pepe el Romano y Adela, y esto puede resultar en una explosión, pero decide que no puede hacer nada para evitarlo.

Criada

Criada (50 años). Amante del difunto, Antonio María Benavides. Participa del rencor hacia el ama (y hacia el difunto marido, que la acosaba sexualmente), aunque se muestra sumisa e hipócrita. Obedece a Poncia, pero es altanera, desconfiada y ruda.

Pepe el Romano

Pepe el Romano (25 años). En la obra no aparece físicamente, aunque es omnipresente. Es el catalizador de todas las pasiones e iras en la casa. Encarna al hombre, el “oscuro objeto del deseo”. Con todo lo que se va diciendo de él, se compone un retrato suficientemente perfilado, su doblez: va detrás del dinero de Angustias, pero enamora a Adela. Su apodo “el romano”, significa que es fuerte como un soldado romano, sin embargo, su nombre “Pepe”, es apodo de José, un nombre común y no tiene apellido. Aún así, parece ser un hombre con algo de riqueza. Por sus calidades masculinas, puede dominar los pensamientos de todas las mujeres en la casa, incluido Bernarda.

Prudencia

Prudencia (50 años). Es una mujer quien es amiga de Bernarda. Su nombre es su virtud. Mientras Bernarda siempre grita y trata de forzar a su familia a obedecerla, Prudencia es más tranquila, más paciente con sus decisiones, más prudente. Ella parece criticar a Bernarda por “hacer las cosas como un hombre”. Presenta una manera diferente de dirigir una casa.

Temas tratados en La Casa de Bernarda Alba

El mundo de las apariencias

Es uno de los subtemas más importantes de esta pieza de Lorca. Bernarda solamente vive preocupada del qué dirán y, por ello, recluye a sus hijas y a ella misma a una vida de silencio para que nadie hable sobre su familia. Incluso cuando su hija Adela se suicida, Bernarda obliga a sus hijas a callar y a seguir aparentando que son una familia decente.

La mujer en la sociedad de la época

Esta obra está protagonizada por una gran mayoría de personajes femeninos que viven totalmente supeditadas a las normas de una época donde el papel de la mujer estaba totalmente silenciado. Las mujeres sin un hombre parece que no sirvan de nada en esta obra y, por eso, Bernarda recluye a sus hijas y promueve el matrimonio entre Pepe y su hija Angustias. Lo único que la madre de familia pretende es proteger a sus hijas de las malas lenguas del pueblo ya que, ahora, sin el hombre están totalmente desamparadas en una sociedad que no las tiene en cuenta.

La fuerza de la pasión

Este es otro de los subtemas más importantes de La Casa de Bernarda Alba. Todas las mujeres están deseando encontrar a un hombre con el que poder casarse y marcharse de casa. Pepe simboliza esa posibilidad de huida y, además, también de liberación sexual y pasional. En su casa, las chicas están totalmente reprimidas y con Pepe empiezan a soñar y a dejarse llevar por sus instintos más primarios. De hecho, la pasión es la fuerza que hace que la tragedia tenga lugar en esta silenciosa casa.

La importancia de la moral conservadora

Bernarda está muy preocupada porque sus hijas cumplan con lo que la moral cristiana impone a las mujeres. La obsesión por la virginidad de sus hijas o las prácticas religiosas son una constante en esta pieza de Lorca.

Clasismo social

Durante la obra también nos encontramos con que la relación entre Bernarda y las criadas es totalmente desigual. Aunque lleven casi toda la vida juntas, Bernarda deja bien claro quién es la señora de la casa y marcando bien las distancias para que las criadas no tengan más confianza de la que debieran.

Autoritarismo

La figura de Bernarda es autoritaria al 100%. De hecho, el bastón con el que está representada en todo momento no deja de ser un símbolo más de su autoridad en la casa y de su estado en la jerarquía.

Envidia

Entre las hermanas que están recluidas en esa oscura y silenciosa casa hay un sentimiento de celos y envidia que hace que se odien entre ellas. El hecho de que Angustias tenga la herencia de su padre es también una causa de conflicto entre todas las hermanas ya que, por este motivo, es la deseada de Pepe el Romano.

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