Análisis de los personajes en «La estrategia del pequinés»

Análisis de los personajes en La estrategia del pequinés

Personajes principales

El Inspector

Personaje protagonista y activo que se obsesiona con descubrir al asesino de Fátima. Es sujeto paciente de la persecución de ETA. Los recuerdos de su trabajo en el Norte y el internamiento de su esposa en una clínica afectan su conducta. Su cambio de residencia implica un cambio en su vida: deja de beber alcohol y de salir de noche, limitando sus relaciones sociales. A lo largo de la obra, se forja una relación adúltera con Susana Grey, cuyo final queda abierto.

El asesino

Antagonista del inspector, del cual no sabemos su nombre hasta el capítulo 12. Se caracteriza por su impotencia, su opresiva vida familiar, su obsesión con la luna, su afán de protagonismo y el olor a pescado que lo acompaña. Es un catálogo de defectos morales: desprecia a sus padres, es reprimido, violento, descarga su insatisfacción con prostitutas o niñas, y es consumidor de pornografía y fumador compulsivo. Su afán de notoriedad lo lleva a situaciones peligrosas. Hijo de padres pobres e ignorantes, vive con ellos pero los desprecia. Su caracterización como impotente lo disminuye y convierte el crimen en algo más humano y menos excesivo.

Susana Grey

Protagonista femenina. Maestra de Fátima y centro de la trama amorosa con el inspector. Es una mujer culta, fuerte y decidida que se ha hecho a sí misma tras el abandono de su marido. Toma la iniciativa frente al inspector. Susana funciona como un punto de conexión para varios personajes: amiga del forense, maestra de la niña, clienta del asesino.

Personajes secundarios

Padre Orduna

Jesuita que fue confesor del inspector y con quien mantiene una relación de amistad. Es un lazo con su pasado y su conciencia. En su juventud, fue alférez provisional del bando franquista. Evoluciona hacia lo religioso y luego hacia lo social. Sigue celebrando misa sin fieles y mantiene sus convicciones, pero ya no interesan a nadie. No es un derrotado, pero no logra renovar su vínculo con la sociedad como lo hacen el inspector, Susana o Ferreras.

Ferreras

El forense, amigo de Susana Grey, posee sabiduría y sentido común. Presenta una forma particular de relacionarse con los vivos: siente incomprensión, desconcierto, ira, recelo, pavor y un deseo de apartarse del mundo, interviniendo solo a través de su trabajo.

La esposa del inspector

Apenas aparece directamente en la obra. Está internada en una clínica por las amenazas de ETA. Su internamiento provoca remordimientos en el inspector, pero no impide su adulterio.

El terrorista

Permanece en la sombra excepto en el último capítulo, cuando atenta contra el inspector. Se alude a él de forma indeterminada, pero su presencia se siente en la obra, generando suspense en el lector, que sabe más que el inspector.

Las víctimas

Fátima, la primera víctima, está siempre presente a pesar de ser conocida por el inspector solo después de su muerte, con una mezcla de inocencia y crueldad. Paula, la segunda niña, mantiene una relación con el inspector tras el intento de asesinato, mostrando su ternura y sensibilidad.

Globalmente, los personajes son grises porque su pasado y su futuro lo son. Sus ilusiones son escasas, no esperan nada de la vida y no se desesperan ni por el bien ni por el mal. Incluso tras la resolución del crimen, sus vidas no cambian fundamentalmente. El éxito de la investigación termina con el amor entre el inspector y Susana, añadiendo un tono gris al posible final feliz.

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