Análisis de «La vida es sueño» de Calderón de la Barca

LVS: Planos

1.1 Plano Político

En «La vida es sueño», el poder y la jerarquía son temas centrales. Dios, como poder supremo, designa al rey, considerado su vicario en la tierra. La negativa del rey Basilio a entregar el trono a su hijo Segismundo desencadena el conflicto principal de la obra, dividiendo al pueblo en dos bandos: los que apoyan a Segismundo y los que se mantienen fieles a Basilio. Calderón justifica la rebelión popular argumentando que Basilio no educó correctamente a Segismundo, privándolo de su derecho a reinar. Clarín, el gracioso de la obra, actúa como la voz de la conciencia, haciendo reflexionar a Basilio sobre su error. A pesar de la injusticia que sufre, Segismundo se encuentra limitado por la estructura del régimen, que le impide desafiar abiertamente la autoridad de su padre.

1.2 Plano Teológico

La obra plantea el eterno dilema entre el libre albedrío y el destino. Inspirándose en la filosofía de San Agustín, Calderón explora la idea de que, como descendientes de Adán y Eva, los seres humanos estamos predispuestos al pecado. La educación en la virtud, especialmente la prudencia, se presenta como el camino para resistir a las tentaciones y alcanzar la salvación. La obra también alude a la dicotomía entre la ciudad de Dios, que representa la comunidad de los creyentes, y la ciudad de los hombres, dominada por las pasiones. En el contexto histórico de la obra, la lucha entre el protestantismo, que defendía la predestinación, y el catolicismo, que abogaba por el libre albedrío, añade una capa adicional de complejidad al debate teológico.

1.3 Plano Filosófico

«La vida es sueño» dialoga con la filosofía platónica, especialmente con el mito de la caverna. Al igual que los prisioneros que solo pueden ver sombras proyectadas en la pared, Segismundo, confinado en su torre, percibe una realidad distorsionada. Sin embargo, a diferencia de los habitantes de la caverna, Segismundo es consciente de su condición de prisionero y anhela la libertad. La obra también establece un paralelismo con el pensamiento de Descartes y su famosa duda metódica. Al igual que Descartes se pregunta si la realidad podría ser un sueño, Segismundo se enfrenta a la incertidumbre de su propia existencia. Sin embargo, mientras que Descartes busca la certeza a través de la razón, Calderón la encuentra en el amor (representado por Rosaura) y la esperanza en la vida eterna. La obra refleja la profunda convicción cristiana de Calderón en la importancia de obrar bien, incluso en sueños, para alcanzar la salvación.

1.4 Plano Moral

La tensión entre la prudencia y la pasión es un tema recurrente en la obra. Calderón defiende la importancia de la educación en la virtud, especialmente en la prudencia, como medio para controlar las pasiones y alcanzar la felicidad. El perdón, uno de los valores fundamentales del cristianismo, también ocupa un lugar destacado en la obra. A través de las acciones de sus personajes, Calderón nos invita a reflexionar sobre la importancia de actuar con rectitud y cultivar la virtud para alcanzar una vida plena.

2. Educación y Carácter de Segismundo

La obra explora la tradición de la educación del príncipe, desde la Antigüedad clásica hasta el Renacimiento. Siguiendo la filosofía política del Siglo de Oro español, influenciada por Santo Tomás de Aquino, Calderón destaca la importancia de un rey virtuoso, educado en la prudencia, la justicia, la fortaleza, la templanza y la castidad. Basilio es criticado por priorizar la razón sobre la fe al dejarse guiar por la astrología y negar el libre albedrío de su hijo. Sin embargo, Segismundo demuestra la capacidad del ser humano para forjar su propio destino al elegir el bien en su segunda salida de la torre. Clotaldo, el ayo de Segismundo, juega un papel crucial en su educación, inculcándole la idea del libre albedrío y la importancia de las virtudes. A pesar de su falta de experiencia, Segismundo muestra grandeza de espíritu, aunque su primer contacto con el poder se ve marcado por la violencia debido a su falta de educación adecuada.

3. Polimétría

Siguiendo los preceptos de Lope de Vega, Calderón utiliza una variedad de versos y estrofas para dotar a la obra de dinamismo y expresividad. Emplea las décimas para los lamentos, los romances para las relaciones amorosas, las redondillas para el amor cortés, y las quintillas y octavas para realzar la nobleza de los personajes. Aunque Lope recomendaba el uso de sonetos y tercetos, Calderón opta por las quintillas y las silvas. También recurre a las décimas para los monólogos de Segismundo y a las octavas para los momentos épicos. El romance es la forma métrica predominante en la obra, seguida de la redondilla, y Calderón muestra una clara preferencia por los versos octosílabos.

4. Espacios

«La vida es sueño» se representaba en los corrales de comedias, espacios que no permitían grandes escenografías. Por ello, Calderón recurre a la descripción verbal de los personajes para recrear los dos escenarios principales de la obra: la torre y el palacio.

4.1 La Cárcel

Rosaura, al inicio de la obra, describe la torre donde se encuentra prisionero Segismundo como un lugar lúgubre y desolado. La describe como una «prisión oscura» y una «sepultura de un cadáver vivo». Segismundo, por su parte, se refiere a la torre como su «cuna y sepulcro», un espacio que ha limitado su existencia. La identificación de la vida en la cárcel con un sueño vano y vacío es una constante en la obra. Algunos críticos interpretan la primera jornada de «La vida es sueño» desde una perspectiva platónica, estableciendo un paralelismo entre la prisión de Segismundo y el mito de la caverna. Sin embargo, a diferencia de los prisioneros de Platón, Segismundo es consciente de su encierro y anhela la libertad.

4.2 El Palacio

El palacio, a diferencia de la torre, no es descrito con detalle por los personajes. El cambio de vestuario de los actores servía para indicar el cambio de escenario. Se trata de un espacio asociado al lujo, las intrigas y las apariencias. Representa la civilización, el humanismo, la razón y el orden. En el palacio se mueven personajes de la alta nobleza. Calderón utiliza sonidos de fanfarrias para evocar la atmósfera del palacio.

La dicotomía entre la cárcel y el palacio, entre la prisión y la libertad, lleva a Segismundo a cuestionar el determinismo y la predestinación. A través del ejercicio del libre albedrío, Segismundo decide sobreponerse a sus pasiones y abrazar la virtud para alcanzar la verdadera libertad.

Esta dualidad espacial se refleja también en la propia figura de Segismundo, dividido entre su faceta salvaje (el Segismundo «fiera» que se desata al salir de la torre) y su faceta racional y virtuosa (el Segismundo «hombre» que decide perdonar a su padre y actuar con justicia).

5. Perfil de Basilio

Basilio, rey de Polonia y padre de Segismundo, es un personaje complejo y contradictorio. Su interés por la astrología y su interpretación de los vaticinios lo llevan a tomar la drástica decisión de encerrar a su hijo para proteger al reino de un posible tirano. A lo largo de la obra, Basilio se debate entre su deber como rey y su amor paternal. Aunque al principio se muestra inflexible, la derrota en la batalla final lo lleva a reconocer su error y a aceptar a Segismundo como legítimo heredero al trono. Basilio, que inicialmente creía en el poder de la voluntad para determinar el destino, termina reconociendo la fuerza del libre albedrío de su hijo.

6. Acciones Principal y Secundaria

Calderón utiliza dos acciones principales en «La vida es sueño»: la de Segismundo y la de Rosaura. Ambas tramas, aunque independientes, se entrelazan a lo largo de la obra, creando una rica red de relaciones y contrastes.

6.1 Coincidencias

  • Tramas de ascenso: Tanto Segismundo como Rosaura experimentan una caída metafórica (en el caso de Rosaura, también literal al caer de su caballo) y luchan por recuperar su honor y su lugar en el mundo.
  • Figura paterna: Tanto Clotaldo, padre de Rosaura, como Basilio, padre de Segismundo, eluden sus responsabilidades paternas, abandonando a sus hijos en su infancia. Ambos intentan, sin éxito, restaurar el honor de sus hijos llevándolos a palacio.
  • Desamor: Tanto Rosaura como Segismundo sufren el desamor de sus padres y de sus enamorados.
  • Soledad y triunfo: Ambos personajes se enfrentan en solitario a sus desafíos y solo encuentran la redención y la felicidad cuando unen sus caminos.
  • Dualidad: Segismundo y Rosaura son personajes duales. Segismundo oscila entre la fiera y el hombre, mientras que Rosaura se debate entre su identidad masculina y femenina.

6.2 Divergencias

  • Desamor paternal: Clotaldo muestra abiertamente su dolor por haber abandonado a su hija, mientras que Basilio se muestra más frío y calculador.

En conclusión, «La vida es sueño» es una obra rica en matices que explora temas universales como el libre albedrío, el destino, la justicia, el poder y la búsqueda de la verdad. A través de una trama compleja y unos personajes memorables, Calderón nos invita a reflexionar sobre la condición humana y el sentido de la vida.

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