La lírica española desde la posguerra hasta finales de los años 50
Poesía de la guerra y del exilio
La posguerra, con la situación empobrecida de España, se convirtió en un deber para la mayoría de los autores. Muchos de ellos, sucesores de la Generación del 98, escribieron poemas destinados a la propagación de ideales republicanos, como Antonio Machado, León Felipe, Emilio Prados, Rafael Alberti y Miguel Hernández.
Tras la guerra, predominó una lírica en la que se aprecian los ataques amargos contra los vencedores y la pésima situación del país. La obra toma una dirección más personal. Uno de los escritores que mantuvo esta ideología fue León Felipe, quien cultivó una poesía de tono crítico que tuvo influencia en los años 50.
Poesía y compromiso de Miguel Hernández
De todos los poetas que proclaman su lealtad a la República, posiblemente sea Miguel Hernández quien mejor encarne esa lealtad. Nació en Alicante en 1910 en el seno de una familia de pastores. Cursó estudios hasta los 14 años y se dice que su formación es autodidacta. Gracias a la ayuda de sus amigos, pudo trasladarse a Madrid, donde conoció a los miembros de la Generación del 27 y a Pablo Neruda, quienes influyeron en sus obras. Al estallar la guerra, se alistó y participó en el bando republicano. Al terminar la guerra, fue condenado a muerte y finalmente murió de tuberculosis.
Tras su primer libro, que muestra la fascinación por Góngora, se consolidó con la publicación de El rayo que no cesa. Casi todo el libro, cuyos temas principales son el amor, la vida y la muerte, está escrito en sonetos.
Viento del pueblo muestra su sincero compromiso político y, más tarde, publicó El hombre acecha, dedicada a Pablo Neruda, cuyos poemas poseen un tono muy reflexivo.
En la cárcel escribe Cancionero y romancero de ausencias, en la que expresa la angustia por la que está pasando.
Aparte de las obras citadas, destacamos dos poemas: Hijos de la luz y de la sombra y Nanas de la cebolla, dedicada a sus hijos.
Los años 40: Triunfalismo oficial frente a indignación moral
Como el resto de los géneros, las obras de autores sospechosos de ser republicanos fueron prohibidas; aun así, se publicaron algunas obras de gran importancia. Las primeras muestras de la poesía oficial fueron llamadas poesía arraigada y se producen en torno a la publicación de dos revistas: Escorial y Garcilaso.
En la primera revista, abundan temas como la victoria de la Guerra Civil, junto a temas amorosos y religiosos.
La segunda revista se centra también en temas religiosos y amorosos, además de la descripción del paisaje castellano. Los principales poetas que publican en Garcilaso son Luis Rosales y Leopoldo Panero.
Junto a la poesía oficial, se desarrolla una poesía desarraigada, basada en la angustia, la duda y la desesperanza, y una revista característica fue Espadaña, donde los poetas hablan con pasión y de forma brusca y violenta.
Dentro de esta tendencia, se publica Hijos de la ira, de Dámaso Alonso, que lo convierte en un poeta de primer orden y, al mismo tiempo, marca las pautas poéticas que servirán de guía a las próximas generaciones: abandono de las formas clásicas, versos largos, lenguaje coloquial, el contenido frente a la forma y el reflejo de las circunstancias del presente.
Por último, nombramos Sombra del paraíso, de Vicente Aleixandre.
Los años 50: Poesía de testimonio y protesta social
La poesía existencial de los años 40 se convirtió en germen de la llamada poesía social, tendencia predominante de los 50. Empezamos nombrando Antología consultada de la joven poesía española, de Francisco Brines.
Los poetas de esta corriente se proponen dar testimonio de la realidad presente en España; por lo tanto, observamos temas como la injusticia social, la alineación de los trabajadores, la libertad y la paz. Además, se intenta una mayor accesibilidad de la poesía. Hablamos de Blas de Otero, Gabriel Celaya y José Hierro, entre otros, quienes, tras los 50, siguen rumbos distintos.
Con respecto a Blas de Otero, hay que decir que, desde una poesía religiosa, trata el vacío existencial y publica Pido la paz y la palabra. Posteriormente, su poesía se centra en la vida y la muerte.
Gabriel Celaya, tras una fase surrealista, se incorpora a la poesía social con Cantos iberos.
José Hierro es asociado a esta corriente por su libro Quinta del 42, aunque su tendencia intimista lo diferencia de sus compañeros.
La poesía española desde los años 60 hasta la actualidad
Los años 60: Poesía de la experiencia
A principios de la década de los 60, las características de la poesía social presentan síntomas de agotamiento. Los nuevos poetas reivindican la autonomía del proceso creativo y se refieren continuamente a los recuerdos de la infancia y la familia, los años de la guerra, las dificultades de la posguerra, etc. Con respecto a los rasgos formales, destacamos la depuración de los tópicos poéticos característicos de la poesía social. También es notoria su actitud sarcástica.
Destacamos a cuatro autores:
- Ángel González: desde sus primeras obras, demuestra su interés por lo cotidiano, por el amor y por las limitaciones del individuo. Con sutil ironía, denuncia las injusticias. Su último libro y más destacado fue Prosemas o menos.
- Claudio Rodríguez: su poesía se centra principalmente en la historia, el paisaje y la gente de su tierra: Zamora.
- Jaime Gil de Biedma: poeta con gran lucidez crítica, del que podemos destacar Moralidades. Sus temas favoritos son el amor y el tiempo, al igual que lo fueron para José Ángel Valente, que además realiza una denuncia hacia la sociedad.
Los años 70: Los Novísimos
Los nueve poetas representaban a una generación nacida entre 1939 y 1948 que manifestaban una nueva forma de concebir la realidad y la literatura:
- Manuel Vázquez Montalbán
- Antonio Martínez Sarrión
- José María Álvarez
- Félix de Azúa
- Pere Gimferrer
- Vicente Molina Foix
- Guillermo Carnero
- Ana María Moix
- Leopoldo María Panero
Todos ellos incorporan en sus poesías los mitos, los héroes y el lenguaje de los medios de comunicación de masas. Además, rechazan la tradición, reivindican a los poetas españoles y extranjeros olvidados (vanguardismo y poetas contra el franquismo) y se preocupan por la política y la estética.
La poesía desde 1980 hasta los 90
Hay que tener en cuenta que conviven poetas de distintas generaciones y que muchos no han finalizado su actividad. Es característico de ellos su actitud individualista y predominan las siguientes tendencias:
- Tendencia surrealista: se caracteriza por la escritura automática, la ruptura sintáctica y la sucesión de imágenes aparentemente absurdas. Entre los autores que siguen esta tendencia, podemos destacar a dos: Blanca Andreu y Fernando Beltrán.
- Tendencia culturalista y clásica: en la culturalista, tiene importancia el mundo clásico y su mitología. Uno de los autores más significativos es Antonio Colinas. Con respecto a los clasicistas, reivindican a los clásicos españoles, sobre todo autores del siglo XVI y XVIII (rescatan sonetos y liras) e incluyen en sus versos la parodia y el amor. Entre los autores más destacados, mencionamos a Luis Antonio de Villena, Antonio Carvajal, Jaime Siles y Luis Alberto de Cuenca.
- Tendencia experimental: en esta destacan la metapoesía, la poesía visual y los collages. José Miguel Ullán, Guillermo Carnero y César Antonio Molina son algunos de los numerosos autores de esta tendencia.
En los últimos años de los 90 y en los primeros del siglo XXI, ha aparecido una poesía erótica de gran belleza escrita principalmente por mujeres influidas por Pablo Neruda, entre las que cabe mencionar a Ana Rossetti y Almudena Guzmán.