Análisis de la Creación Poética de Federico García Lorca

La Creación Poética de Federico García Lorca

La actitud de García Lorca ante la creación poética es rigurosísima: “Si es verdad que soy poeta por la gracia de Dios –o del demonio–, también lo es que lo soy por la gracia de la técnica y del esfuerzo, y de darme cuenta en absoluto de lo que es un poema”. Es decir, inspiración y trabajo consciente. “La inspiración da la imagen, pero no el vestido. Y para vestirla hay que observar (…) la cualidad y la sonoridad de la palabra”. Así surge una poesía donde la pasión y la perfección, lo humano y lo estéticamente puro conviven en armonía.

Fuentes de la Poesía Lorquiana

En la obra inicial de Lorca, el gran modelo culto fue Rubén Darío, de quien no solo toma rasgos estilísticos y métricos, sino su visión poética del mundo: sobre todo, la exaltación de la lujuria y del deseo como motor del mundo; la fascinación por la muerte y el misterio, y su cristianismo trágico. Admiraba Lorca de Darío tres características, que muestra en su propia obra: su vocación de poeta rebelde ante el misterio, su vieja sabiduría mítica y la expresión del sufrimiento que expresa en su poesía. A través de Darío, asimiló la herencia del simbolismo de Baudelaire, Rimbaud y Verlaine, muy clara en las primeras obras de Lorca.

Evolucionó sin cambios en lo sustancial: temas, motivos y símbolos. Pronto se observa en su obra la fusión coherente entre:

  • Lo popular (conoce directa y profundamente las fuentes tradicionales, de donde saca temas y motivos de inspiración, formas métricas y ritmos; le influyen las coplas, canciones infantiles y romances de la tradición oral, al tiempo que los cancioneros de los siglos XV y XVI; suma también la inspiración del cante jondo andaluz).
  • La tradición literaria culta (Góngora y sus metáforas, San Juan de la Cruz, poeta del amor absoluto; Jorge Manrique, poeta del duelo por la muerte; Lope de Vega, poeta del amor divino que se vuelve profano; Quevedo, poeta de los sueños terribles y del tiempo destructor; el teatro griego, los diálogos platónicos, la Biblia, Shakespeare).
  • La tradición romántico-simbolista más próxima (Bécquer, los Machado, Juan Ramón).
  • La innovación vanguardista (ultraísmo, surrealismo).

A partir de estas influencias, Lorca trabaja en su fusión con elementos personales imaginativos.

Temas y Motivos Recurrentes

En el contenido de los versos del autor se observa la coincidencia de temas antagónicos: la alternancia entre la alegría juguetona y el sentido trágico; el humor desconcertante y la obsesión por la muerte y la violencia; la voluntad de transparencia comunicativa y la obsesión por el yo profundo y oculto o por la máscara.

Los temas constantes en su producción son:

  • La frustración como evidencia del destino trágico es quizá el tema clave en la poesía lorquiana: jinetes que galopan sabiendo que nunca llegarán a destino, sueño imposible de la infancia de donde el adulto es separado violentamente, tormento de la mujer sin hombre o sin hijos, tormento de quien siente un amor inconfesable.

Se trata, en primera instancia, de una vivencia personal, ya que sintió tempranamente la imposibilidad de estudiar música por la oposición de su familia y la muerte de su maestro, y posteriormente la imposibilidad de mostrar abiertamente sus inclinaciones y sus relaciones amorosas (“Mi paloma lleva en su pico de plata rosas amargas de mi jardín oculto. Yo tenía en el alma una vaga leyenda de mujer y un día de verano espléndido sentí un gran estremecimiento. Se había despertado mi estatua y me había estrujado el corazón. ¡A qué cantar! Dentro de mi jardín interior brotaron rimas cantando a otras cosas pero nunca lo que estaba dentro de mí.” (Pierrot – “Poema íntimo”). En el mundo poético, Lorca hace su terapia (“Escribo, porque, si no, me pudro por dentro.”) mostrando personajes frustrados conscientes de esa realidad ineludible.

  • El amor es energía cósmica que se expresa en el instinto sexual, reprimido en la mayoría de las culturas, pero que no entiende de leyes (incesto, infidelidad, homosexualidad). El amor es inseparable del deseo, al tiempo que posee una importante dimensión espiritual (“Oda a Walt Whitman”). Lorca expresa la fascinación por el erotismo y la hermosura del cuerpo, desde la atracción heterosexual o la homosexual, si bien esta última se expresa ambiguamente, no solo por razones de censura social sino también por la deliberada voluntad de universalizar el ámbito de los poemas.

El erotismo y el amor están amenazados por la maldición y la destrucción (Eros y Thanatos). Una pena oscura, secreta, que se convierte en desesperación, es consecuencia de la frustración amorosa desde los primeros versos hasta los Sonetos últimos.

  • El tema de la esterilidad muestra el dolor ante la asunción de la renuncia a la perpetuación de la especie, tanto de la mujer como del hombre (Sonetos). También la obsesión por la infancia perdida, además de mostrar la frustración por las ilusiones perdidas, se relaciona con este tema, puesto que el niño no engendrado es a la vez un niño muerto.
  • En el tratamiento de la muerte, Lorca sigue la tradición romántica llevada a las últimas consecuencias (bandido, gitano, amantes que prefieren la inmolación antes que renunciar a su pasión) y lo enlaza con el existencialismo, que entiende la muerte como la mayor frustración para el hombre. Aporta Lorca el matiz de asesinato a cualquier muerte, por lo que esta suele adoptar un aspecto de violencia. La muerte, un castigo, se prolonga en la consciencia del muerto eternamente (Poeta en Nueva York).
  • El tiempo es un agente de la muerte. Tiene, como esta, el color de la noche y es asimismo engañoso. Destruye en vida, va cambiando a los seres haciendo que pierdan su identidad.

La muerte es un muro que se interpone en nuestro camino de modo brutal y que no provoca ningún sentimiento religioso en Lorca. No hay ninguna esperanza tras la muerte, sino un vago deseo de fundirse con el mundo, con el lugar del que procede el hombre, la naturaleza.

  • Desarrolló progresivamente ideas sociales, como la defensa de las minorías ante el avance de la civilización dominante, la defensa de los oprimidos de cualquier tipo (pobres, niños, mujeres, homosexuales, gitanos, judíos), su oposición al capitalismo agresivo, la defensa de la naturaleza en peligro, su rechazo a la alianza de la Iglesia católica con el poder político y militar.
  • El tema de la pena, gran tema del cante flamenco, se observa, sobre todo, en el Romancero gitano.
  • El paisaje es también tema en la poesía de García Lorca. No es solo un escenario o el fondo sobre el que se desarrolla el contenido de los poemas, sino con frecuencia un conjunto de elementos vivificados con los que el hombre primitivo (que no ha perdido sus raíces) aún puede establecer comunicación. Es la razón de las frecuentes personificaciones de elementos naturales y de los numerosos símbolos que se refieren a aquellos.
  • En el uso del símbolo, empleado en toda su obra, Lorca está influido tanto por la lírica tradicional como por la herencia simbolista. Los significados múltiples permiten cierta libertad en la interpretación.

Lenguaje Poético

Es una forma de expresión concreta, que apela a los cinco sentidos corporales y anima lo existente mediante:

  • La metáfora es el procedimiento retórico central de su estilo. Bajo influencia de Góngora (elaboración compleja eludiendo el término real o con gran distancia entre el término real y el metafórico), une mundos distantes. Es también indudable la influencia de Juan Ramón Jiménez y de los maestros vanguardistas en el cultivo de las imágenes.
  • Las alusiones a fuentes tradicionales y modernas populares y cultas (mitológicas, bíblicas, literarias).
  • Elipsis, condensación expresiva.
  • Símiles, oxímoron, epítetos.
  • Aliteración y estructuras paralelísticas.

Formas Métricas

Las fuentes tradicionales, populares o cultas, y la forma libre se entrelazan, hasta el punto de poder hablar de un “verso libre de base tradicional”. Dentro de la línea popular, domina el octosílabo, junto a tetrasílabos, pentasílabos, hexasílabos y heptasílabos. Hay estrofas prefijadas de versos de arte menor (romances, villancicos, zéjeles, coplas, seguidillas, soleares). De la tradición culta prefiere el endecasílabo y el alejandrino. Cultiva el soneto, pero tiende al verso libre. Su sentido del ritmo es extraordinario.

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