Análisis de «La casa de los espíritus»: Realismo mágico y contexto sociopolítico

Isabel Allende

Biografía

Isabel Allende nace en Lima (Perú), lugar donde trabaja su padre como embajador de Chile. Durante su infancia vive en Bolivia y Beirut, pero al casarse volvió a Chile. Su obra es extensa y ha publicado tanto novelas como relatos cortos. Sus obras han estado muy influidas por su vida, como es el caso de la novela Paula, obra autobiográfica escrita debido a la muerte de su hijo. Allende es considerada como la escritora de la lengua española más leída del mundo.

La casa de los espíritus y el Realismo Mágico

Contexto del Realismo Mágico

La casa de los espíritus, así como otras obras de Isabel Allende, ha sido relacionada con el realismo mágico, una corriente surgida en los años 60-70 del siglo XX que pretende reaccionar ante la nueva industrialización y ante los abusos de ciertos regímenes autoritarios, como los de Augusto Pinochet, en Chile, o Jorge Rafael Videla, en Argentina. Se trata de un movimiento literario que recupera viejos mitos americanos, integrándolos de manera natural en la vida cotidiana. Gabriel García Márquez, Juan Rulfo o Jorge Luis Borges son algunos de los autores más significativos de esta nueva corriente estética.

Recepción de la obra

La novela de Allende, publicada en 1982, parte de una carta que la propia autora escribe a su abuelo agonizante. Su éxito y adaptación al cine fueron inmediatos, si bien ciertos sectores intelectuales califican su novelística de menor e incluso de deberle demasiado a García Márquez. La casa de los espíritus, que nos detalla los avatares vitales de las pintorescas familias del Valle y Trueba, refleja a la perfección las luchas sociales del Chile del momento: terratenientes poderosos y abusadores, campesinos resentidos, desarrollo del socialismo y comunismo en la zona, golpes militares…

Rasgos del Realismo Mágico en La casa de los espíritus

Combinación de lo natural y lo sobrenatural

Sin embargo, la crítica literaria discrepa a la hora de valorarla como una novela característica del realismo mágico. Evidentemente, si comparamos la opera prima de Allende con otros relatos considerados por unanimidad más representativos de esta tendencia (Cien años de soledad o Pedro Páramo), la distancia es enorme. Aun así, la obra que nos ocupa participa de ciertos rasgos de estilo del movimiento citado.

Para empezar, en La casa de los espíritus se combina lo natural (catástrofes: huracanes, lluvias, terremotos…) con lo sobrenatural (predicciones de Clara, desplazamientos de objetos, aparición del fantasma de Férula…).

Realidad y fantasía se presentarán íntimamente enlazadas en la novela: unas veces, por la llegada de lo mítico, de lo legendario o de lo mágico; otras, por el tratamiento alegórico o poético de la acción, de los personajes o de los ambientes.

Narradores múltiples

La presencia simultánea de varios narradores es otra de las características de esta corriente. La casa de los espíritus presenta, así, un pluriperspectivismo que enriquece sobremanera la visión de los acontecimientos relatados. Se trata de un texto polifónico en el que Esteban Trueba y su nieta Alba serán dos de los tres narradores del relato. Ahora bien, exceptuando el epílogo, los escritos del patriarca de la familia así como unas esporádicas intervenciones de Alba en 1ª persona, los catorce capítulos de la novela serán contados por un narrador omnisciente que penetra a fondo en las conciencias de los personajes.

Emoción y valores morales

Frente al intelectualismo de los narradores del boom, en La casa de los espíritus se apela a las emociones del lector y los valores morales se recalcan desde un punto de vista maniqueo. La muerte está presente, es una prolongación de la vida; los muertos y los vivos conviven con naturalidad sin que provoque extrañeza.

Distorsión del tiempo

El realismo mágico también se caracteriza por la distorsión de un tiempo que se percibe como cíclico. De hecho, en la opera prima de Allende, el final enlaza con el principio —la novela comienza y termina con el mismo enunciado: Barrabás llegó a la familia por vía marítima— y las anticipaciones y retrospecciones son frecuentes. Aunque no se puede hablar de una alteración temporal, la autora de El juego de Ripper desliza en la obra elementos que remiten a una cierta concepción cíclica que, sin embargo, no afecta al texto en su conjunto.

Violencia

En La casa de los espíritus, la violencia, rasgo de la estética mágico-realista, se manifiesta tal y como ocurre en la vida cotidiana, produciendo la sensación de una sociedad primitiva. En el relato de Allende, este tema se asocia exclusivamente al ámbito masculino y se circunscribe especialmente al personaje de Esteban Trueba. Su ímpetu y falta de control le acarrearán un profundo sentimiento de soledad que será una constante en el personaje.

Hipérboles y exageraciones

Las hipérboles y exageraciones, tan habituales en esta corriente, aluden a un universo primitivo y bárbaro. Del tío Marcos, por ejemplo, se decía que sus modales se asemejaban a los de un caníbal. Este primitivismo se aprecia igualmente en la sensualidad desenfrenada de Esteban hacia Pancha García, a quien «acometió con fiereza incrustándose en ella sin preámbulos, con una brutalidad inútil».

Conclusión

En conclusión, La casa de los espíritus —traducida a numerosos idiomas y protagonizada en el cine por Jeremy Irons, Meryl Streep, Glenn Close, Winona Ryder y Antonio Banderas— es un relato político-social con destacada presencia de lo femenino, en el que la trama, narrada con sencillez, ocupa un papel cardinal. Todo ello explica que la primera novela de la chilena Isabel Allende se convirtiera desde su publicación en 1982 en un éxito inmediato de superventas a nivel internacional.

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