Análisis de los Personajes de La Casa de los Espíritus
La casa de los espíritus es la primera novela de la escritora chilena Isabel Allende, publicada en 1982. La obra tuvo un gran éxito a nivel internacional. Isabel Allende narra una saga familiar: la vida de cuatro generaciones de la familia Trueba, deteniéndose intencionadamente en los personajes femeninos. Los protagonistas de esta novela encarnan las tensiones sociales y espirituales de toda una época.
Una gran parte de las mujeres de la novela tiene nombres simbólicos. Cinco nombres hacen alusión a la transparencia, la luminosidad: Nívea, Blanca, Clara, Alba y Rosa. Sin embargo, esta luz no es igual en todas, ya que cada una de estas mujeres representa un modelo y una forma de iluminar el mundo.
Nívea
Nívea no es una Trueba, pero es la que pone la semilla de las mujeres que le suceden. Es una destacada activista, una luchadora por los derechos de la mujer que hace actos de protesta y discursos. Así, su papel es político.
Rosa la Bella
Rosa la Bella, hija mayor de Nívea y Severo, da entrada a la magia y la poesía en el relato. Tiene el cabello verde y una resplandeciente belleza. Su carácter es silencioso y sus movimientos lentos, haciéndola parecer una sirena. A pesar del temor que impone a los hombres por su belleza, Esteban Trueba le pide matrimonio y ella acepta. La madre de Rosa presentía que su hija era un ser celestial y que no duraría mucho en este mundo (como así fue, ya que fue envenenada por error). Aunque tampoco es una Trueba, el recuerdo que deja en Esteban dura toda la vida.
Clara
Clara, clarividente, es el personaje femenino principal. Clara practica la adivinación, el movimiento de los objetos, tiene amigos espiritistas (Mora y el Poeta), etc. Tiene por costumbre anotar las ideas más importantes en una libreta que llama »cuadernos de anotar la vida», libreta que después utiliza su nieta Alba para escribir la historia de los Trueba. Clara representa el mundo de la espiritualidad, la creatividad y el instinto femenino.
Blanca
Su hija, Blanca, carece de los poderes mágicos de su madre (Clara); sin embargo, es capaz de ver los espíritus, pero no puede hablar con ellos. Por otra parte, su garantía en la tierra la mantendrá a través de su actividad artística.
Alba
Para finalizar con las mujeres más destacadas de la obra, tenemos a Alba. Esta es hija de Blanca y Pedro. Hereda el pelo verde de su tía abuela Rosa, pero no su belleza. Su abuela Clara decreta que está bendecida por las estrellas. Por esa razón, Alba no fue a la escuela y fue criada en la gran casa de la esquina. Cuando era niña se divertía pintando en las paredes figuras extrañas y monstruos, similares a los que Clara esculpía y Rosa bordaba. Encarcelada y maltratada por los militares tras el golpe de estado, representa el sacrificio. Pero también representa el horror y la barbarie de la tiranía. Alba es también la reconciliación y el perdón, ya que tras la muerte de su abuelo, nos habla de dejar atrás el odio. Por todo esto, asume el papel de cronista en la familia, proponiendo la salvación a través de la escritura, la palabra.
Personajes Masculinos
Pero en La casa de los espíritus también aparecen hombres. Estos personajes son más reales y representan el punto de vista masculino y su sistema de valores: dinero, fuerza, sexo, etc. Aman a sus mujeres por su belleza, carácter o por sus extravagancias, pero el mundo masculino y femenino funciona por separado; son dos identidades independientes.
Esteban Trueba
Esteban Trueba es el personaje masculino más importante. Tiene un carácter fuerte, es machista y sufre constantemente ataques de violencia. Representa el autoritarismo de las clases altas de Chile y utiliza la crueldad y métodos sucios para triunfar. Sin embargo, fracasa como esposo y padre. No puede conseguir que Clara, su esposa, le ame y sus hijos le odian. Solo su nieta Alba le da cariño.
El resto de personajes son de menor importancia. Así está la saga de los Pedro García, Miguel o Jaime Trueba (intelectuales de izquierdas), etc. Pero estos hombres forman parte del mundo real, ajeno al mundo de la magia. Solo el fantasma del tío Marcos o el perro Barrabás podrán ser admitidos como huéspedes en la gran casa de la esquina, poblada de espíritus.
Aspectos Políticos y Sociales en La Casa de los Espíritus
La casa de los espíritus es la primera novela de la escritora chilena Isabel Allende, publicada en 1982. La obra tuvo un gran éxito a nivel internacional. Isabel Allende narra una saga familiar: la vida de cuatro generaciones de la familia Trueba, deteniéndose intencionadamente en los personajes femeninos. Los protagonistas de esta novela encarnan las tensiones sociales y espirituales de toda una época.
En casi toda la obra, la historia aparecerá como telón de fondo y su importancia es relativa. Servirá para enmarcar las vidas de los personajes y darles verosimilitud. Además, los hechos históricos nos ayudarán a entender mejor el comportamiento de estos y la historia será fundamental para el desarrollo de ciertos acontecimientos claves del relato: así, la lucha entre liberales y conservadores será la causa de la muerte de Rosa.
El caciquismo rural y la relación entre amo y campesino queda patente a través de la historia de la hacienda Las Tres Marías. Esteban reconstruye el viejo fundo abandonado y se preocupa de sus trabajadores. Pero los campesinos dependen del amo para todo: no pueden votar libremente y, si alguno incumple las normas, se le castigará duramente. Por eso, cuando los aires revolucionarios comienzan a extenderse por Latinoamérica, la llamada a la rebelión también llega a Las Tres Marías. Primero, a través de los discursos y las canciones de Pedro Tercero García; más tarde, con las campañas políticas del Candidato que recorrerá la región en tren; y, por último, con el triunfo de la Unión Popular en las elecciones de 1970.
A partir de aquí, los acontecimientos políticos pasan a primer plano y se colocan como protagonistas en los últimos capítulos de la novela. El capítulo XII hablará de los sucesos que tuvieron lugar a partir del triunfo de la Unión Popular: la reforma agraria, las conspiraciones para derrocar al presidente, la crisis económica, la violencia desatada en la calle y los enfrentamientos entre radicales de uno y otro bando, etc.
El golpe militar del 11 de septiembre ocupará la primera parte del capítulo XIII. Isabel Allende nos ofrecerá la crónica minuciosa de aquellos días: la sublevación de la armada, el bombardeo del palacio de La Moneda, el incendio del edificio y el suicidio final de Allende.
La segunda parte narra las consecuencias inmediatas del golpe: Esteban Trueba y los habitantes del Barrio Alto celebrarán con champán la victoria de los insurrectos. Se nos hablará de la gran transformación del país: los toques de queda, las detenciones ilegales, los desaparecidos y, sobre todo, el silencio. Un silencio que recorre las calles y los interiores de las casas. Este silencio se romperá en el entierro del Poeta (Pablo Neruda).
Esteban Trueba se mantendrá indiferente a la represión hasta que detienen a Alba. Cuando los soldados le arrebatan a su nieta, utilizará su cargo de senador para protestar por el atropello; pero comprenderá que la dictadura tiene sus propias reglas y esas reglas les excluirán del poder a él también.
La detención e interrogatorio de Alba será la base narrativa del capítulo XIV. En este, las escenas de tortura se alternan con la narración. Esteban Trueba recorre despachos y cuarteles para intentar la liberación de Alba. Al final, solo la intervención de una prostituta, Tránsito, conseguirá devolverle a su nieta.
La novela se cierra con la muerte del patriarca a los noventa años. El epílogo vuelve a retomar la narración de la saga de los Trueba. La ficción vuelve a imponerse sobre los hechos históricos. Pero la historia quedará ahí, marcando a los supervivientes: como Alba, que asumirá el papel de cronista de su familia y de su país.