Análisis de «La casa de Bernarda Alba»: Un drama de mujeres y represión

Análisis de «La casa de Bernarda Alba»: Un drama de mujeres y represión

Introducción

El presente texto es un fragmento de la mitad del primer acto de La casa de Bernarda Alba, obra dramática escrita por Federico García Lorca, el más reconocido representante de la Generación del 27. Este periodo literario fue considerado como la Edad de Plata de nuestra literatura, habida cuenta de que sus componentes (Pedro Salinas, Jorge Guillén, Vicente Aleixandre, Gerardo Diego, Rafael Alberti, Dámaso Alonso, Luis Cernuda, Federico García Lorca…) aglutinaron en su obra la tradición literaria española y los hallazgos del arte vanguardista. Es decisivo para comprender la naturaleza de este grupo los lazos de unión que originó la estancia de la mayor parte de sus miembros en la Residencia de Estudiantes, de donde emana el propósito de realizar un homenaje al magistral poeta barroco Luis de Góngora.

La obra poética de Federico García Lorca lo sitúa en la cúspide de la poesía española por ser capaz de tratar magistralmente ritmos y formas tradicionales y neopopulares (Romancero gitano), así como por dar vida a las imágenes más inusitadas, procedentes del Surrealismo (Poeta en Nueva York). En su producción teatral destaca la trilogía de dramas rurales formada por Bodas de sangre, Yerma y La casa de Bernarda Alba.

Contexto y Temática

En este fragmento observamos una de las escenas iniciales, que se corresponde con el momento en que, después del velatorio, Bernarda critica la hipocresía de sus vecinos y, a su vez, sienta las bases de cómo será el luto que deberán guardar sus hijas. Las rígidas normas que trata de imponer despiertan la queja –al principio, tímida- de las hijas.

Atendiendo a la temática, podemos destacar como asunto principal de la obra el conflicto entre el principio de autoridad/represión (representado por Bernarda) y el de libertad individual (simbolizado por Adela). A este tema general hay que añadir otros subtemas, como el valor de las apariencias (la obsesión por el qué dirán), el odio, la envidia entre las hermanas, el machismo, la resignación femenina…

En cuanto a los temas que se plantean en este fragmento destacan:

  • El autoritarismo de Bernarda, que impone un luto excesivo a las hijas (“no ha de entrar en esta casa el viento de la calle”).
  • La diferencia de roles de género en una sociedad retrógrada, que lleva a Magdalena a maldecir a las mujeres.
  • El tema de las apariencias, puesto que Bernarda vive obsesionada con el qué dirán, y desprecia a la gente que ha ido al velatorio (“¡Andad a vuestras cuevas a criticar todo lo que habéis visto! ¡Ojalá tardéis muchos años en pasar el arco de mi puerta!”).

Estructura y Espacio

La estructura de la obra es tradicional: se divide en tres actos, siguiendo el esquema clásico de planteamiento-nudo-desenlace. Cada parte está ambientada en un tiempo distinto: mañana-tarde-noche, respectivamente. Dentro de cada uno de los actos se presenta de forma paralela la misma secuencia: calma inicial, sucesión de conflictos y violencia final. Esta escena pertenece al Acto I, es decir, al planteamiento de la obra, concretamente al momento de conflicto que sigue a la imposición del luto riguroso por parte de Bernarda a sus hijas.

La casa de Bernarda Alba forma parte de un pueblo maldito sin río, en Andalucía. Es este un símbolo muy poderoso, pues Lorca relaciona el agua en movimiento (mar, río…) con la vida y la fertilidad, frente al agua estancada (pozos), que representa la muerte. La casa, como espacio específico, representa también la opresión, la represión, el odio y la muerte, en contraste con el otro espacio latente, el exterior, que significa la libertad y la vida. La acción dramática parece desarrollarse en una única jornada de un caluroso verano. Aunque faltan referencias temporales, se deduce que la acción transcurre a principios del siglo XX.

Personajes

La casa de Bernarda Alba es la última de las tragedias rurales de García Lorca. El subtítulo de la obra la etiqueta como “drama de mujeres en los pueblos de España”. La obra tiene su origen en una historia real en la que intervienen numerosos personajes, todos ellos femeninos, con un personaje masculino que, si bien no aparece nunca en escena, cobra un papel protagonista como desencadenante de los acontecimientos. Nos centraremos en los personajes que intervienen en esta última escena:

  • Bernarda es autoritaria, clasista, déspota y odiada. Su autoridad y poder aparecen claramente simbolizados por el bastón. Da mucha importancia a la apariencia y cree en la decencia y la honra. Bernarda es un personaje paradójico, pues es la más masculina de todas las mujeres, a la vez que constituye una barrera entre sus hijas y los hombres. Es quien perpetúa en la casa la tiranía machista. Podemos apreciar en este fragmento su tiranía, al querer imponer una reclusión inhumana a sus hijas.
  • Adela es la más joven y hermosa de las hijas de Bernarda. Es un personaje romántico por excelencia, que se opone y lucha contra el régimen establecido por Bernarda y encarna la tragedia que representa la obra. Su entrada en escena es simbólica: le ofrece un abanico de flores (vida, alegría, fertilidad) a su madre, quien lo rechaza violentamente.
  • Martirio es una mujer resentida y llena de pensamientos turbios.
  • Amelia, aunque es tranquila, arde en deseos de conocer a un hombre con el que abandonar el encierro de su casa.
  • Magdalena le habría gustado nacer varón para poder gozar de la libertad que tienen los hombres, en contraposición a la represión que sufren las mujeres.
  • La Poncia: criada que lleva años al servicio de Bernarda. Su rol es llevar y traer chismes de las gentes del pueblo. En este fragmento se observa cómo se refiere a que todo el pueblo ha venido al funeral.
  • Las muchachas son vecinas del pueblo.

Lenguaje y Simbolismo

Las acotaciones son breves y concisas: en la línea cuatro, “entrando con una bolsa”. Cumplen la función de indicar a los intérpretes un gesto preciso o una actitud concreta (en la línea ocho “golpea con el bastón”, símbolo de autoritarismo). Además, señalan el momento de entrada de los personajes no presentes desde el comienzo (en la línea uno: “van desfilando todas delante de Bernarda y saliendo”). Por último, también indican actitudes de los personajes (en la línea treinta y tres, “agria”, refiriéndose a la actitud de Adela).

En La casa de Bernarda Alba, como en el resto de los dramas rurales de Lorca, se presenta un cúmulo de elementos simbólicos que conducen la trama hacia el universo temático lorquiano más característico. Los nombres de los personajes son un claro ejemplo de ello: “Martirio”, “Angustias”, “Magdalena”… remiten a la noción de dolor o a personajes bíblicos sufrientes.

Otros símbolos recurrentes que se observan en este fragmento son:

  • El agua estancada, que alude a la frustración y la muerte (“pueblo de pozos, donde siempre se bebe el agua con el miedo de que esté envenenada”), mientras que el agua que fluye apunta a la vida, pero este es un pueblo “sin ríos”.
  • Al final de este primer acto, veremos cómo el personaje de María Josefa, en su locura, pretende casarse “a la orilla del mar, a la orilla del mar”, en una clara contraposición de espacios: muerte/vida.

Encontramos en este fragmento ejemplos de lenguaje expresivo en las comparaciones (“igual que si hubiese pasado por ella una manada de cabras”). En este caso, el símil está al servicio de la animalización, que marca una diferencia social entre Bernarda y sus convecinos y que muestra además el desprecio que nuestra protagonista siente hacia ellos.

Son destacadas también las metáforas (“para llenar mi casa con el sudor de sus refajos y el veneno de sus lenguas.

El fragmento objeto de nuestro análisis pertenece a la escena final del segundo acto de la obra teatral La casa de Bernarda Alba. Esta obra es parte de una trilogía compuesta por otras dos tragedias: Bodas de sangre y Yerma. Su autor, Federico García Lorca, nació en el municipio de Fuentevaqueros (Granada) el 5 de junio de 1898 y murió fusilado en Víznar al comienzo de la Guerra Civil, en 1936. En su juventud se trasladó a Madrid y se instaló en la Residencia de Estudiantes, coincidiendo con numerosos literatos e intelectuales. Más tarde viajó a Nueva York y Cuba y dos años después fundó “La Barraca”, un grupo teatral universitario que pretendía acercar el teatro al pueblo. Lorca destacó en los ámbitos de la poesía y la dramaturgia. Perteneció a la llamada “Generación del 27”. Con este término se conoce a una constelación de poetas españoles del siglo XX que se dio a conocer en el panorama cultural alrededor del año 1927, con motivo del homenaje a Luis de Góngora organizado en el Ateneo de Sevilla por el tercer centenario de su muerte. A esta Generación pertenecen autores de la talla de Pedro Salinas, Rafael Alberti, Luis Cernuda, Dámaso Alonso o Vicente Aleixandre, entre otros. Lorca ha sido el poeta de mayor influencia y popularidad de la literatura española del siglo. Algunas de sus obras más célebres son Mariana Pineda, Romancero gitano o Poeta en Nueva York.

En este fragmento observamos la escena en la que las mujeres de la casa de Bernarda abuchean a la hija de la Librada por tener un amante y haber enterrado al hijo nacido de sus relaciones con él, mientras Adela, atemorizada por su similar situación, trata de impedir el trágico final de la joven. 

La estructura de la obra es tradicional: se divide en tres actos, siguiendo el esquema clásico de planteamiento-nudo-desenlace. Cada parte está ambientada en un tiempo distinto: mañana-tardenoche, respectivamente. Dentro de cada uno de los actos se presenta de forma paralela la misma secuencia: calma inicial, sucesión de conflictos y violencia final. Este fragmento corresponde a la escena de violencia del final del segundo acto, en el que las mujeres de la casa, a excepción de Adela, se asoman para presenciar el linchamiento de La Librada. Dado que la escena se enmarca en el segundo acto, observamos el desarrollo del conflicto, simbolizado aquí por un paralelismo entre la escena del exterior de la casa (donde una mujer soltera se ha quedado embarazada y por miedo y vergüenza ha querido deshacerse de su criatura, razones que llevan al pueblo a condenarla) y la escena que se está produciendo en el interior de la casa, un calco de la situación anterior, como se explicita en la acotación en que Adela se agarra el vientre -señal inequívoca de que está embarazadae intenta defender inútilmente a su personaje-espejo fuera de la casa

Atendiendo a la temática, podemos destacar como asunto principal de la obra el conflicto entre el principio de autoridad/represión (representado por Bernarda) y el de libertad individual (simbolizado por Adela). A este tema general hay que añadir otros subtemas, como el valor de las apariencias (la obsesión por el qué dirán), el odio, la envidia entre las hermanas, el machismo, la resignación femenina… En esta escena concreta, se observa claramente el tema de la condena de un sistema patriarcal sobre las mujeres que se desvían de la moralidad imperante. Todo el pueblo representa ese sistema de valores machista y retrógrado, que encuentra su eco también dentro de la casa. Es Bernarda quien mejor simboliza esa condena, pues sus palabras son inequívocas: “¡Carbón ardiendo en el sitio de su pecado!” (represión sexual) y “¡Matadla!” (violencia máxima contra las mujeres que incumplen la norma moral).


La casa de Bernarda Alba es la última de las tragedias rurales de García Lorca. El subtítulo de la obra la etiqueta como “drama de mujeres en los pueblos de España”. La obra tiene su origen en una historia real en la que intervienen numerosos personajes, todos ellos femeninos, con un personaje masculino que, si bien no aparece nunca es escena, cobra un papel protagonista como desencadenante de los acontecimientos. Nos centraremos en los personajes que intervienen en esta última escena: ● Bernarda es autoritaria, clasista, déspota y odiada. Su autoridad y poder aparecen claramente simbolizados por el bastón. Da mucha importancia a la apariencia y cree en la decencia y la honra. Bernarda es un personaje paradójico, pues es la más masculina de todas las mujeres, a la vez que constituye una barrera entre sus hijas y los hombres. Es quien perpetúa en la casa la tiranía machista. Podemos apreciar en este fragmento su tiranía, al querer acabar con la vida de la hija de la Librada, pues esta carece de decencia. Además, podemos observar su autoritarismo en los diálogos al mandar y gritar a sus hijas continuamente. ● Adela es la más joven y hermosa de las hijas de Bernarda. Es un personaje romántico por excelencia, que se opone y lucha contra el régimen establecido por Bernarda y encarna la tragedia que representa la obra. Muere en un acto suicida final, entrando así en concordancia con el personaje de Mª Josefa, pues ambas mujeres escapan de la represión por las dos vías posibles: la locura y la muerte. En este fragmento podemos observar su preocupación por la relación que mantiene con Pepe el Romano, cómo se solidariza con la hija de la Librada desde su temor a tener un final tan trágico como el de ella. ● Martirio es una mujer resentida y llena de pensamientos turbios. Acusa a Adela como resultado de la envidia que siente hacia ella.Esto lo observamos claramente en este fragmento, pues celosa de la relación que mantiene Adela con Pepe el Romano, la amenaza con destapar el gran secreto. ● La Poncia: tras años al servicio de Bernarda, se atreve a cuestionar su autoridad. Se trata de un personaje que muestra un claro rencor hacia su “superiora”; y, sin embargo, entre ellas existe una complicidad que llegaría a ser amistad de no ser por la diferencia de clases sociales entre ambas.En este fragmento se observa cómo cumple perfectamente con su rol de traer los “chismes” del vecindario, lo que se convierte en el “alimento” de su señora, quien vive obsesionada por mantener la honra y la decencia de puertas hacia fuera. Especial relevancia tienen las acotaciones. En ellas el lector recibe información, a menudo no verbal, de los sentimientos o pensamientos de los personajes. En esta escena destacaremos 3 acotaciones esenciales: la que indica que se oye un grito de mujer, que hace patente en escena el dolor y desgarro de la hija de la Librada durante el linchamiento, algo que aporta mucho dramatismo; la que se refiere a la manera en que Martirio pronuncia su condena hacia la hija de la Librada pero mirando a Adela, donde se evidencia a quién querría verdaderamente condenar Martirio; y, por último, la escena en la que Adela se pone de parte de la mujer linchada mientras se agarra el vientre, muestra de que se solidariza con ella desde la conciencia de que puede seguir su mismo destino, al estar embarazada. Por lo que respecta al espacio, la acción transcurre en la casa de Bernarda Alba, la cual es escenario de la represión física y moral de sus habitantes. Se trata de una construcción típicamente andaluza, de una casa de muros gruesos, con patio y corral. Ahora bien, tras los muros de este lugar, se encuentra el mundo exterior, que aparece en la escena de diferentes modos: en esta escena, La Poncia trae noticias de lo que está pasando en la calle y todas las mujeres acuden a las ventanas para mirar. El espacio exterior siempre se recrea en la mente del lector, a través de los diálogos, pero nunca es mostrado de manera directa. 


La acción dramática parece desarrollarse en una única jornada de un caluroso verano. En esta obra no existe ningún tipo de salto temporal; así pues, la acción es lineal: los acontecimientos se suceden de una forma ordenada y consecutiva. Aunque faltan referencias temporales, se deduce que la acción transcurre a principios del siglo XX 

En lo que respecta al género literario, aunque en la obra se pueden apreciar rasgos cómicos (por ejemplo, en las expresiones usadas por La Poncia), el tono de frustración general y la catástrofe del desenlace nos hacen hablar claramente de tragedia. Encontramos en la obra gran cantidad de figuras retóricas. En el fragmento que nos ocupa señalaremos las siguientes: ● El paralelismo ya que repite la misma estructura sintáctica (sustantivos y complementos del nombre) en “varas de olivo y mangos de azadones”. ● También vemos una símil porque compara dos términos que tienen alguna semejanza, “he ido como arrastrada por una maroma” ́, es decir que se sintió impulsada a salir como si una cuerda la empujase. ● Encontramos polisíndeton porque se repite la misma conjunción en frases como “Y vamos a salir también nosotras. Y que pague la que pisotea la decencia”. Es una forma de enfatizar la idea. ● Epanadiplosis cuando Adela dice “¡No, no, para matarla no!”,porque termina la frase con la misma palabra que comenzó, lo cual subraya su negativa. ● Metáfora: “Agradece a la casualidad que no desaté mi lengua.”, con la que Martirio se refiere a que no dirá nada sobre el amante de Adela, manteniendo su lengua “atada” por el bien de la familia. También destaca: “Yo romperé tus abrazos.” donde Martirio expresa su deseo por separar a Adela y a Pepe el Romano, provocando que nunca más se lleguen a abrazar. Finalmente, “: Yo no quería. He ido como arrastrada por una maroma.” Es otra de las metáforas que emplea Adela para disculparse por su pecado, ya que explica que no fue por voluntad propia, sino por una fuerza externa a la que no se pudo resistir ● Una personificación, “dando unas voces que estremecen los campos.” Expresión con la que La Poncia advierte que los gritos de los hombres son aterradores y que los mismos campos se estremecen al escucharlos, atribuyendo una capacidad humana (sentir miedo) a algo inanimado como el campo.

Ciñéndonos a la obra que se nos propone, la podemos resumir de la siguiente manera: Tras el funeral del segundo marido de Bernarda, esta impone en su casa un riguroso luto. La hija mayor, Angustias, heredera del dinero del primer marido de su madre, se promete con Pepe El Romano y produce la envidia del resto de sus hermanas. La lucha que mantienen entre ellas por este pretendiente provoca una situación en la que Adela se enfrenta violentamente a sus hermanas y, en especial, a su madre. Finalmente, Bernarda decide acabar con esta situación disparándole a Pepe, y Adela, en la creencia errónea de que este ha muerto, se suicida.


El fragmento objeto de nuestro análisis pertenece al tercer acto de la obra teatral La casa de Bernarda Alba. Esta obra es parte de una trilogía compuesta por otras dos tragedias: Bodas de sangre y Yerma. Su autor, Federico García Lorca, nació en el municipio de Fuentevaqueros (Granada) el 5 de junio de 1898 y murió fusilado en Víznar al comienzo de la Guerra Civil, en 1936. En su juventud se trasladó a Madrid y se instaló en la Residencia de Estudiantes, coincidiendo con numerosos literatos e intelectuales. Más tarde viajó a Nueva York y Cuba y dos años después fundó La Barraca, un grupo teatral universitario que pretendía acercar el teatro al pueblo. Lorca destacó en los ámbitos de la poesía y la dramaturgia. Perteneció a la llamada “Generación del 27”. Con este término se conoce a una constelación de poetas españoles del siglo XX que se dio a conocer en el panorama cultural alrededor del año 1927, con motivo del homenaje a Luis de Góngora organizado en el Ateneo de Sevilla por el tercer centenario de su muerte. A esta Generación pertenecen autores de la talla de Pedro Salinas, Rafael Alberti, Luis Cernuda, Dámaso Alonso o Vicente Aleixandre, entre otros. Lorca ha sido el poeta de mayor influencia y popularidad de la literatura española del siglo. Algunas de sus obras más célebres son Mariana Pineda, Romancero gitano o Poeta en Nueva York.

Tras el funeral del segundo marido de Bernarda, esta impone en su casa un riguroso luto. La hija mayor, Angustias, heredera del dinero del primer marido de su madre, se promete con Pepe El Romano y produce la envidia del resto de sus hermanas. La lucha que mantienen entre ellas por este pretendiente provoca una situación en la que Adela se enfrenta violentamente a sus hermanas y, en especial, a su madre. Finalmente, Bernarda decide acabar con esta situación disparándole a Pepe, y Adela, en la creencia errónea de que este ha muerto, se suicida. La estructura de la obra es tradicional: se divide en tres actos, siguiendo el esquema clásico de planteamiento-nudo-desenlace. Cada parte está ambientada en un tiempo distinto: mañana-tarde-noche, respectivamente. Dentro de cada uno de los actos se presenta de forma paralela la misma secuencia: calma inicial, sucesión de conflictos y violencia final. Este fragmento corresponde a la escena de violencia final del tercer acto, que desemboca en el suicidio de Adela. Atendiendo a la temática, podemos destacar como asunto principal el conflicto entre el principio de autoridad/represión (representado por Bernarda) y el de libertad individual (simbolizado por Adela). A este tema general hay que añadir otros subtemas, como el valor de las apariencias (la obsesión por el qué dirán), el odio, la envidia entre las hermanas, el machismo, la resignación femenina…


La casa de Bernarda Alba es la última de las tragedias rurales de García Lorca. El subtítulo de la obra la etiqueta como “drama de mujeres en los pueblos de España”. La obra tiene su origen en una historia real en la que intervienen numerosos personajes, todos ellos femeninos, con un personaje masculino que, si bien no aparece nunca es escena, cobra un papel protagonista como desencadenante de los acontecimientos. Nos centraremos en los personajes que intervienen en esta última escena:  Bernarda es autoritaria, clasista, déspota y odiada. Su autoridad y poder aparecen claramente simbolizados por el bastón. Da mucha importancia a la apariencia y cree en la decencia y la honra. En este fragmento, su hija menor Adela, rompe su bastón y, con él, rompe su autoridad, en un acto de rebeldía y de voluntad de expresar su amor por Pepe el Romano con total libertad. Podemos apreciar en este fragmento la preocupación de Bernarda por las apariencias, cuando Adela se suicida y ella se preocupa por ocultar que antes de ello perdió su virginidad. Bernarda es un personaje paradójico, pues es la más masculina de todas las mujeres, a la vez que constituye una barrera entre sus hijas y los hombres. Es quien perpetúa en la casa la tiranía machista.  Adela es la más joven y hermosa de las hijas de Bernarda. Es un personaje romántico por excelencia, que se opone y lucha contra el régimen establecido por Bernarda y encarna la tragedia que representa la obra. En este fragmento parte el bastón de Bernarda, convirtiéndose así en una única heroína que lucha con el deseo de todas las mujeres de la casa contra la madre, omnipotente y opresora de la voluntad de todas. Muriendo voluntariamente en un acto suicida final, entra en concordancia con el personaje de Mª Josefa, pues ambas mujeres escapan de la represión por las dos vías posibles: la locura y la muerte.  Angustias es la mayor de las hermanas, hija del primer marido de Bernarda y heredera de su dinero. Está prometida con Pepe, a pesar de conocer que él solo la quiere por su dinero. Su propio nombre la describe en un papel arquetípico.  Martirio es una mujer resentida y llena de pensamientos turbios. Acusa a Adela como resultado de la envidia que siente hacia ella  A Magdalena le habría gustado nacer varón para poder gozar de la libertad que tienen los hombres, en contraposición a la represión que sufren las mujeres.  Amelia: aunque es tranquila, arde en deseos de conocer a un hombre con el que abandonar el encierro de su casa.  La Poncia: sus años al servicio de Bernarda le permiten actuar con un aplomo y seguridad del que las demás carecen Se atreve a cuestionar la autoridad de Bernarda. Se trata de un personaje que muestra un claro rencor hacia su «superiora» y, sin embargo, entre ellas existe una complicidad que llegaría a ser amistad de no ser por la diferencia de clases sociales entre ambas.  Pepe el Romano: es el catalizador de todas las pasiones e iras en la casa. Está comprometido con la hija mayor y a su vez mantiene una relación clandestina con la menor.

La acción dramática parece desarrollarse en una única jornada de un caluroso verano. Aunque faltan referencias temporales, se deduce que la acción transcurre a principios del siglo XX. En esta obra no existe ningún tipo de salto temporal, por lo que podemos decir que la trama se mantiene en concordancia con el argumento; así pues, la acción es lineal: los acontecimientos se suceden de una forma ordenada y consecutiva.


Por lo que respecta al espacio, la acción transcurre en la casa de Bernarda Alba, la cual es escenario de la represión física y moral de sus habitantes. Se trata de una construcción típicamente andaluza, de una casa de muros gruesos, con patio y corral. Ahora bien, tras los muros de este lugar, se encuentra el mundo exterior, que aparece en la escena de diferentes modos: unas veces por el sonido de las campanas o el ladrido de los perros y en otras ocasiones, a través de breves historias como la de la hija de la Librada. La escena que nos ocupa transcurre en el patio interior de la casa. Se hace alusión al exterior brevemente cuando Bernarda sale con la escopeta

Aunque en la obra se pueden apreciar rasgos cómicos (por ejemplo, en las expresiones usadas por La Poncia), el tono de frustración general y la catástrofe del desenlace nos hacen hablar claramente de tragedia. Encontramos en la obra gran cantidad de figuras retóricas. En el fragmento que nos ocupa señalaremos las siguientes:  Metáfora: “¡Qué pobreza la mía no poder tener un rayo entre los dedos!”, con la que Bernarda se refiere a que querría tener más poder para parar y acallar a sus hijas. También podemos observar otra metáfora como; “Nos hundiremos todas en un mar de luto”, en la que Bernarda se refiere a que a partir de la muerte de su hija vivirán un largo periodo de luto en su recuerdo.  Comparaciones: “Ahí fuera está, respirando como si fuera un león”; en este caso, Adela está haciendo una comparación entre Pepe el Romano y un león, destacando la animalidad de las pasiones.  Una hipérbole: “¡Hubiera volcado un río de sangre sobre su cabeza!”, con la que Martirio muestra sus ansias de matar a Pepe el Romano por lo que ha sucedido.  Una personificación: “No creas que los muros defienden de la vergüenza”, expresión con la que Bernarda advierte a Adela de que nada la podrá defender de su deshonra. Por otro lado, esta obra utiliza un lenguaje lleno de simbolismo. Sin ir más lejos, destacamos los nombres escogidos por el autor para dos de las protagonistas: Angustias y Martirio. Dichos términos no hacen más que nombrar el estado emocional de cada una. Otros símbolos son “el bastón” que significa la autoridad de Bernarda, “las campanas”, que enmarcan la obra al escucharse al principio (muerte del padre) y al final de la obra (muerte de la hija); “los muros”, que separan el interior del exterior y significan cierre, presidio. “La escopeta” y “el martillo”, objetos de metal que simbolizan violencia, muerte. “La casa”, que representa la privatización de la libertad; “la luna”, que simboliza el erotismo; “el color blanco de las paredes”, que representa la vida, la alegría, la libertad, el amor… y “el color negro del luto”, que simboliza la tristeza, la prisión, la muerte; el caballo garañón, otro símbolo de la pasión erótica encerrada (por eso da coces).

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