Alfonso X y Don Juan Manuel: Legado Literario Medieval Castellano

La Escuela Alfonsí y Don Juan Manuel: Un Legado Literario Medieval

La Escuela Alfonsí

El Rey Alfonso X el Sabio reunió en su corte a sabios hebreos, árabes y latino-cristianos para abordar, con su ayuda, la ingente empresa de sistematizar y traducir al castellano todo el saber conocido en su época. Las consecuencias de este empeño tan universal fueron inmensas y afectaron a distintos ámbitos. Por un lado, la cultura griega penetra en Castilla por medio de las traducciones latinas de los libros árabes, y esto facilita el renacimiento del siglo XIII. Por otro lado, por medio de las traducciones de este siglo, el castellano se amplía y se transforma para cumplir su nueva función de lengua oficial y literaria. Realizó obras sobre temas muy variados como: el derecho (Las Siete Partidas), la historia (La Crónica General de España), la ciencia (Libros del Saber de Astronomía), el entretenimiento (Libro de Axedrez).

Don Juan Manuel

Noble ambicioso, escritor orgulloso de serlo, Don Juan Manuel, sobrino de Alfonso X, es el primer caballero que encarna el ideal de cultivar a la vez las armas y las letras. Su fuerte personalidad se manifiesta una y otra vez en su obra, teñida de intención moral y didáctica. Predominan en sus obras las fuentes orientales. Puede que Don Juan Manuel sea también el primer escritor castellano que se afana por conseguir un estilo propio, que él desea claro y conciso. Sin embargo, en su voluntad de ser perfectamente comprendido, puede resultar repetitivo en algunos pasajes. Además de su obra más lograda, El Conde Lucanor, Don Juan Manuel escribió otros libros, algunos de ellos perdidos a pesar de sus esfuerzos por conservar los manuscritos. Destacan El Libro del Caballero y del Escudero, que narra cómo un anciano caballero instruye a un joven escudero acerca de la orden de caballería, y El Libro de los Estados, una pormenorizada descripción de la rígida sociedad estamental del siglo XIV.

El Conde Lucanor

Esta obra, acabada probablemente hacia 1335, está dividida en cinco partes; pero lo realmente interesante son los cincuenta y un cuentos que componen la primera de ellas, enmarcados en las conversaciones entre dos personajes, el conde Lucanor y su consejero Patronio.

Todos los cuentos, apólogos o ejemplos comparten una misma estructura:

  1. El conde Lucanor expone a Patronio, su ayo (así se llamaba a la persona encargada de la educación de un joven), un problema que le tiene preocupado.
  2. Patronio decide que la mejor manera de contestarle es contarle un cuento.
  3. Terminada la narración, Patronio extrae de ella el consejo que conviene.
  4. Después se dice que el conde aplica el consejo y tiene éxito.
  5. Don Juan Manuel (el propio autor) decide incluir el cuento en su libro y lo termina con una moraleja escrita en forma de pareado.

Las fuentes de las que copia son extraordinariamente variadas, desde los cuentos orientales hasta las historias tomadas de fuentes cristianas, fábulas griegas, libros latinos, árabes e incluso las anécdotas de su tiempo.

Todos los cuentos tienen una clara intención didáctica y están escritos en un estilo sencillo y escueto, tratan temas relacionados con la ideología social y ética de un noble.

La Poesía Narrativa Culta: El Mester de Clerecía

Surge en la literatura española una nueva escuela poética, quizá la primera escuela poética consciente de serlo, el mester de clerecía, cuyas obras aparecen a partir de 1240, y, con características muy diferentes, se extienden también a lo largo del siglo XIV.

El mester de clerecía es el oficio de los clérigos, entendiendo que los clérigos no eran solo monjes y sacerdotes, sino todas las personas vinculadas a los monasterios y a la cultura latino-cristiana que en ellos se conservaba. En efecto, las nuevas obras nacen del deseo de transmitir los saberes monacales a un público iletrado, intención didáctica que encaja perfectamente con el ambiente cultural de la época.

Con ese fin, los clérigos acuden a los libros que están guardados en las bibliotecas de los monasterios y escriben sus poemas basándose en ellos. No se trata, sin embargo, de simples traducciones, sino de una labor creativa, de una versión nueva de los libros latinos hecha en romance castellano y adaptada para que sea comprendida por la gente sencilla. Los propósitos fundamentales son moralizar e instruir, y solo en menor grado entretener, lo que marca una diferencia más con los juglares.

Las obras del mester de clerecía tratan temas religiosos y de historia antigua. Los autores de esta nueva corriente poética utilizan una estrofa que requiere mayor habilidad que los versos irregulares y asonantados del mester de juglaría. Se trata de la cuaderna vía.

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