El joven Calisto se enamora de Melibea cuando entra en el jardín de su casa persiguiendo a un halcón. Para conseguir ser correspondido, contrata a los servicios de una alcahueta de dudosa reputación: Celestina. Su criado Pármeno

RENACIMIENTO

Fuentes de la literatura renacentista

La literatura castellana del siglo XVI registra diversas influencias externas, que son un reflejo más del universalismo renacentista. Entre ellas cabe destacar las siguientes:

  • La influencia italiana, patente sobre todo en la adopción de los esquemas métricos italianos (endecasílabos, sonetos…) y en la introducción de algunos subgéneros novelescos como la novela pastoril.
  • La influencia clásica, que se manifiesta tanto en los temas como en la búsqueda de un estilo armónico y equilibrado


    Aristóteles, Platón, Virgilio y Horacio serán los grandes modelos clásicos en literatura.
  • La influencia de Erasmo de Rotterdam, especialmente en la literatura moralizante y en las colecciones de refranes, dichos y sentencias.

Junto a estas influencias externas hay un desarrollo de la literatura de tradición castellana, como es el caso de los libros de caballerías, que siguen el modelo del Amadís, y surgen a la vez algunos productos genuinamente hispanos, como la novela picaresca.

Temas de literatura renacentista

La producción literaria del siglo XVI es vastísima, y, por tanto, son multitud los temas que se tratan. Entre ellos, los más frecuentes son:

  • El amor.
    El Renacimiento descubre la belleza del cuerpo humano y exalta las sensaciones placenteras, en especial las que se producen a través de la vista y el oído. Junto a la exaltación pagana del amor corporal se exaltan también con bastante intensidad el amor idealizado o amor platónico, que buscaba la unión de las «almas» de los enamorados, y el amor divino. Todo ello se verá con bastante intensidad en la poesía lírica: GARCILASO DE LA VEGA, FERNANDO DE HERRERA, FRAY LUIS DE LEÓN y SAN JUAN DE LA CRUZ
  • La naturaleza. La acción poética o novelesca suele situarse en un paisaje muy idealizado, formado por ríos de aguas siempre cristalinas, grandes arboledas, extensas praderas siempre verdes. Es la soledad y el silencio de ese paisaje idílico y lleno de armonías un marco apropiado para el lamento amoroso o el desarrollo de acciones inspiradas en la mitología.
  • La mitología. El Renacimiento pone de nuevo en circulación los mitos griegos, en especial los que están al servicio de la pasión amorosa. Los bosques, los ríos, las fuentes se pueblan de ninfas y de sátiros, a la vez que diversos personajes míticos reviven en la pluma de los autores renacentistas.
  • El sentimiento religioso. La paganización propia del primer Renacimiento se torna religiosidad en época de Felipe II. Los temas siguen siendo los mismos –el amor, la naturaleza–, pero ahí los escritores ascéticos y místicos los divinizan y los aplican a una situación del sentimiento religioso.
  • La historia. Los acontecimientos del momento se convierten en fuente de inspiración para muchos autores. La justificación de la política imperial de Carlos V o el relato de los sucesos más marcados del descubrimiento y de la conquista de América dan lugar a varias obras literarias.
  • El mundo caballeresco. La Edad Media pervive también mediante un proceso de idealización en numerosos relatos, especialmente en las novelas de caballerías y en la novela morisca.

La lengua literaria del Renacimiento

El siglo XVI es la época de consolidación del español clásico. Los grandes reajustes que se producen en el paso del siglo XV al siglo XVI se consolidan a lo largo de la centuria, de modo que la lengua queda fijada en el estado en que la conocieron nuestros grandes autores clásicos. Un fenómeno muy característico del español del siglo XVI fue la introducción de numerosos italianismos, en especial en el terreno de la literatura. Éste es el origen de palabras como novela, soneto, cuarteto, estancia y madrigal, entre otras.
Naturalidad y selección resumen el ideal estético del Renacimiento. La naturalidad y el afán de hacerse entender fomentan el gusto por la expresión llana y sencilla, presente, por ejemplo, en el Lazarillo de Tormes o en las obras de Teresa de Jesús.

La armonía que el Renacimiento busca en la naturaleza, en el hombre y en el arte se refleja también en Literatura


LA CELESTINA

El argumento

En La Celestina se muestran los trágicos amores de Calisto y Melibea y las malas artes que emplea la alcahueta Celestina para que se enamoren.
Calisto, un mozo inteligente y de clase alta, ha conocido en una huerta, algo alejada de la cuidad, a la bellísima Melibea, y se ha enamorado de ella. Vuelve a encontrársela en la ciudad, cerca de la iglesia, y le comunica sus sentimientos; ella lo despide irritada. Vuelve Calisto a su casa y confiesa su amor y su pesar a su criado
Sempronio. Éste le propone que utilice a la vieja Celestina como intermediaria, para que suavice la aspereza de Melibea.
Celestina logra entrar en la mansión de Melibea e intercede en favor del enamorado; consigue vencer su esquivez y la joven corresponde a Calisto.
Sempronio y Pármeno, criados de Calisto, de acuerdo con Celestina, desean explotar la pasión de su amo, que había ofrecido a la vieja una cadena de oro si lograba sus propósitos. Los criados reclaman su parte a la vieja, que se niega; la matan y huyen. Pero son apresados y muertos por la justicia.
Calisto suele visitar a Melibea trepando a su jardín por una escalera de cuerda; estando en él, se produce en la calle una pelea. El joven, pensando que uno de sus nuevos criados tiene problemas, desea intervenir en ella y al bajar por la escalera cae al vacío. Calisto muere, y Melibea, al saberlo, sube a una torre y se arroja desde lo alto.
La obra termina con el llanto de Pleberio, padre de Melibea.

Los personajes

Dos mundos se contraponen en la obra:
el ideal o renacentista, de los jóvenes enamorados que sólo viven para su pasión; y el real o medieval de la Celestina y los criados, ruines explotadores de aquel amor.
#     Melibea es una mujer enérgica y que toma sus propias decisiones. Es arrogante, apasionada, hábil para improvisar y con un carácter fuerte.
#     Calisto se muestra débil de carácter, que olvida sus obligaciones y sólo piensa en sí mismo y en el interés sexual por Melibea.
#     El personaje mejor trazado en la obra es de Celestina, la vieja astuta, encarnación del mal, que con tentadoras palabras quebranta la virtud de Melibea. Celestina se presenta como una persona vital, movida fundamentalmente por la codicia.
#     Los criados no guardan fidelidad a su amo y buscan su propio beneficio también. Esta actitud la muestra Sempronio desde el principio y Pármeno una vez que es despreciado por Calisto.
Uno de los aspectos más destacables de la obra es la magnífica caracterización de los personajes a través del lenguaje que emplean: los personajes nobles, como Calisto y Melibea, se expresan con delicadeza y elocuencia, mientras que los personajes populares, como Celestina y los criados, emplean un lenguaje más espontáneo y popular, lleno de refranes y frases hechas.

     

EL AMOR CORTÉS


El amor cortés, surgido del esquema de valores de la sociedad feudal, implica en el poeta una actitud amorosa concebida como un culto de vasallaje hacia una dama, a la que considera como «señora»; ese vasallaje se manifiesta como un «servicio» obediente y sumiso (el poeta se considera un «siervo de amor») a la dama, la cual, inicialmente debe reaccionar, según dicho código, con «desdén» o desprecio ante cualquier insinuación amorosa. El «servicio» del enamorado debe ser  secreto, ya que está en juego el honor de la dama (una noble, casada)
, por lo que el amante debe extremar su discreción, para que el celoso señor o esposo no puedan descubrir ese amor. Por eso, en los poemas del amor cortés se encubren el nombre de la dama (bajo un seudónimo o nombre imaginario) . Este amor excluye el contacto sexual y es concebido como un elemento purificador del poeta, y se mantiene en el plano de un amor espiritual, vivido como una experiencia gozosa. Sin embargo, en la poesía gallego-portuguesa y en los cancioneros castellanos, este «servicio» amoroso deriva hacia un sentimiento de tristeza: el poeta se siente herido, como consecuencia de la permanente actitud de desprecio por parte de la amada.
En La Celestina, Calisto y Melibea no siguen el modelo del amor cortés:
1) hay relaciones sexuales; la «dama» no desprecia al «galán»;  3) Calisto recurre a una alcahueta o vieja ramera que practica la brujería, etc.
Los enamorados y sus cómplices (Celestina y los criados Sempronio y Pármeno) pagan con la muerte esta desobediencia de amor cortés 

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *