Descubre la Literatura Medieval Española: Contexto, Géneros y Obras

Contexto Histórico y Cultural de la Literatura Medieval Española

Tras la caída del Imperio Romano de Occidente en el siglo V, la cultura escrita se refugió en los monasterios. Los monjes se encargaron de conservar y transmitir los saberes de la Antigüedad, copiando a mano los manuscritos, una tarea laboriosa y costosa realizada en piel de animales. Esta cultura se caracterizaba por una concepción cerrada del saber, donde se consideraba que todo estaba ya dicho. El concepto de «autoridad» era fundamental: la verdad de una afirmación se basaba en que un autor antiguo la hubiera escrito. Esta visión estática de la cultura se correspondía con una visión estática del mundo, donde la sociedad era inmutable. El tiempo también se concebía de forma no dinámica. Se trataba de una concepción teocéntrica de la realidad, con una ordenación jerárquica piramidal en cuya cúspide se encontraba Dios.

Por otro lado, existía la cultura popular, de transmisión oral, propia del estamento popular. Era una cultura de hondas raíces paganas, muy ligada a los ciclos de la naturaleza y muy vitalista, donde los valores corporales y sensuales tenían un lugar preferente, a diferencia de la cultura oficial, que los veía con desconfianza.

A finales de la Edad Media, la cultura escrita salió de los muros eclesiásticos. La aristocracia refinó sus modos de vida y consideró la posesión de libros y el interés por el saber como un signo de distinción. Desde finales del siglo XI y durante los siglos XII y XIII, este proceso se vio favorecido por la aparición de las primeras universidades en las incipientes ciudades. La mujer empezó a tener una mayor presencia, alcanzando una insólita relevancia que la convirtió en protagonista de la corriente literaria denominada amor cortés. La figura de la mujer también empezó a cobrar importancia dentro de la Iglesia. A finales de la Edad Media, el desarrollo del comercio y la economía mercantil favorecieron los viajes, el intercambio de ideas y el contacto entre culturas. El mundo medieval estamental, orgánico y cerrado dejó paso a un nuevo mundo en el que los individuos cobraban importancia.

Castilla y la Península Ibérica en la Edad Media

Durante la Edad Media, la península Ibérica fue un territorio muy fragmentado políticamente. Tras la invasión árabe en el año 711, coexistieron en este territorio reinos cristianos que se fueron formando al norte. Castilla, inicialmente un conjunto de condados dependientes de León, se erigió en reino en el siglo XI. El feudalismo no se dio en ella en estado puro, pues los nuevos territorios conquistados se repoblaban con hombres libres a los que se otorgaban pequeñas propiedades. Con el tiempo, la expansión castellana hizo que quedaran dentro de sus territorios importantes ciudades y poblaciones que habían sido árabes anteriormente.

En las tierras de Castilla convivieron personas de religión cristiana, musulmana y judía. Los mudéjares eran los musulmanes que habitaban en territorios cristianos, y los mozárabes eran los cristianos que vivían en tierras árabes. Esta convivencia fue, en general, respetuosa y pacífica.

El influjo del francés fue notable a través del Camino de Santiago, lo que llevó al establecimiento de numerosos colonos «francos» en las ciudades. A finales del siglo XI, comenzó a usarse la grafía francesa «ch».

Evolución Lingüística: del Latín a los Dialectos Romances

Lingüísticamente, en la península ibérica, tras la invasión romana, el latín había sustituido a todas las lenguas prerromanas, con la excepción del vasco. Este latín fue adquiriendo particularidades que lo diferenciaron según las zonas. Hacia el siglo VIII, las lenguas de origen latino que se hablaban en la península debían ser diferentes del latín original. Los dialectos eran:

  • Al norte: gallego-portugués, astur-leonés, castellano, navarro-aragonés y catalán.
  • Al sur: dialectos mozárabes.

Los primeros escritos en romance son las Glosas, anotaciones en lengua vulgar que algunos monjes escribieron para explicar términos latinos. Destacan las Glosas Emilianenses y Silenses (siglos X-XI), escritas en navarro-aragonés.

Hito histórico: 1212 – Batalla de las Navas de Tolosa (cristianos contra musulmanes).

La Poesía Oral Medieval

La poesía oral era algo natural en una sociedad iletrada, donde las composiciones se transmitían de memoria, favorecidas por los versos acompañados de música. Existía un deseo de expresar sentimientos y de narrar sucesos, dando origen a la lírica y la épica. La lírica estaba ligada al canto (canciones, bailes, recitaciones, etc.), y la épica también se acompañaba de música. Ambas eran transmitidas por los juglares, actores que divertían a la gente en pueblos y castillos. La poesía oral se caracterizaba por la anonimia y la multiplicidad de variantes de un mismo texto, debido a que se modificaba con la transmisión oral. Solo se convertía en literatura al ser recogida de forma escrita.

La Lírica Peninsular Primitiva

Se conservan las jarchas mozárabes, las cantigas de amigo gallegas y la lírica tradicional castellana. Las jarchas son breves composiciones líricas en mozárabe que aparecen incluidas al final de las moaxajas (poemas cultos en árabe o hebreo). Se transmitían oralmente y afloraron en textos escritos por la atracción que sentían los poetas árabes y hebreos hacia lo popular. Los primeros testimonios escritos son de los siglos X, XI y XII.

La Épica Medieval: Cantares de Gesta

La épica es la narración de las hazañas de un héroe antepasado del pueblo que las canta. Estos poemas, llamados cantares de gesta, relataban sucesos históricos literaturizados y se cantaban acompañados de una melodía. Los más destacados son el Cantar de Roldán y el Cantar de los Nibelungos. En España, destacan el Cantar de Mio Cid, un fragmento del Cantar de Roncesvalles y las Mocedades de Rodrigo.

El Mester de Clerecía

El Mester de Clerecía comprende obras escritas por autores cultos, habitualmente clérigos. Estos textos no estaban concebidos para el canto y su métrica estaba bien determinada, utilizando estrofas llamadas cuaderna vía. Los temas eran religiosos, y el contenido, histórico o novelesco. Tenían una función didáctica unida a los intereses de los monasterios.

El carácter culto del Mester de Clerecía se manifiesta en tres poemas anónimos del siglo XIII: El Libro de Apolonio, El Libro de Alexandre y el Poema de Fernán González. La obra más destacada es la de Gonzalo de Berceo, clérigo que pretendió con sus escritos convertir su monasterio en un centro de peregrinación. Destacan sus vidas de santos y obras marianas, siendo su obra más conocida Milagros de Nuestra Señora, una colección de relatos en los que la Virgen intercede por los humanos. Las obras de Berceo ofrecen información sobre la religiosidad popular.

El Mester de Clerecía continuó durante el siglo XIV con tres poetas castellanos: Juan Ruiz (Libro de Buen Amor), Pedro López de Ayala (Rimado de Palacio) y Sem Tob de Carrión (Proverbios morales).

La Prosa Medieval

El latín fue durante la Edad Media la lengua de los textos escritos. El castellano lo sustituyó paulatinamente como vehículo de comunicación, y en el terreno literario, el verso precedió a la prosa. En la segunda mitad del siglo XIII apareció la prosa castellana, gracias a Alfonso X el Sabio, quien utilizó el castellano como lengua de cultura, ligado a su proyecto político. Promovió la traducción al castellano de numerosas obras orientales.

Las obras dirigidas por Alfonso X son variadas:

  • Estoria de España y Grande e General Estoria (históricas).
  • Las siete Partidas (jurídica).
  • Libros del saber de astronomía (científico).
  • Libro de axedrez, dados y tablas (entretenimiento).

A lo largo del siglo XIII, el castellano se utilizó para la prosa de ficción, con numerosas colecciones de cuentos o «exemplos», como Calila e Dimna y Sendebar. Estas obras destacaban por su condición de recopilación del saber y de guía de conducta para políticos. Dentro de estas colecciones, destaca Don Juan Manuel con El Conde Lucanor, dividida en cinco partes. La primera consta de 50 «exemplos» que Juan Manuel toma de diversas fuentes, insertándolos en un marco narrativo que se repite. Las otras partes, excepto la última, están formadas por proverbios. La última parte es un tratado doctrinal de tema religioso.

El Teatro Medieval

En el teatro medieval se distinguen dos modalidades: el teatro religioso y el teatro profano. El religioso nació al amparo de los templos, vinculado a las representaciones litúrgicas. Las obras se agrupaban en dos ciclos: el de la Navidad y el de la Pasión y Resurrección de Cristo. Las primeras representaciones se llevaron a cabo en los templos, pero luego salieron y necesitaron un escenario propio. El teatro profano era representado por juglares, pero se conservan pocos textos teatrales medievales en castellano. Solo se conservan versos de la Representación de los Reyes Magos, de la catedral de Toledo.

Obras y Autores Destacados

El Cantar de Mio Cid: Texto, Autor y Fecha

El Cantar de Mio Cid se conserva en un manuscrito del siglo XIV copiado de otro anterior. Consta de 3730 versos y se desconoce el comienzo, pues falta el primer folio. Se han formulado varias hipótesis sobre su autoría y fecha. Algunos piensan que, tras diversas refundiciones, el texto actual data de alrededor de 1140 y es obra de dos o más juglares. Otros consideran que la unidad del texto apunta a un único autor culto, posiblemente un hombre de leyes o un clérigo. La mayoría sitúa la obra a finales del siglo XII o principios del XIII. El nombre «Per Abbat», que aparece en el manuscrito, se considera generalmente el del copista, aunque algunos lo identifican como el autor.

El Cantar se divide en tres partes: Cantar del destierro, Cantar de las bodas y Cantar de la afrenta de Corpes. Su estrofa es una tirada sin simetría, con versos de 15-16 sílabas, divididos en dos hemistiquios (espacios entre palabras que se usaban para respirar).

El Libro de Buen Amor: Texto, Autor, Fecha y Título

El Libro de Buen Amor se ha conservado en tres copias manuscritas y varios fragmentos. Su autor es Juan Ruiz. En los manuscritos aparecen dos fechas de composición: 1330 y 1343, lo que sugiere dos redacciones sucesivas. Ninguno de los manuscritos aparece titulado; modernamente, se propuso el título de Libro de Buen Amor, que fue aceptado.

Conceptos Gramaticales

La Sustantivación

Se habla de sustantivación cuando se crea un sustantivo a partir de otra clase de palabra. Por ejemplo, a partir de adjetivos como «viejo» o «químico» se forman sustantivos como «un viejo» o «un químico». Lo mismo ocurre con formas verbales como «pagaré» o «pésame». A estos cambios de categoría se les llama transcategorización.

Adjetivos Calificativos y de Relación

Los adjetivos calificativos describen cualidades o propiedades de los seres, a diferencia de los sustantivos, que designan clases de seres. Los adjetivos de relación no describen cualidades.

Adjetivos con Valor Especificativo y Explicativo

  • Adjetivo con valor especificativo: Señala una propiedad que distingue al ser u objeto designado por el sustantivo de entre otros posibles. La referencia del sustantivo queda delimitada. Ejemplo: Dame el bolígrafo azul.
  • Adjetivo con valor explicativo (epíteto): Señala una propiedad del ser u objeto sin pretender distinguirlo de otros. La referencia del sustantivo no queda delimitada. Ejemplo: La suave brisa del mar.

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