El Teatro Español de Posguerra: Evolución, Autores y Tendencias (1939-1975)

El Teatro Español Tras la Guerra Civil: Un Recorrido por sus Etapas y Autores Clave

Tras la Guerra Civil, el panorama teatral español se presentaba desolador. Algunos autores como Lorca o Unamuno habían fallecido, mientras que otros, como Casona, se habían exiliado. El teatro de los que permanecieron en España se vio fuertemente condicionado por la censura, resultado de la represión política impuesta por la dictadura franquista. Esto llevó a que, en muchas ocasiones, se considere que el mejor teatro de la primera década de posguerra se escribió fuera de España.

El Teatro en el Exilio

Casona, por ejemplo, desarrolló gran parte de su obra en Argentina. A su regreso a España, su teatro, caracterizado por un lenguaje cuidado, cargado de sentimiento y poesía, fue bien recibido. Destacan obras como «La barca sin pescador» y «La dama del alba«. Otros autores que escribieron teatro en el exilio fueron Alberti, con obras como «El adefesio» o «Noche de guerra en el Museo del Prado«, y Max AubSan Juan«), quien no tuvo gran éxito al regresar a España.

El Teatro en la España de los Años Cuarenta

En la España de los años cuarenta, predominaron dos tipos de teatro:

  • La comedia burguesa: Un teatro bien construido, con obras poco innovadoras y escasamente críticas con la realidad española. Se abordaban temas que no resultaban políticamente comprometidos. Destacan Calvo SoteloLa muralla«) y Salom, dramaturgo con talento para el teatro de entretenimiento y la intriga escénica («En la piel del limón«).
  • El teatro de humor: Basado en lo absurdo e ilógico. Sobresale Jardiel Poncela, autor de un humor inteligente e irónico, aunque a veces se le criticaba por falta de profundidad y un exceso de enredo en la trama. Escribió, entre otras, «Eloísa está debajo de un almendro«. Miguel Mihura también se caracterizó por un teatro absurdo e ingenioso, pero con una intención crítica y una preocupación existencial. En su primera época, buscaba la reflexión, no solo el entretenimiento («Tres sombreros de copa«). En su segunda etapa, su teatro se volvió más convencional, adaptándose a un público que buscaba principalmente diversión («Maribel y la extraña familia«).

El Teatro Realista de los Años Cincuenta y Sesenta

En los años 50 y 60, predominó el teatro realista. Los autores concebían la escena como un medio para agitar y transformar la sociedad española. Adoptaron formas realistas o, en ocasiones, derivaron hacia un teatro con tintes vanguardistas, aunque no todos pudieron estrenar abiertamente. El autor más importante de esta época es Buero Vallejo, quien introdujo este cambio en el teatro español. Su teatro presenta un profundo sentido trágico y reflexiona sobre el hombre y la sociedad. En algunas obras realiza una denuncia abierta y directa; en otras, recurre a una expresión más simbólica. Emplea diversos recursos escénicos, como efectos escenográficos, un lenguaje dramático de gran calidad y expresividad, y acotaciones minuciosas. Entre sus obras destacan «Historia de una escalera«, «La fundación» o «En la ardiente oscuridad«. También tuvieron éxito Sastre, autor inconformista y comprometido («Escuadra hacia la muerte«), y Olmo, que escribió un teatro dotado de realismo, denuncia social y fuerza dramática («La camisa«).

La Vanguardia Teatral de los Años Setenta

En los años 70, aparecieron nuevos autores que intentaron superar el realismo social, con un teatro que buscaba fórmulas más vanguardistas y experimentales. Podemos citar a Nieva, con un teatro de gran calidad alejado de los cánones tradicionales. Trata con frecuencia los temas de España, el erotismo y la religión («Malditas sean Coronada y sus hijas«). En esta misma línea, Arrabal escribe teatro del absurdo y de la crueldad, abordando temas religiosos, eróticos y políticos («Cementerio de automóviles«). Gala, que utiliza un lenguaje exquisito, suele mostrar su preocupación por el hombre. Escribe obras ambientadas en la época contemporánea o en un pasado histórico («Anillos para una dama«). Sanchis Sinisterra, experimentador del espectáculo teatral, escribe, por ejemplo, «¡Ay, Carmela!«.

El Teatro Independiente

A mediados de los años 60, surgieron grupos de teatro independiente: un teatro crítico y comprometido con la realidad, como alternativa al teatro comercial. Buscaban nuevas técnicas y fórmulas, y entendían el teatro como un trabajo conjunto. Además, lo concebían como espectáculo, por lo que el texto tenía menos importancia, y los actores cantaban y bailaban, anulándose la separación entre el público y los actores.

El Teatro a Partir de 1975

Desde 1975, el teatro vive un periodo de luces y sombras, pues tiene que convivir, en desigualdad, con otros espectáculos como el cine y la televisión. Aun así, en esta etapa se crean instituciones y se recuperan autores prohibidos por la censura franquista (Alberti, Arrabal). Surgen grupos teatrales como La Cubana o La Cuadra, y se recuperan los musicales. Muchos autores se vuelven más conocidos por los premios recibidos y la publicación de sus textos en revistas que por subir a los escenarios. Continúan estrenando autores como Buero Vallejo, Salom o Ana Diosdado. También empiezan a conocerse nuevos autores como Alonso de SantosLa estanquera de Vallecas«), Manuela Reina o Blanca Doménech.

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