Contexto Histórico: La España Previa a la Guerra Civil
Nos situamos en una época de agitación política en los años anteriores a la Guerra Civil Española. Se suceden la dictadura de Primo de Rivera; en 1929, revueltas estudiantiles y cierre de las universidades de Madrid y Barcelona; en 1931, proclamación de la República, quema de conventos en Madrid; triunfo de la derecha en las elecciones del 33; triunfo del Frente Popular (izquierdas) en las elecciones del 36; escalada de la conflictividad social e inicio de la Guerra Civil.
1. Miguel Hernández: El Poeta Puente Hacia la Generación del 27
Miguel Hernández mantuvo un estrecho contacto con los autores de la Generación del 27 y con ellos comparte su admiración por Luis de Góngora, el gusto por las vanguardias y la rehumanización de sus versos. Este poeta evolucionó en su ideología desde una posición conservadora a militar en el bando republicano, convirtiendo sus versos en arma política en defensa de la libertad. Los temas principales de su poesía son el amor, el dolor por el enfrentamiento bélico, el deseo de libertad y la angustia vital. Sus obras principales son:
- El rayo que no cesa: expresa su insatisfacción amorosa empleando símbolos de tipo vanguardista como el toro o el rayo.
- El hombre acecha / Viento del pueblo: poesía de compromiso social con un estilo sencillo.
- Cancionero y romancero de ausencias: es su última obra, compuesta en su mayoría en la cárcel. En ella expresa su profunda angustia existencial a modo de diario íntimo.
Miguel Hernández muere en la cárcel a los 32 años de edad.
2. Rasgos de la Poesía de la Generación del 27
Los poetas de la Generación del 27 están unidos por su admiración a Luis de Góngora, por la poesía pura de Juan Ramón Jiménez y por las vanguardias literarias europeas (surrealismo, creacionismo…), pero también por el hecho trágico de la Guerra Civil Española, que truncó sus vidas y afectó profundamente a su forma de hacer poesía.
Los rasgos más importantes de su lírica son:
- Mezcla de lo tradicional y de lo vanguardista: se regresa a las estrofas tradicionales en verso de arte menor y, al mismo tiempo, se emplean imágenes y símbolos de tinte vanguardista.
- Gran influencia del surrealismo: el surrealismo muestra gran preocupación por el subconsciente, los sueños y lo irracional. Esto da entrada en la lírica a la asociación insólita de palabras con contenidos ilógicos, sorprendentes metáforas y se abre el camino a nuevos temas, como el mundo de los sueños y la imaginación.
- Empleo de un lenguaje muy cuidado, cargado de recursos estilísticos como la metáfora o la aliteración. Crearon un lenguaje poético brillante y sugerente.
La poesía de la Generación del 27 experimentó una evolución muy marcada:
- PRIMERA ETAPA: hasta 1925. Es la etapa de juventud, en la que se mezclan estilos en busca de uno propio. Se mezcla la influencia de Bécquer, de los modernistas, pero también de las vanguardias y de la poesía más tradicional.
- SEGUNDA ETAPA: etapa muy marcada por el surrealismo. Se crea una literatura muy simbolista y conceptual de corte intimista, poco preocupada por los problemas sociales y muy centrada en la forma.
- TERCERA ETAPA: vuelta a lo humano y a lo social. La Guerra Civil provocó la toma de postura política de los miembros del grupo. Esto tuvo consecuencias: la muerte o el exilio, en la mayoría de los casos. Ahora la poesía expresa sus preocupaciones sociales de su tiempo (rehumanización de la lírica).
2.1. Federico García Lorca
Fue un gran poeta y también un excelente dramaturgo. En su poesía se observa con claridad la mezcla entre lo tradicional (neopopularismo) y el vanguardismo. Los temas principales de su lírica y también de su teatro son el destino trágico, la angustia vital, el amor, la muerte y la rebeldía. Si hay algo que destaca en su poesía es la presencia de símbolos de corte surrealista: la luna (vida, muerte, erotismo); el agua (cuando fluye libre simboliza el deseo; si está estancada representa la muerte); el viento (erotismo); la sangre (vida, sexualidad, fertilidad); el color verde (muerte); el caballo (naturaleza, vida, erotismo).
Sus obras principales son:
- Romancero gitano (mezcla de lo tradicional y lo popular en su visión del mundo gitano).
- Poeta en Nueva York (poemario surrealista, con muchas imágenes irracionales que pretenden mostrar la dureza de la vida en la ciudad).
- Sonetos del amor oscuro.
Como dramaturgo, Lorca fundó la compañía teatral La Barraca, que tenía como cometido viajar a la España rural para llevar el teatro a su gente. Sus dramas son auténticas tragedias en las que tiene un papel fundamental la mujer: Yerma, Bodas de sangre, La casa de Bernarda Alba.
2.2. Rafael Alberti
Sus obras vanguardistas en las que expresa su desolación personal (Sobre los ángeles) dejan paso a una poesía comprometida y crítica con la sociedad (Entre el clavel y la espada).
2.3. Pedro Salinas
Es considerado el poeta del amor. En sus versos resuenan los ecos de Juan Ramón Jiménez. Destacan: La voz a ti debida / Razón de amor. Tras la guerra, su poesía intimista deja paso a una poesía más social en la que expresa su inquietud por el futuro de la humanidad.
2.4. Vicente Aleixandre
En su poesía, muy influida por el surrealismo, expresa su ansia de fusión con la naturaleza. Sus títulos más importantes son: Espadas como labios / La destrucción o el amor. Recibió el Premio Nobel de Literatura en 1977.
2.5. Luis Cernuda
Es quizá el más espiritual de todos los poetas del grupo. Temas como el amor, la belleza de la naturaleza, la fugacidad del tiempo y el olvido, son principales para él. En 1936, él mismo reúne su producción lírica hasta ese momento bajo el título La realidad y el deseo. Posteriormente, en Los placeres prohibidos el surrealismo le sirve para proclamar su homosexualidad, de manera muy sincera y atrevida, con intención de exaltar lo bello y el erotismo.
2.6. Las Escritoras Olvidadas de la Generación del 27
Se las conoce como “las sinsombrero” y vivieron a la sombra de los hombres de esta Generación. Estas mujeres desempeñaron un papel crucial en la difusión de las vanguardias y, al igual que ellos, también sufrieron el exilio por sus ideas liberales. Destacan:
- María Teresa León: escribió su poesía siempre a la sombra de su pareja, Rafael Alberti.
- Concha Méndez: vivió a la sombra de su esposo, Manuel Altoaguirre, de quien se divorcia. Publicó su trilogía Inquietudes, Surtidor, Canciones de mar y tierra. En ellos muestra siempre un estilo directo y sincero.
- Ernestina de Champourcín: Hubo que esperar a 1989 para que esta poeta comenzase a recibir el reconocimiento merecido por obras como En silencio / Ahora / La voz en el tiempo. En 1922 recibió el Premio Príncipe de Asturias de las Letras.
- Josefina de la Torre: además de poeta fue cantante, actriz teatral y de doblaje. Su primer libro fue Versos y estampas, con prólogo de Pedro Salinas.
- Rosa Chacel: aunque también escribió poemas, destacó sobre todo con novelas como Estación de ida y vuelta / Barrio de Maravillas. Por esta última novela recibió el Premio de la Crítica en 1976. En 1987 recibe el Premio Nacional de las Letras españolas.
- María Zambrano: fue poeta, filósofa y ensayista. Su éxito le llevó a recibir el Premio Príncipe de Asturias en 1981 y el Cervantes en 1989. Entre sus obras destacan Filosofía y poesía / Claros del bosque.
3. La Poesía Posterior a la Guerra Civil
Tras la Guerra Civil (años 40) la poesía se divide en dos grandes bandos:
- Poesía arraigada (de estrofas clásicas, trata temas cotidianos, dulcifica la realidad y no la critica, pues pretende ser afín al régimen franquista).
- Poesía desarraigada (expresa la miseria material y espiritual de esta época a través de la expresión de la angustia existencial). En este segundo bloque destaca la obra de Dámaso Alonso Hijos de la ira, que abre las puertas a la poesía social de los años 50.
En los años 50 la poesía se convierte en un arma para luchar contra las injusticias del régimen franquista. El arte se transforma en “arte útil” y la poesía se compromete con los más desfavorecidos. Para llegar a un público amplio, se adopta un estilo sencillo y claro. Destacan tres autores en la poesía social de posguerra: Blas de Otero (Pido la paz y la palabra); Gabriel Celaya (Cantos iberos); José Hierro (Quinta del 42).
Al igual que sucederá en la novela, en los años 60 un grupo de autores se posiciona en contra de la sencillez y el prosaísmo de la poesía social y optan por una lírica con una forma más cuidada (búsqueda de la belleza formal). No desprecian el intimismo (vuelven al tema de la infancia, el paso del tiempo, el erotismo o la amistad), pero no por ello desprecian la crítica social. Dentro de este grupo sobresalen Jaime Gil de Biedma, José Agustín Goytisolo o Ángel González.
4. La Narrativa Posterior a 1936: Miguel Delibes y Camilo José Cela
La novela de posguerra también se vio fuertemente afectada por la Guerra Civil. Existen tres grandes tendencias que se suceden en orden cronológico:
- La novela existencial o desarraigada (años 40): se trata de una narrativa que relata la angustia vital en la dura etapa de posguerra. Sobresalen dos autores:
- Camilo José Cela (Nobel de Literatura 1989) con su tremendismo literario (relata lo más atroz de la realidad empleando un lenguaje muy crudo y descarnado). Su novela tremendista por excelencia es La familia de Pascual Duarte.
- Sobresale también Carmen Laforet con su novela Nada.
- La novela social (años 50): la preocupación social es el eje sobre el que se construye esta narrativa. El personaje individual deja paso al personaje colectivo (representa a un grupo social), el narrador presenta los hechos de manera objetiva, empleo constante del diálogo, se prefiere el relato lineal que respeta el orden cronológico. Sobresalen dos autores:
- Cela, de nuevo, con su obra La Colmena.
- Miguel Delibes con sus novelas Las ratas / El camino.
Otro nombre de mujer encontramos en este apartado: Carmen Martín Gaite, con su novela Entre visillos.
- La novela experimental (años 60): la novela entra en una fase de renovación formal. El relato emplea nuevas fórmulas narrativas como el monólogo interior, la ruptura del orden cronológico, juegos con la puntuación (algunas novelas no emplean de manera lógica los signos de puntuación), vuelta al protagonista individual (pero con un trasfondo social). En este grupo destacan sobre todo dos novelas: Cinco horas con Mario (Miguel Delibes) y Tiempo de silencio (Luis Martín Santos).