El Comienzo de lo Inexplicable
En 1943, la iluminación de Crantock consistía en pequeñas lámparas de metal con forma de campana. Una madrugada de verano, faltando pocas horas para el amanecer, se escuchó un murmullo, como una brisa en una noche sin viento. La lámpara de la esquina cayó al suelo y permaneció allí exactamente cuatro segundos.
Secretos en el Bosque y Confesiones Inquietantes
Alma se encontraba en el bosque, adentrándose y mirando hacia todos lados. Sus padres no estaban en casa y su hermana, Lucía, se encontraba en casa de sus abuelos. Alma buscaba un lugar para encontrarse con Juan. De repente, él salió de unos arbustos, habló con ella y luego, con una navaja, escribió sus iniciales dentro de un corazón en un árbol.
Era una noche ventosa de otoño. El padre Castillo estaba sentado en un sillón, con un vaso de ginebra, pensando en la última confesión que había recibido esa tarde. Ese día se habían confesado cinco personas: Lucía Babor, Olivia Reyes, la señora Bean, el niño de los Muro y la señora Fogerty.
Después de reflexionar, le informaron al padre que el señor Romero quizás no pasaría de esa noche, así que fue a confesarlo. Durante la confesión, el señor Romero le dijo: «Padre, esta no es mi casa…».
Más tarde, el padre Castillo recordaba estas palabras, que giraban en su cabeza. Permaneció con la vista fija a un costado de la cama… Por segunda vez esa noche, recordó a su madre: «Se llaman alucinaciones». Cuando lo llevaron al hospital, el doctor le explicó que eso solo le pasaba a personas enfermas.
Después de esto, el padre salió a caminar por el pueblo. Al llegar a la iglesia, escuchó un ruido. Miró hacia los muros y vio a San Pablo mover uno de sus brazos como si fuera un muñeco. Antes de esto, en el pueblo habían ocurrido milagros, como el de la Virgen que extendió sus brazos hacia el pueblo y los saludaba…
Cartas y Reservas
El padre Ramón Castillo le envió una carta al padre Benjamín. En ella, el padre Ramón le ofrecía disculpas al padre Benjamín después de su partida de Crantock…
El padre Benjamín dobló la carta, la guardó en su escritorio y la cerró con llave. Todo lo referente al padre Castillo merecía reserva.
Muchas cosas se dijeron acerca de la abrupta partida del padre Castillo, pero todo se reducía a chismes del pueblo.
Sentado en la mesa de la cocina, el padre pensaba en lo afortunado que había sido al ser designado párroco de Crantock. En la pared colgaba un cuadro que lo acompañaba desde que había dejado su casa para ingresar al seminario.
Era una tarde fresca y brillante de abril…
Los colores del otoño habían estallado de manera exuberante. La gente caminaba sin preocupación y los niños jugaban en medio de las calles. Esa era la sensación, la viva sensación de que Dios estaba allí. En ese momento, el sacerdote se emocionó.
Al caer la noche, decidió visitar los cipreses del cementerio y hacer una oración. Observó la tumba del hijo de Alma y se acercó con tristeza.
Una vez más, al padre Benjamín todo lo conducía a Dios. Y así continuó su camino por las calles de Crantock, sumido en sus pensamientos de bondad.
En el otro extremo del pueblo, Juan Vega entraba a su cabaña. Abrió la alacena y sacó una botella de vino. Se arrojó sobre la cama. Estaba cansado de trabajar.
Escuchó un chirrido, un sonido leve, un roce en la puerta. Se asomó por la ventana y vio algo que se desplazaba por el aire. Su cara se deformó en una risa loca, inhumana. Todo su cuerpo comenzó a sacudirse, movido por una danza extraña, terrible. Finalmente, su ropa se incendió porque sus fluidos estaban hirviendo…
Rumores, Violencia y un Niño Rescatado
La señora Tossi se encontraba en su peluquería junto a otras señoras del pueblo. Allí conversaban, ya que la señora Tossi escuchaba muchos rumores. Entre otras cosas, hablaron sobre Walter y dijeron que les daba lástima, ya que desde que su padre murió, él no hacía sino trabajar a diario. Una tarde, Walter caminaba por una calle del pueblo y escuchó el llanto de un niño en una casa. Al mirar por la ventana de la casa del señor Almenda, vio que este le estaba pegando a su hijo con un látigo. Walter entró, golpeó al hombre y se llevó al niño. A este niño se le llamó Pedro, pero Walter le decía Peter. En ese entonces, Lucía le ayudaba a Walter a cuidarlo, ya que en secreto lo amaba.
La señora Reyes subía a la habitación de su hijo, quien había nacido ciego, una condición irreversible. Este niño se llamaba Víctor. Ella se dio cuenta de que su hijo tenía una gran habilidad auditiva. Unos días atrás, había tenido algunas experiencias, así que había decidido leerle a su hijo para entusiasmarlo y estimularlo. Le estaba leyendo un cuento llamado *Jack el Asesino de Gigantes*. Mientras le contaba la historia:
«…en esta historia, un muchacho valeroso combatía gigantes. Había uno que atemorizaba a todos en el monte de San Miguel…»
En ese momento, algo cruzó por la ventana y Víctor le dijo a su madre: «¡Está ahí!», señalando hacia afuera.
Devoción, Secretos Familiares y un Espantapájaros Milagroso
Era temprano en la mañana, todavía no se había despejado bien el pueblo, y Lucía salía de su casa para ir a la de Walter. Este, al trabajar hasta altas horas, dormía hasta mediodía, lo que le daba tiempo a ella de arreglar a Peter, prepararle el desayuno y mandarlo al colegio.
Recordaba el día que Walter le había pedido que le ayudara en la casa y cómo ella le respondió que sí al instante. Iba a arreglar la casa, pues vendría Orson, el único familiar vivo de Walter (su sobrino). Orson tenía muy mala actitud, y el día que le estaban celebrando su fiesta, trató mal a Peter y al resto de los chicos del pueblo.
El joven Tomás estaba recostado antes de ir al campo a trabajar con los cultivos. Era alguien muy perezoso. Se puso a fumar y a pensar qué podría hacer, pues las semillas de zanahoria que tenía que cultivar se habían dañado, ya que había olvidado guardarlas. No sabía qué hacer, pues dañaría el negocio y afectaría al pueblo. Extrañaba a su padre, quien había muerto un tiempo atrás. A la mañana siguiente, se levantó, vio el espantapájaros que su padre había hecho un año antes y notó que se le había caído la camisa. Al acercarse, quedó sorprendido, pues vio brotes de zanahoria que se abrían paso a través de la tierra.
La Televisión Llega al Pueblo y un Sueño Revelador
Al fin, la televisión llegó al pueblo. Ese día, la señora Bean se levantó y estaba decidida a confrontar a la señora Tossi, quien tanto había difamado su persona. Al llegar allí, comenzó a decirle de todo y a blasfemarla. En ese momento, la señora Tossi le respondió y le dijo que se iba a ir al infierno por lo que le hacía a su esposo: por hacerlo bañar en el patio en pleno invierno debido a su olor por el trabajo. Este murió por esto, ya que enfermó y esto le contrajo la muerte. La señora Bean, al instante de escuchar esto, se retiró y se fue para su casa.
Después de esto, se puso a pensar, a rezar y a decir que Tossi era un demonio, que era Medusa y que con sus serpientes envenenaba las mentes de todas las personas del pueblo. Se durmió y empezó a tener un sueño:
«Ella se encontraba en su casa y también su abuela, quien le dice que tiene un feo olor. Después, aparece en la peluquería y la atiende Crane, quien intenta asesinarla. Ella huye hacia la iglesia, donde está ocurriendo un velorio de un supuesto cerdo, que era su esposo. En ese instante, ella sale corriendo y se encuentra al padre Benjamín casi a la salida del pueblo, y este le dice: ‘El infierno es por allí, querida’, y le señala hacia el pueblo.»
Después de este sueño, ella se despierta y escucha un extraño ruido en su patio. Al ir a ver qué sucedía, vio el cobertizo en el que su esposo trabajaba y quedó pasmada, pues lo vio elevarse por el aire y luego posarse en una esquina oscura y helada de su patio.
Descubrimientos y una Trágica Muerte
El señor Fim (doctor del pueblo) fue a dar una vuelta por el bosque para observar diferentes especies de plantas. En una cabaña estaba la hija de la señora Fogerty, quien había muerto hacía un mes en Buenos Aires sin haber vuelto nunca al pueblo después de las visiones. Volviendo, el doctor se encontró con el padre Benjamín, que iba a una kermés.
Vio la casa de la señora Bean en venta. Luego de ese episodio, se encerró en una clínica para no volver.
Avanzó por el bosque, montaña arriba. Hizo descubrimientos raros. Luego, quiso ver dónde nacía el río. A la mañana siguiente, fue hallado muerto. La niña que lo encontró creyó ver una máscara en el río.
El Regreso de Víctor y los Misterios de Fair
Víctor, el hijo ciego, volvía a Crantock para visitar la tumba de su madre. Era abogado y hacía obras de teatro en Buenos Aires. Víctor le cuenta a su amigo Pablo la historia de Fair, dueño de una granja, y su miedo a que los vecinos, los Ferraz, se la quedaran. Pablo y Víctor discuten si existen o no esas cosas extrañas que todos comentan.
Secretos Familiares y una Maqueta Inquietante
El hijo de los Ferraz entró en la abandonada casa de los McNair y escuchó una puerta que se abría.
Lucía descubrió que Walter no le daba importancia porque estaba enamorado de su hermana Alma. Ella volvió del convento por problemas de salud. El nuevo doctor del pueblo, Denis, está preocupado por la salud mental de uno de los Ferraz, que dice que se movía la casa de los McNair. «¿Cuántas Almas hay en el pueblo?», preguntó la esposa de Denis. Walter sufrió un infarto, pero aún no murió. Alma vio en el bosque el corazón que había escrito en el árbol con Juan, pero en un roble distinto.
El Último Día
- 10:00: Walter se despierta. Habla con su hijo. No se recuperó.
- 11:00: Lucía le pide a Alma que la visite, sin revelarle su clamor secreto.
- 14:00: Vino Orson con una maleta. Obliga a Lucía a preparar la habitación de huéspedes.
- 16:00: Orson fue a ver a su tío en la cama. Crane lo mira furioso y le pregunta si venía a ver si moría.
- 16:30: Orson no paraba de beber luego de la noticia de que no heredaría nada.
- 16:45: Peter vuelve a la casa.
- 17:00: Se encuentran Peter y Orson. Este último comienza a insultarlo.
- 17:15: Peter va a su despacho. Está angustiado pensando qué hará sin su padre adoptivo.
- 17:40: Entra Orson en una habitación oscura para «volar» y ve una sombra.
- 17:45: Vio una réplica perfecta del pueblo. Una lupa hacía de espejo; al acercarla, se veía perfectamente cada detalle. Tocó uno de los postes de luz de la maqueta. Se cayó un poste de luz en el pueblo.
- 17:50: El padre Benjamín se había enterado por Crane de este tipo de control. El mundo había dejado de existir. Peter se enteró hace poco. Le contó cómo Jeremías Crane había fundado el pueblo. Era arquitecto.
Orson rompió la maqueta sin saber su verdadero valor.