Novecentismo y Vanguardias: Contexto y Características
Entre 1912 y 1925, en el periodo de entreguerras, se desarrollaron dos movimientos literarios con epicentro en Alemania y Francia: el Novecentismo y las Vanguardias. Estos movimientos aportaron, respectivamente, solidez intelectual y una actitud de rebeldía y preocupación. Esta etapa, marcada por la convulsa situación política europea que desembocó en las dos guerras mundiales, transformó la concepción del arte durante el resto del siglo XX.
El Novecentismo: Rigor y Europeísmo
El Novecentismo integró a una serie de escritores que irrumpieron en el panorama literario en torno a 1914 (la llamada «Generación del 14»). Su intención era regenerar España desde una perspectiva intelectual y europea, con un talante liberal y optimista. Su lenguaje buscaba el rigor y la máxima depuración expresiva. Los temas principales eran:
- Ideas reformistas y europeístas.
- Propuestas reformadoras.
- La idea de «arte puro».
En la narrativa novecentista, destacan figuras como:
- Ramón Pérez de Ayala: Sus primeras obras tienen un componente autobiográfico, evolucionando hacia una narrativa más lírica y de crítica sensorial, culminando en novelas intelectuales.
- Gabriel Miró: Con un estilo lírico y formalista, y una actitud crítica y reflexiva. Destaca El obispo leproso, obra que sobresale por sus descripciones sensoriales y evocadoras, y por la representación de los estados de ánimo de los personajes.
En el ensayo novecentista, sobresale José Ortega y Gasset, quien abordó la regeneración de España, el nuevo arte puro y la crítica literaria. Una de sus obras destacadas es Meditaciones del Quijote. También es relevante el ensayo de Eugenio d’Ors.
Juan Ramón Jiménez desarrolló una obra poética personal, buscando la «poesía desnuda», que representaba el autoconocimiento y una vía de elevación espiritual. Su obra poética se divide en tres etapas:
- Poesía sensitiva: Influencia del Modernismo, con uso de alegorías y símbolos.
- Búsqueda del ideal: Afán de conocimiento de la realidad con una expresión desnuda y pura (Diario de un poeta recién casado).
- Conciencia interior: Fusión de la experiencia vital con lo trascendental a través del simbolismo intimista.
Las Vanguardias: Ruptura y Experimentación
Las Vanguardias no fueron un movimiento homogéneo, sino un conjunto de corrientes denominadas «ismos». Cada una se dio a conocer mediante manifiestos, y casi todas se desarrollaron en el contexto de la Primera Guerra Mundial, que evidenció la irracionalidad del ser humano. A pesar de sus diferencias, todas se centraban en crear obras artísticas rompedoras, con un afán de ruptura con la tradición estética previa. Algunas expresaban un compromiso social y político.
Entre los principales «ismos» vanguardistas, encontramos:
- Futurismo: Iniciado por Marinetti, reivindicaba un arte dinámico, vitalista e iconoclasta.
- Cubismo: Integrado por pintores como Picasso, buscaba descomponer la realidad y recomponerla en formas geométricas. Se extendió a la poesía con autores como Pierre Reverdy.
- Dadaísmo: Creado y difundido por Tristan Tzara, rechazaba el racionalismo y buscaba destruir el sistema de valores imperante.
- Surrealismo: Iniciado por André Breton, defendía la autonomía del arte y planteaba una revolución que propugnaba la liberación del hombre.
- Expresionismo: Surgido en Alemania con la evolución de la Primera Guerra Mundial, buscaba dar expresión al ser y criticaba la sociedad burguesa mediante una expresión cruda y sin adornos.
Vanguardias Hispánicas
La influencia de las Vanguardias generó dos movimientos hispánicos:
- Ultraísmo: Influenciado por el Futurismo, con autores como Guillermo de Torre. Se caracterizaba por una poesía centrada en la imagen, evitando referencias sentimentales o morales y prefiriendo temas de la realidad moderna. Desarrolló una utilización original de la tipografía.
- Creacionismo: Rechazaba el estilo modernista y creaba imágenes yuxtapuestas, prescindiendo de lo sentimental. Huidobro y Gerardo Diego son los autores principales.
Finalmente, destaca Ramón Gómez de la Serna, quien utilizó un tono humorístico. Escribió teatro, novelas (El Novelista) y biografías (Automoribundia). Creó un género nuevo: las greguerías.
Modernismo y Generación del 98: Crisis y Renovación
En el último tercio del siglo XIX, la crisis del modelo burgués, la primera gran crisis del capitalismo y el incipiente movimiento obrero se reflejaron en las expresiones artísticas del momento.
El Modernismo: Esteticismo y Evasión
El Modernismo nace en Hispanoamérica y se ve influenciado por:
- Parnasianismo: «El arte por el arte», separándose del sentimentalismo.
- Simbolismo: Analiza el mundo como un conjunto de símbolos.
Se caracteriza por el uso de un lenguaje radical, como parte del irracionalismo y el espíritu antiburgués. Se tratan temas como:
- Necesidad de evasión: Introducción de países exóticos y personajes mitológicos.
- Reflejo de su modo de vida: Actitudes antiburguesas.
El estilo modernista se caracteriza por el irracionalismo, reflejado en una sintaxis impresionista, con frases simples, aliteraciones y dobles adjetivaciones.
Autores y obras clave del Modernismo:
- Rubén Darío:
- Epístolas y poemas: Tono romántico.
- Prosas profanas: Representa el Modernismo formal.
- Cantos de vida y esperanza: Defiende los valores tradicionales.
- Azul: Considerado un paradigma de la estética modernista. El color azul aparece reiteradamente.
- Manuel Machado: Más íntimo, simbólico y sensual. Su obra principal es El alma, que destila sensualidad y melancolía modernista. Cante hondo recrea el estilo popular andaluz.
La Generación del 98: Preocupación por España y Existencialismo
La Generación del 98 la forman los escritores preocupados por la regeneración de España, la recuperación de valores, el existencialismo y la influencia del paisaje. El estilo es sobrio, con escasa acción y reflexivo. Predominan la novela (con personajes complejos) y el ensayo.
Autores y obras destacadas:
- José Martínez Ruiz, «Azorín»: Plasma la necesidad de regeneración, reflejada en personajes clásicos y el paso del tiempo. Destacan La voluntad (sobre el paso del tiempo hacia la nada) y La ruta de Don Quijote.
- Pío Baroja: Influencia de las corrientes filosóficas, reflexión sobre el sufrimiento, escepticismo y la situación de España. Estilo sencillo y natural, con importancia de los diálogos. Obras: El árbol de la ciencia y La lucha por la vida (primera etapa), y Memorias de un hombre de acción (segunda etapa).
- Miguel de Unamuno: Preocupaciones políticas y filosóficas sobre la decadencia de España, el tiempo, la muerte y la vida como agonía. Sus relatos se llaman «nivolas». Estilo con escasez de descripciones y predominio de los diálogos. Destacan Niebla y San Manuel Bueno, mártir. Ensayos: En torno al casticismo y Del sentimiento trágico de la vida.
- Ramón María del Valle-Inclán: Temas como el amor, la religión y la muerte. Tres etapas:
- Etapa de las Sonatas: Prosa preocupada por la belleza.
- Etapa de transición: Historias críticas como La guerra carlista.
- Etapa de los esperpentos: Deformación grotesca de la realidad (Luces de bohemia).
- Antonio Machado: Diversidad de influencias, actitud crítica ante el problema de España y simbolismo. Temas: el fluir del tiempo, el paisaje de Castilla, el amor y los sueños. Estilo con lenguaje depurado, «adjetivos definidores» y variedad métrica. Obras: Soledades, Campos de Castilla y Nuevas canciones.