Miguel Hernández: Un Viaje Poético a Través del Amor, la Vida y la Muerte

La poesía de Miguel Hernández está intrínsecamente ligada a su vida. Toda su producción está marcada por la concepción de la vida como un proceso de sufrimiento y muerte. Los tres temas centrales de su poesía son la vida, la muerte y el amor. Se puede apreciar un proceso vital en toda la obra de Miguel Hernández.

Vitalismo y Naturaleza en los Primeros Poemas

La mayor parte de los primeros poemas tienen un vitalismo despreocupado. Son muchos los poemas en los que se aprecia una exaltación jubilosa de la naturaleza. Todo lo natural le parece bello y armónico. Eleva a la categoría de poético las cosas cotidianas (los vegetales están personificados, la breva es una madrastra, la palmera pone tirabuzones a la luna). Percibe cosas inanimadas y él les da vida en sus poemas (la piedra amenaza, la luna se diluye…).

La naturaleza es uno de los tópicos de su obra, ya que forma parte de su vida, orígenes y lecturas. En sus primeros poemas se aprecia una naturaleza que es real (montes de Orihuela, huerta) a la vez que está idealizada. Hay pastores enamorados, ninfas, se da el locus amoenus.

Influencias Románticas y el Gongorismo Hermético

En los primeros poemas se pueden encontrar composiciones donde trata el tema amoroso de forma idealizada, bajo la influencia de poetas románticos como Zorrilla o José de Espronceda (s.XIX). Los versos de Perito en Lunas están formados con un gongorismo hermético y de construcción sintáctica elaborada y compleja. Habla de la naturaleza también, pero sin exaltarla tanto.

La Tragedia de la Vida y la Muerte

Cada poema trata el tema de la muerte junto al de la vida. El vitalismo que escribe ya no es despreocupado, sino que toma un carácter trágico. Sus poemas contienen alegría y dolor, ya que ambos sentimientos forman parte de la vida de Miguel Hernández. Su reacción hacia el dolor es el grito, la rabia… ante la vida que estaba marcada por el fatalismo. La imagen que tiene Miguel sobre el mundo son los elementos de la vida y la muerte (vida, hermoso, penar, moribundo).

La poesía de Perito en Lunas deja entrever connotaciones sexuales dichas de manera mística. Utiliza símiles de fruta (higos, dátiles) para referirse al sexo. Para él, la primavera tiene referencias sexuales y en invierno es cuando se contienen los impulsos amorosos y hay mayor castidad.

El rayo que no cesa: Amor y Destino Trágico

En El rayo que no cesa el poeta concibe el amor como destino trágico del hombre. El amor es muerte, a la vez que supone un impulso irresistible que busca procrearse para formar nuevas vidas. El toro está marcado por un destino trágico. La sangre es vida, pero también representa furia, fuerza descontrolada (citación fatal).

Hay veces en las que la muerte y la exaltación vitalista se unen con paradojas propias de la época Barroca (Quevedo). Miguel Hernández considera que la existencia es ir constantemente hacia la muerte. Para Miguel Hernández la muerte es pura tragedia, pero para Quevedo es una tragicomedia.

Existe una lucha constante del poeta por conseguir la plenitud de todo lo que vive: naturaleza, amor como descubrimiento, ausencia, lejanía platónica. Si no alcanza esa plenitud, le lleva al desconcierto, la duda, el pesimismo que le producen heridas (seré dilatada herida) ocasionadas de manera metafórica por huracanes, cuchillos, rayos… El tema amoroso de este libro refleja un amor lleno de pasión tanto sentimental como sexual. Miguel se despoja de la parte religiosa del sentimiento de culpabilidad y llega a un amor físico. La condición para escribir poesía amorosa es estar enamorado (Josefina Manresa o Maruja Mallo).

Las Cuatro Personificaciones del Amor

Miguel Hernández se personifica de cuatro maneras muy diferentes para diferenciar los amores:

  1. Como Miguel Hernández, persona, con el amor que siente hacia Josefina Manresa. Era un amor correspondido, pero no satisfecho de manera plena en el plano sexual.
  2. Como el toro, uno de los símbolos más representativos en la poesía de Miguel Hernández. Significa pasión noble, masculinidad y bravura. Le da el placer de amar a la vez que el dolor de la muerte (su destino).
  3. Como barro, se da cuando se pierde la entidad de la persona y se personifica en lo más pobre. Miguel Hernández da sentido a su vida a través de la huella de su amada.
  4. Como buey manso que asume los deseos de su amada para conseguir su atención y su amor.

Crisis de Identidad y la Influencia de Aleixandre

En septiembre de 1935, Miguel Hernández conoce a Aleixandre con su libro La destrucción o el amor, con el cual se adentra sin obstáculos en el tema amoroso. La dependencia exterior de un ser al que se necesita produce que Miguel sufra una crisis de identidad. Pasa del amor divino al humano. En algunos de sus poemas se autodefine como persona sin identidad por la presencia de su amada. A causa del amor pierde su oficio e incluso su nombre para reducirse a ser barro.

Para Miguel Hernández, Josefina es la verdadera criatura carnal a la cual escribe en sus poemas la unión de los cuerpos en el acto sexual (rito mágico y primitivo). La relación entre ambos es la castidad de pueblo, que es cerrada comparada con la que Miguel conoce en Madrid. El amor es insatisfecho, trágico e irrenunciable, también como un rayo incesante (metáfora que expresa la pena de amor que causa el no estar satisfecho con el acto amoroso con su mujer).

El rayo que no cesa percibe la herencia de la cultura amorosa de la poesía de cancionero en la que hay tres tópicos dominantes: queja dolorida, amada esquiva, amor como muerte. El amante vive la pasión amorosa como una tortura y un tormento del que no puede librarse. La amada es inaccesible, incluso esquiva. Miguel asume esa frialdad y la manera altiva de la amada, por lo que se muestra sumiso por ella. Aparecen tópicos oponiendo el fuego con el hielo o la nieve. El estilo en el tema amoroso es cuando llega a su madurez poética. En la necesidad de ampliar su lenguaje se encuentra con Quevedo, Fray Luis, Neruda, Aleixandre. Este libro es resultado de la convivencia con el pasado, las raíces del presente y su nueva expresión.

Viento del pueblo: Solidaridad y Esperanza en la Guerra

En Viento del pueblo el tema central es la solidaridad. Es una poesía directa, de carácter oral, aunque hay también poesía culta e impura. Escribe sobre la esperanza y el optimismo. También está presente el sufrimiento y el dolor a consecuencia de la guerra que se está viviendo. El vientre de la mujer ya no tiene connotaciones eróticas, sino que se convierte en símbolo de naturaleza, maternidad.

El hombre acecha: Intimidad y Desaliento

El hombre acecha es una obra intimista, escrita con un tono personal. Todos los poemas tienen una visión desalentadora de la realidad (muertes). Hay una lucha interna constante entre el rechazo a la guerra y la necesidad de luchar para alcanzar la victoria. El amor está presente en la casa de Miguel Hernández. Quiere regresar después de la guerra porque es la única esperanza de librarse del odio.

Cancionero y romancero de ausencias: Nostalgia y Dolor en la Cárcel

Ya en la cárcel escribe Cancionero y romancero de ausencias, de carácter triste. Escribe la verdad más dura y terrible (muerte del primer hijo). Después es condenado a muerte, conoce la vida en la cárcel, contrae una enfermedad que es mal tratada y vive en soledad. Ve el final inevitable. Escribe con nostalgia y dolor, habla al hijo y la mujer. Los dos temas centrales son la ausencia de libertad, de su tierra, amigos, familia… y el amor a su hijo y mujer. El amor, la vida y la muerte aparecen de manera recurrente durante el libro. Solo quien ama vuela.

Conclusión

En la poesía de Miguel Hernández, la vida y la muerte van unidas y hay siempre una constante mención del sufrimiento y la muerte.

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