Explorando la Obra de Calderón de la Barca: Poesía y Teatro del Siglo de Oro

Calderón de la Barca: Poesía y Teatro

Obra Poética

Calderón de la Barca es uno de los mejores dramaturgos del teatro del Siglo de Oro. Sin embargo, también es importante mencionar su producción poética, aunque en proporción a su labor dramática, su dedicación a la poesía es menor. Algunos de sus poemas están integrados en sus obras dramáticas. Por ejemplo, la pareja de sonetos, el primero titulado «A las flores», se encuentra dentro de El príncipe constante. Es uno de los sonetos más conocidos de la poesía española, tanto que incluso Mira de Amescua lo insertó en la jornada II de Galán, valiente y discreto, poniéndolo en boca del pretendiente de la Duquesa de Mantua, don Fadrique. Al insertar el soneto calderoniano, Mira elogia indirectamente a Calderón, captando el sentido moral de la fugacidad de la vida, comparable a la de las flores.

En el segundo soneto, «A las estrellas», Fénix, impresionada por el soneto «A las flores», y consciente de la transitoriedad de su propia hermosura, identifica metafóricamente a las estrellas con las flores, llamándolas “flores nocturnas”. Para la heroína calderoniana, las estrellas reflejan la luz del sol y solo viven cuando el sol lo permite. Al establecerse la relación entre flores y estrellas, se realiza una comparación vital en la que se establece que, como las flores viven un día, las estrellas viven una noche; las estrellas registran y rigen el destino de los seres humanos. Calderón, poeta al servicio del teatro, concibió los sonetos de El príncipe constante como una magistral antítesis dramática de caracteres.

Su obra poética no es tan exigua, ya que no solo se encargó de hacer sonetos para completar su obra dramática. Calderón llegó a componer un Cancionero en 1628, que incluye las elegías «En la muerte de la señora doña Inés de Zapata», dedicada a doña María de Zapata, y «En la muerte del señor infante don Carlos», al señor infante cardenal. Estas composiciones siguen el modelo genérico barroco, estructuralmente adecuado al esquema elegíaco con las variaciones propias de cada poema, integrado en la convención genérica desde el punto de vista estilístico.

Teatro

Aunque otras producciones gozaron de gran favor del público, el género dramático se configuró como la producción literaria más nacional del Siglo de Oro español. La consagración del género y su conversión en espectáculo determinaron la aparición de nuevos modos de representación escénica.

Características del Teatro Barroco

El teatro barroco español se define en base a una serie de rasgos característicos que suponen una ruptura con el teatro clásico grecolatino:

  1. Se quiebra la oposición entre tragedia y comedia, surgiendo así un género mixto denominado tragicomedia.
  2. Se rompe la regla de las tres unidades (de acción, de tiempo y espacio).
  3. Se impone la división en tres actos, haciendo coincidir la estructura externa con la interna: planteamiento, nudo y desenlace; la solución al conflicto debe darse en las últimas escenas para mantener vivo el interés del público hasta el final.
  4. Se escribe en verso, utilizándose la polimetría (romance para narraciones, tercetos para asuntos graves…).
  5. Decoro poético.
  6. Se intercalan fragmentos líricos, canciones populares y bailes, fusionándose lo culto y lo popular.
  7. La presencia de un tipo variado de personajes: el galán, la dama, la criada, el criado, el viejo, el poderoso, el gracioso (cobarde, materialista y contrapunto festivo del galán).
  8. La aparición de temas variados, pero predominando el amor, el honor, la historia española y la religión.

Valoración del Teatro Barroco

Suele presentarse el teatro barroco como un todo homogéneo que se juzga en bloque, con un concepto creativo y unos supuestos básicos que «funcionan siempre en el mismo sentido y que se resumen en la defensa del absolutismo monárquico, el concepto del honor, el orgullo nacional y la ortodoxia religiosa.» Pero el teatro del barroco fue un espectáculo global y se convirtió en un negocio de distintas variantes.

De ahí la creación de la tragicomedia, ya que estaba enmarcado dentro de un teatro comercial. Al público le gustaba sufrir durante la obra, pero no deseaba volver a casa con un final desesperanzador, no pagaba para ello. El público de los corrales necesitaba creer que las injusticias del mundo (muchas y muy variadas, en una época de crisis como la del Barroco) tienen un remedio final.

Lope de Vega y Calderón: La Evolución de la Comedia Nueva

Se distinguen dos fases en la trayectoria de la comedia nueva: la fase de creación, que corresponde con la época de Lope de Vega, y la fase de reforma, que se corresponde con la época de Calderón de la Barca. Cada una de ellas abarca tres periodos evolutivos. La fase de creación con los periodos de formación de la poética (1579-1583), su consolidación (1580 – 1609) y exageración de los rasgos (1609 – 1635). Y la fase de reforma con los periodos de renovación práctica, que retocó las prácticas dramáticas que se hacían de la poética para que la acción quedará más esquematizada (1630 – 1635), más tarde se da la consolidación de la reforma (1635 – 1681) y, por último, la decadencia y los epígonos (1681 – 1765).

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *