El Teatro Renacentista

Primera Mitad del Siglo XVI

Durante la primera mitad del siglo XVI, se observa un interés aristocrático por la cultura. El teatro cortesano, presentado en palacios, incorpora música y baile. Destacan tres autores:

• Juan del Encina: En su primera etapa, aborda temas religiosos y profanos. En las obras profanas, introduce el personaje del bobo, antecedente del gracioso en la comedia barroca. En su segunda etapa, sobresale el tema pastoril. Sus obras más logradas son las tres Églogas.
• Lucas Fernández: Siguiendo a Juan del Encina, compone obras religiosas y profanas. Su pieza más relevante es el Auto de la Pasión.
• Bartolomé de Torres Naharro: Dramaturgo y teórico del arte teatral. Distingue entre las comedias a noticia (inspiradas en sucesos reales) y las comedias a fantasía (de asunto imaginario).

Segunda Mitad del Siglo XVI

En la segunda mitad del siglo XVI, surge un teatro profesional a cargo de compañías estables que empiezan a representar en los primeros corrales de comedias. Es fundamental la influencia del teatro italiano, específicamente la comedia nueva italiana, heredera de las comedias latinas de Plauto y Terencio. Hubo un intento de adaptar la tragedia clásica, especialmente en ambientes humanistas y universitarios.

Lope de Rueda

Lope de Rueda fue escritor, autor y director de una compañía con la que recorrió el país. Es el introductor en España de las innovaciones de la escena italiana. Su creación más lograda son los pasos, breves piezas que formaban parte de la trama de comedias mayores. En los pasos destacan los personajes secundarios (el bobo, el soldado fanfarrón). Emplea un lenguaje coloquial/popular.

Miguel de Cervantes

Biografía

Miguel de Cervantes vivió en los años de transición entre el Renacimiento y el Barroco. Fue poeta, dramaturgo y novelista. Nació en Alcalá de Henares a finales de 1547. Su familia residió en distintas ciudades (Valladolid, Córdoba, Sevilla, Madrid). Con veintidós años huyó de la justicia hacia Italia por haber herido a un hombre. En Roma conoció el Renacimiento. Se alistó como soldado y participó en la victoria de Lepanto contra los turcos, donde recibió una herida que le dejó inútil su mano izquierda.

En su viaje de regreso a España fue capturado y llevado de cautivo a Argel, donde estuvo cinco años preso. Su familia consiguió el dinero para el rescate con enorme sacrificio. Fue redimido por los frailes trinitarios y se instaló en Madrid. A su regreso a España desempeñó diversos oficios, como el de recaudador de impuestos. Los problemas de estas tareas le llevaron a estar en prisión. Mientras ejerció estos trabajos se vio obligado a viajar por pueblos y ciudades del sur de España. En aquellos tiempos Cervantes era ya un hombre casado (con Catalina de Salazar) que había escrito su primera obra importante, La Galatea.

Desde 1603 residió en la ciudad de Valladolid y en 1605 publicó la primera parte del Quijote (imprenta de Juan de la Cuesta), con el título El ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha. Tras una breve estancia en Barcelona, se instala en Madrid. Aquí desarrolla una intensa actividad literaria: publica los doce relatos breves de las Novelas ejemplares. En los últimos meses de su vida publicó la segunda parte del Quijote y cuatro días antes de su muerte había terminado su novela Los trabajos de Persiles y Segismunda. De esta última etapa data el Viaje del Parnaso, una obra en verso donde muestra su visión del panorama literario.

Obras Principales

La Galatea

Publicada en 1585, es la primera obra en prosa escrita por Cervantes. Dividida en seis libros, pertenece a la tradición clásica y renacentista de la novela pastoril. La novela transcurre a orillas del río Tajo y muestra la historia de los amores de Elicio y Erastro por la pastora Galatea. La obra incluye cartas, debates sobre el amor, narraciones interpoladas, poemas amorosos. Aparte de las influencias italianas, es notable la huella de autores como Fernando de Herrera, fray Luis de León, Garcilaso de la Vega, y de la obra Los siete libros de la Diana de Jorge de Montemayor. Cervantes tuvo la intención de publicar una segunda parte, pero murió sin haberlo hecho.

Novelas Ejemplares

En 1613 Cervantes publica un libro con doce narraciones breves con el título Novelas ejemplares (novella: narraciones imaginarias de poca extensión). Añade el calificativo de «ejemplares» porque pretende transmitir un valor moral (no en todas hay una enseñanza concreta). Características generales: Son historias independientes, exceptuando dos: El coloquio de los perros y El casamiento engañoso. Las novelas se dividen en tres grupos en función de su estilo:

• Relatos de tono realista: Rinconete y Cortadillo, El licenciado Vidriera.
• Relatos de tono idealista: El amante liberal, La española inglesa, La fuerza de la sangre…
• Relatos que combinan ambas líneas: La ilustre fregona y La gitanilla.

Son distintas las influencias en estas narraciones: historias caballerescas, novelas italianas, picarescas y bizantinas… Son apreciables rasgos comunes: el empleo del diálogo para caracterizar a los personajes, tono de verosimilitud, el realismo de los ambientes y los desenlaces felices o cómicos.

Rinconete y Cortadillo

Dos jóvenes pertenecientes a un mundo de pequeños delincuentes. Se conocen en una venta y deciden viajar juntos a Sevilla, donde llegarán hasta el patio de un líder de una cofradía de ladrones. Aunque presenta algunas coincidencias con la novela picaresca (ambientación en los bajos fondos, pasajes autobiográficos), faltan elementos significativos como el servicio a diferentes amos.

Los Trabajos de Persiles y Sigismunda

En la última etapa de su vida Cervantes escribe Los trabajos de Persiles y Sigismunda. Cuatro partes integran la obra. El libro enlaza con el género de la novela bizantina. Cuenta el largo peregrinaje de los Príncipes de Tule y Frislandia a Roma. Las novelas bizantinas giran en torno al casto amor de una pareja que vive continuas aventuras. Presenta un tono más realista que otras novelas bizantinas. El relato cobra un valor alegórico: la peregrinación de los protagonistas es un símbolo de la vida terrenal. Viven un continuo ascenso espiritual hacia el más allá.