El Contexto Histórico y Filosófico del Fin de Siglo en España
La literatura finisecular en España está marcada por el «Desastre de 1898», cuando España perdió sus últimas colonias (Cuba, Puerto Rico y Filipinas). Esta crisis tuvo graves consecuencias económicas y sociales al comienzo del siglo XX. Además, en Europa se vivía una desorientación moral e irracionalismo, reflejados en las filosofías de Schopenhauer, Nietzsche, Kierkegaard y Bergson. Estos filósofos influyeron en los autores españoles de la época, especialmente en temas como el tiempo, la muerte, la angustia vital y el destino del ser humano.
El Modernismo: Una Reacción Estética
A finales del siglo XIX surge el modernismo como reacción al realismo burgués. Inicialmente despectivo, el término fue adoptado por los autores, que lo despojaron de connotaciones negativas. El modernismo, influenciado por el parnasianismo y el simbolismo francés, rechaza la concepción artística burguesa y busca el arte por el arte, priorizando la belleza y los sentidos. Se caracteriza por la sensualidad, la elegancia, el uso de símbolos y el escapismo hacia lugares exóticos y épocas pasadas. También introduce innovaciones en la métrica, como los versos alejandrinos y sonetos dodecasílabos.
Precursores y Máximos Exponentes del Modernismo
Los precursores del modernismo incluyen a José Martí (Cuba) y José Asunción Silva (Colombia), pero el líder del movimiento es Rubén Darío (1867-1916), de Nicaragua. Su obra más destacada incluye Azul, una combinación de relatos y versos influenciados por el parnasianismo; Prosas profanas, un ejemplo del modernismo colorista y sensual; y Cantos de vida y esperanza, donde su poesía se vuelve más intimista y reflexiva, destacando el poema «Lo fatal».
El Modernismo en España
Los viajes de Rubén Darío a España en 1892 y 1899 fueron clave para el desarrollo del modernismo, influyendo en los escritores españoles. El modernismo español se distingue por su carácter más intimista y un lenguaje más moderado, en línea con la poesía de Bécquer. Los autores más importantes incluyen a Francisco Villaespesa, Eduardo Marquina y Manuel Machado, quien en Alma combina modernismo con elementos del folclore andaluz. Otros autores como Antonio Machado, en Soledades, anticipa temas como el paso del tiempo y la muerte; Juan Ramón Jiménez, en su etapa «sensitiva», incursiona en el modernismo antes de la poesía pura; y Ramón María del Valle-Inclán, que, con Sonatas, utiliza el modernismo como base para desarrollar la técnica del esperpento.
La Generación del 98: Reflexión y Crítica Social
La Generación del 98 renovó el lenguaje literario, destacándose por su preocupación por los problemas y la identidad de España, especialmente en Castilla. Abordaron temas filosóficos y existenciales, mostrando desencanto y rechazo ante la realidad. Su estilo fue sobrio, menos ornamentado, e innovaron en la novela y el ensayo. El término «Generación del 98» lo usó Azorín en 1913. El Grupo de los Tres (Azorín, Pío Baroja y Ramiro de Maeztu) firmó en 1901 el Manifiesto de los Tres, aunque luego se dividieron. Otros autores clave fueron Unamuno, Antonio Machado y Valle-Inclán.
Autores Destacados de la Generación del 98
Azorín (José Martínez Ruiz)
José Martínez Ruiz «Azorín» (1873-1967) pasó de un anarquismo juvenil a posturas conservadoras. Su estilo se caracteriza por frases cortas, ritmo pausado y descripciones detalladas. Inició su carrera con una trilogía autobiográfica: La voluntad, Antonio Azorín y Las confesiones de un pequeño filósofo. También destacó en el ensayo, especialmente con Castilla.
Ramiro de Maeztu
Ramiro de Maeztu (1874-1936) se centró en la prosa ensayística, defendiendo una visión conservadora de España, como en Defensa de la Hispanidad.
Pío Baroja
Pío Baroja (1872-1956) destacó por su extensa obra narrativa, caracterizada por un estilo directo, sin retórica, donde el diálogo y la historia son fundamentales. Sus obras más conocidas son El árbol de la ciencia, Zalacaín el aventurero y la trilogía La lucha por la vida. También escribió Memorias de un hombre de acción, un ciclo histórico sobre España en el siglo XIX.
Miguel de Unamuno
Miguel de Unamuno (1864-1936), líder de la generación del 98, cultivó todos los géneros literarios y destacó por sus nivolas, como Niebla, donde el protagonista conversa con su creador, y San Manuel Bueno, mártir, sobre un sacerdote sin fe. También fue filósofo, con obras como Del sentimiento trágico de la vida.
Antonio Machado
Antonio Machado (1875-1939) se alejó del modernismo y se centró en las preocupaciones noventayochistas, especialmente en Campos de Castilla, donde reflexiona sobre España, Castilla y su esposa Leonor. También escribió Proverbios y cantares y Juan de Mairena, donde usa un heterónimo para reflexionar sobre la sociedad.
Ramón María del Valle-Inclán
Ramón María del Valle-Inclán (1866-1936) pasó del modernismo a la novela histórica y social. Su trilogía La guerra carlista trata sobre las guerras carlistas. Destacan Tirano Banderas, que inaugura el género de novelas de dictador, y El ruedo ibérico, donde utiliza la técnica del esperpento para criticar de manera deformante a los grupos sociales de su época, desde 1868 hasta 1885.
El Teatro Español Antes de 1936
En el teatro español anterior a 1936 se distinguen dos tendencias: la comercial, orientada al público burgués, y la innovadora, más difícil de representar.
Tendencias Teatrales
- Teatro Comercial: Jacinto Benavente (Los intereses creados), Eduardo Marquina y Francisco Villaespesa (teatro modernista), los hermanos Machado (La Lola se va a los puertos), Carlos Arniches y los hermanos Álvarez Quintero (teatro cómico y costumbrista), y Pedro Muñoz Seca (La venganza de don Mendo).
- Teatro Innovador: Miguel de Unamuno (El otro), Azorín (Lo invisible), Jacinto Grau (El señor de Pigmalión), Federico García Lorca (Comedias bárbaras y Divinas palabras) y Valle-Inclán (Luces de bohemia y Martes de carnaval).