La Novela de la Generación del 98
La Generación del 98 surge como una reacción contra el realismo y el naturalismo, marcada por una firme voluntad de innovación en temas y formas narrativas. Este grupo de autores se consolida en un contexto de crisis y renovación intelectual.
Crisis e Ideología en la Generación del 98
La Generación del 98, activa a finales del siglo XIX y principios del XX, nace como consecuencia de tres circunstancias principales:
- La crisis política: La pérdida de las últimas colonias españolas (Cuba, Puerto Rico y Filipinas) en 1898, acontecimiento que da nombre a la generación.
- El agotamiento de las formas narrativas: El declive del realismo y el naturalismo como corrientes literarias dominantes.
- El influjo extranjero: La influencia de corrientes filosóficas y literarias provenientes de Europa.
Entre los escritores del 98, se incluyen figuras como Unamuno, Azorín, Baroja, Maeztu, Antonio Machado y Valle-Inclán. Todos ellos compartían un idealismo de carácter neorromántico, en contraposición al materialismo positivista del periodo anterior.
Los Temas en la Novela de la Generación del 98
Los dos asuntos que más inquietaron a los autores del 98 fueron el tema de España y el tema existencial.
El tema de España se aborda desde diversas perspectivas. El planteamiento reformista y patriótico de Unamuno contrasta con la visión escéptica y pesimista de Baroja, y con la percepción impresionista y lírica de Azorín. Todos buscan una imagen de España alejada de los tópicos y las tradiciones, centrándose en el descubrimiento del «alma de España» a través de:
- El paisaje: Especialmente el de Castilla, en el que descubren el espíritu austero y sobrio del hombre castellano. Se presenta una visión subjetiva e idealizada.
- La intrahistoria: Los pequeños hechos de la vida cotidiana, a los que Unamuno denominó «intrahistoria».
- La literatura: Retomando a autores medievales (Berceo, Manrique, Góngora) y mostrando especial interés por Cervantes y el Quijote.
El tema existencial abarca la preocupación por el sentido de la vida, la religión, las dudas sobre la existencia del más allá, y los conflictos psicológicos y morales del ser humano. Las actitudes varían entre autores: la angustia y obsesión por la inmortalidad en Unamuno, o la incredulidad religiosa en Baroja.
El Estilo Narrativo de la Generación del 98
El talante reformador de la Generación del 98 también afectó a la técnica estilística. Las características más relevantes son:
- Rechazo de la retórica: Se busca la sencillez y la claridad en la expresión.
- Estilo personal: Cada autor desarrolla un estilo propio y reconocible.
- Alejamiento del realismo: Se busca expresar las emociones y la subjetividad.
- Precisión léxica: Se busca un uso preciso y cuidado del lenguaje.
- Oraciones y párrafos breves: Se prefiere la expresión natural y concisa.
Los Novelistas del 98
Miguel de Unamuno
Es el escritor más peculiar del 98 por su carácter crítico e independiente. Su angustia existencial se manifiesta en todos los temas que aborda, con un fuerte contenido filosófico. Indaga en las complejidades espirituales y psicológicas de sus protagonistas. Su obra se centra en la preocupación por España y la preocupación por la existencia y la muerte. Destaca Niebla, que refleja las características temáticas y formales de sus «nivolas», como él las llamaba. La angustia de la propia existencia, la confusión entre sueños y realidad, entre razón y fe, son temas centrales. En San Manuel Bueno, mártir, un sacerdote querido por todos oculta su falta de fe. La novela trata sobre la fe y la inmortalidad, el dilema entre la verdad dolorosa y la felicidad ilusoria, y la abnegación como actitud vital.
Pío Baroja
El carácter huraño de Baroja y su visión negativa del ser humano y la sociedad se reflejan en sus novelas. El tema principal de su obra es la protesta contra la sociedad. Baroja manifiesta una actitud crítica y sincera. Sus novelas se dividen en dos grupos:
- Novelas de pensamiento: Expresan un escepticismo absoluto sobre los aspectos religiosos y éticos del hombre. Ejemplos: La busca (1904) y El árbol de la ciencia (1911).
- Novelas de acción: La aventura constituye el argumento central. Ejemplos: Zalacaín el aventurero (1909) y Las inquietudes de Shanti Andía (1911).
Sus novelas se caracterizan por la espontaneidad y el antirretoricismo, con predominio de párrafos cortos y un léxico claro y sencillo. La sintaxis es igualmente sencilla. Los personajes se describen de forma rápida pero expresiva, reflejando las impresiones del autor.
Ramón María del Valle-Inclán
Su primera gran obra en prosa son las cuatro Sonatas: de otoño, de estío, de primavera y de invierno. Se caracterizan por una prosa modernista y los temas principales son el amor y la muerte.