La Generación del 27: Un Legado Literario Brillante
Bajo esta denominación se aglutina un numeroso grupo de excelentes poetas, escritores y escritoras nacidos entre 1892 y 1902, que llegó a ser la más brillante promoción de la literatura española del siglo XX. Recibió este nombre tras el homenaje que los autores brindaron a Góngora en el tricentenario de su muerte. Su característica principal es la mezcla de tradición y modernidad. Por un lado, todos se adhirieron a la vocación aperturista y cosmopolita de las vanguardias europeas. Por otro, mantienen una vinculación con el pasado literario español: del Siglo de Oro admiran a Góngora, Lope de Vega y Quevedo; del Romanticismo les influye Bécquer; del Modernismo, Rubén Darío; y, ya en la generación anterior, tienen modelos como Ramón Gómez de la Serna y Juan Ramón Jiménez.
Temas Centrales en la Poesía del 27
En relación con los temas, las obras de los y las poetas del 27 están impregnadas de los grandes asuntos del ser humano:
- La ciudad: Fue vista de una manera futurista, valorada de manera positiva en muchas ocasiones gracias al progreso y las comodidades.
- La naturaleza: Fue concebida en ocasiones como un entorno, pero en otras formó parte del yo poético. Predominó el paisaje cercano a la ciudad.
- El amor: Se presenta como la plenitud del individuo y admite todas las manifestaciones posibles, con sentido de libertad. No obstante, el choque entre esta postura y la realidad en que vivían condujo muchas veces al dolor.
- El arte: Fue un tema de creación poética ante el influjo de las vanguardias.
Evolución Poética del Grupo
En cuanto a la evolución poética del grupo podemos distinguir 3 etapas:
Primera etapa (hasta 1929)
Es la época de mayor influencia de las vanguardias y de la poesía pura de Juan Ramón, más atenta al trabajo de la forma que a la expresión de lo humano.
Segunda etapa (de 1929 a 1936)
La humanización de la poesía es cada vez mayor y coincide con la irrupción del Surrealismo. Junto a la expresión de las angustias personales, pronto aparecerá en sus poemas la protesta social, que será más evidente en los años de la República y de la Guerra Civil.
Tercera etapa (después de la Guerra Civil)
Lorca ha muerto. Varios de los miembros del grupo están desterrados. En España, la poesía deriva hacia un humanismo angustiado o solidario. En el exilio, la protesta y la nostalgia de la patria perdida son las notas dominantes.
Figuras Destacadas de la Generación del 27
Pedro Salinas
En su obra previa a la Guerra Civil cultivó la poesía pura, siguiendo la línea juanramoniana, a través de un lenguaje intelectualizado, aparentemente sencillo, desnudo, sin ornamentos superficiales. Buscaba, por tanto, la esencia de la realidad material. Su métrica se caracteriza por el uso de versos cortos y la renuncia a la rima. La fama le llegó con La voz a ti debida (1933) y Razón de amor (1938), libros que le convirtieron en un reconocido poeta amoroso con una visión idealista del amor que refleja diferentes momentos del proceso amoroso. El amor es la fuerza que da plenitud a la vida y sentido al mundo; es enriquecimiento del propio ser y de la persona amada.
Luis Cernuda
Su obra resume su concepto del mundo como choque permanente entre los anhelos del ser humano y las trabas sociales que los aplacan. Expresa la imposibilidad de alcanzar los sueños a través de temas como el amor desengañado, la soledad o la consecución de la belleza. Esto se observa ya en el título de la obra que recopila toda su poética: La realidad y el deseo (1936), que manifiesta ese abismo entre el 1º y el 2º. Su estilo está marcado por la ausencia de ritmo y de rima. Todo ello es visible en obras como Donde habite el olvido (1934), Las nubes (1943) o Los placeres prohibidos (1931).
Rafael Alberti
Su poesía se caracteriza por la variedad de estilos y temas y por el dominio de la métrica. Hay que reseñar la aparición del elemento popular y clásico en sus primeras obras, Marinero en tierra (1924), como la copla o el soneto. Sus poemas expresan la nostalgia profunda por el mar de su Cádiz natal. Posteriormente se decanta por elementos vanguardistas, especialmente surrealistas, como en su obra maestra, Sobre los ángeles (1929), en la que expresa una visión caótica del mundo que conduce al sinsentido de la vida. A partir de 1931 evoluciona hacia una literatura comprometida, el poeta en la calle.
La Poesía Posterior a 1936 y Durante la Guerra Civil
Durante la Guerra Civil, la literatura se convirtió en un arma de propaganda ideológica y la producción poética no se caracterizó por su calidad.
Miguel Hernández
Fue un poeta autodidacta con un enorme talento innato para la poesía. En su trayectoria se aprecia el equilibrio entre inspiración y técnica. Su primer hito literario lo alcanza con la publicación de Perito en lunas (1933), libro compuesto por 42 octavas reales en el que deslumbra su barroquismo gongorino plasmado en novedosas metáforas. Posteriormente, aparece El rayo que no cesa (1936), en el que aborda temas de gran hondura humana (la vida, el amor y la muerte) sin menoscabar el manejo de los aspectos formales. Con Viento del pueblo (1937) comienza su etapa de poesía comprometida. La preocupación estética deja paso a un compromiso social que conlleva un lenguaje poético directo y claro. Finalmente, ya en la cárcel por su filiación republicana, escribe su Cancionero y romancero de ausencias (1958), un poemario que mantiene la sencillez formal, recupera la lírica de carácter popular, y cuyo eje temático es el amor hacia su esposa y hacia su hijo.
Federico García Lorca
Fue un autor de grandes contrastes. En su obra se funden lo culto y lo popular, la desazón y la alegría, la técnica y la inspiración, lo tradicional y lo vanguardista. Entre sus poemarios más importantes se encuentran el Romancero gitano (1928) y Poeta en Nueva York (1940). En su primera etapa las composiciones son de tono popular, con gran influjo de la música y con imágenes sorprendentes e innovadoras. En su segunda etapa, a través de elementos vanguardistas, el poeta expresa la deshumanización del mundo con sus injusticias sociales y denuncia el capitalismo y las contradicciones del mundo contemporáneo.
Romancero gitano (1928)
No es un simple canto a una raza marginada. Lorca convierte al gitano en un mito en que se encarna el tema del destino trágico. En los romances aparecen personajes al margen de un mundo hostil, marcados por la frustración o la muerte; sus ansias de vivir se estrellan contra convenciones y trabas.
Poeta en Nueva York
El mundo neoyorquino produjo en Lorca una conmoción violenta. Lo definió en dos palabras: “Geometría y angustia”. Allí vio las manifestaciones máximas del dinero, la injusticia social y la deshumanización. Es una obra surrealista.
Teatro
Escribió farsas como La zapatera prodigiosa. Contribuyó al teatro de vanguardia, con obras audaces como El público. Destacan sus tragedias, que encarnan en mujeres el drama de la pasión frustrada: Bodas de sangre, Yerma y La casa de Bernarda Alba.
Queísmo y Dequeísmo
Queísmo es la omisión de la preposición «de», y dequeísmo es el uso incorrecto de la preposición «de».
Conjunciones
- Copulativas: y, e, ni, que, no solo, sino, también
- Disyuntivas: o, u
- Adversativas: mas, pero, aunque, sino que, sin embargo, excepto, salvo
- Explicativas: o sea, esto es, es decir
- Distributivas: ya… ya, bien… bien, tan pronto… como, unos… otros, aquí… allí
Yuxtapuestas: signos de puntuación.
La Poesía en los Años 40: Arraigo y Desarraigo
La poesía había iniciado un proceso de politización a finales de la década de 1920. Esa es la línea que mantendrán mayoritariamente los y las poetas al comienzo de la posguerra española. En la década de los 40 aparecieron distintas corrientes estéticas, entre las que destacaron la poesía arraigada o neoclásica y la poesía desarraigada o existencialista.
Poesía Arraigada o Neoclásica
Se adscribieron a esta corriente figuras cuya visión de la realidad estaba dominada por el optimismo y la sensación de que la sociedad en la que vivían era coherente y ordenada. Sus poemas, publicados en la revista Garcilaso, mostraban un tono sereno y empleaban formas clásicas. Entre los temas más utilizados estaban el sentimiento religioso, el amor, la belleza, la familia… Entre los autores de mayor renombre se encontraban Luis Rosales y José García Nieto.
Poesía Desarraigada o Existencialista
Esta corriente se oponía frontalmente a la anterior. Estaba dominada por un tono desgarrado que pretendía denunciar la existencia de un mundo sumido en el caos, gobernado por el dolor, el sufrimiento y la angustia. La religiosidad también está presente en los poemas de esta tendencia, pero en este caso para expresar las dudas, para lanzar imprecaciones a Dios. Esta poesía de carácter trágico está vinculada con el existencialismo. El estilo también es radicalmente opuesto al de los neoclásicos y en los poemas, publicados en la revista Espadaña, el lenguaje es mucho más directo y sencillo. El libro más representativo de la poesía desarraigada es Hijos de la ira (1944), de Dámaso Alonso. Al margen de estas dos tendencias surgieron firmas que no quisieron comprometerse con ninguna de ellas y buscaron su propio camino poético.
La Poesía Social de los Años 50
A mediados de la década de los 50, se publican dos libros que marcan un cambio de rumbo en la poesía española:
- Pido la paz y la palabra (1955) de Blas de Otero.
- Cantos iberos (1955) de Gabriel Celaya.
Estos dos poetas vascos parten de su etapa anterior, marcada por la corriente desarraigada, y transforman la angustia existencial individual en la expresión de problemas sociales. De este modo se impone un nuevo concepto de poesía que el propio Celaya define en sus versos como “poesía herramienta”, una lírica al servicio de la colectividad que busca una transformación social. El poeta se convierte en un ser solidario lejos de la neutralidad, se dirige a la mayoría, intenta llegar al pueblo y su manera de escribir va a cambiar para darle sentido a esta nueva concepción poética. Así, el lenguaje se vuelve claro, directo, el estilo sencillo, con tonos coloquiales y la belleza estética queda relegada a un segundo plano, ya que el contenido tiene prioridad absoluta sobre la forma. En lo tocante a la temática, la preocupación general es España, con el fin de denunciar la realidad de la época, concretamente la injusticia social, la alienación, las ansias de libertad.
La Poesía de los Años 60
La nueva generación de poetas, en ocasiones denominada generación de 1950, sigue manifestando su inconformismo a pesar del paulatino abandono de la poesía social. Las inquietudes por el ser humano siguen vigentes y se expresan a través de experiencias individuales. La temática tiene que ver con la percepción personal ante el fluir del tiempo, la nostalgia del pasado, el amor y el erotismo, la amistad, etc. En términos de estilo hay un claro rechazo de las propuestas de las décadas anteriores, aunque siguen cultivando el tono conversacional. De este modo, muestran un mayor cuidado en el uso del lenguaje poético e incorporan la ironía como recurso poético. Muchas de las figuras principales están vinculadas a las ciudades en las que habitan:
- El grupo de Madrid, al que pertenecen Ángel González y José Ángel Valente entre otros.
- El grupo de Barcelona, con Carlos Barral y Jaime Gil de Biedma a la cabeza.
Años 70: Los Novísimos
En 1970 José María Castellet publica su antología 9 novísimos poetas españoles. En ella aparecen poetas representativos de una nueva manera de entender el mundo y la poesía. Se trata de figuras nacidas después de la guerra, con una vocación más internacional y en cuya formación, además de los elementos tradicionales, desempeña un papel importante la cultura pop: el cine, la música, los cómics… Entre ellos se encuentran Manuel Vázquez Montalbán, Pere Gimferrer, Guillermo Carnero, Ana Mª. Moix y Leopoldo María Panero. Entre sus temas destacados se hallan las experiencias personales y las preocupaciones sociales del momento (la guerra de Vietnam, la sociedad de consumo…). No dudan en denunciar situaciones que les desagradan, pero al mismo tiempo no creen que la poesía sea una herramienta de transformación social.