La Novela Española de Posguerra: Ruptura y Transformación
La Guerra Civil Española supuso una rotura total con la literatura anterior y fue un hecho determinante en la vida cultural. Hubo un gran número de exilios de escritores importantes. Hay tres aspectos temáticos comunes a casi todos ellos: el recuerdo de los conflictos bélicos y de España, y el exilio del hombre.
La Novela Existencial de los Años Cuarenta
Se publicaron novelas triunfalistas o novelas de evasión. Su importancia reside en la ruptura con la literatura oficial y el testimonio de una existencia desoladora y conflictiva. Destacan La familia de Pascual Duarte (Tremendismo) y Nada (existencialismo), que reflejan un mundo burgués asfixiante.
La Novela de los Años Cincuenta: Realismo Social
Participan autores como Camilo José Cela, Miguel Delibes y Gonzalo Torrente Ballester, pertenecientes a la llamada «Generación del medio siglo».
- Camilo José Cela: La colmena (1951), ambientada en el Madrid de la posguerra, retrata la vida cotidiana llena de penurias y miseria. Adelanta algunas innovaciones posteriores.
- Miguel Delibes: El camino (1950), obra sobria y sencilla. También destacan Mi idolatrado hijo Sisí (1953), La hoja roja (1959) o Las ratas (1962).
La Generación del medio siglo parte de un concepto delimitado de la literatura: debe reflejar y denunciar la situación social. El escritor está comprometido y es solidario con el sufrimiento humano. El realismo busca reflejar la realidad. La técnica narrativa y el estilo optan por el objetivismo. El narrador, oculto, desaparece del relato y pretende reflejar la realidad de modo imparcial. De los personajes solo se sabe lo que hacen o dicen. Se utiliza el diálogo y el habla coloquial, con un estilo sencillo y comprensible. El personaje suele ser colectivo, representando a un grupo social. El tiempo y el espacio son concentrados.
Temas recurrentes son el vacío y la egolatría, como en Tormenta de Verano (1961) de García Hortelano. Otros temas incluyen la dura y mísera vida en el campo y la explotación del proletariado (El fulgor y la sangre, 1954, de Ignacio Aldecoa), la soledad e incomunicación del individuo (Entre visillos de Carmen Martín Gaite), y el éxodo rural y la vida en los suburbios (La resaca de Juan Goytisolo).
La Novela de los Años Sesenta: Experimentación y Renovación
Se produce un cambio de rumbo en la novela, con el agotamiento de la novela social y la irrupción de nuevos modelos narrativos, inspirados en grandes novelistas. Surge la novela estructural, que presenta una formalidad novedosa sin abandonar la reflexión crítica. Se busca la objetividad y la sencillez expresiva.
Técnicas narrativas:
- Narrador concebido: omnisciente, con distanciamiento irónico.
- Cambio frecuente de perspectivas narrativas.
- Uso de la segunda persona en el relato.
- Monólogo interior: para conocer el mundo de los personajes a través de sus sentimientos.
- Ruptura de la secuencia cronológica: elipsis y saltos en el tiempo.
- División del relato: desaparecen los capítulos tradicionales, sustituidos por secuencias.
- El argumento pierde importancia: se prioriza el tratamiento de la anécdota y el enfoque sobre los acontecimientos.
- Personajes en conflicto: desequilibrados y desorientados.
- Inserción de «collages»: dibujos, fragmentos de guías turísticas, etc.
Tiempo de silencio, de Luis Martín Santos, es un ejemplo clave. La ironía y el humor son medios empleados para mostrar los problemas de la sociedad española. La obra posee un tono existencial y una fuerte carga simbólica. Su carácter innovador se manifiesta principalmente en su riqueza léxica.
Autores destacados:
- Camilo José Cela: San Camilo, con uso del monólogo interior.
- Miguel Delibes: Cinco horas con Mario, con narraciones y nuevos monólogos interiores.
- Gonzalo Torrente Ballester: trilogía Los gozos y las sombras, que mezcla realidad y fantasía.
- Juan Goytisolo: Señas de identidad, con el tema de la búsqueda del sentido de la vida, innovaciones, ruptura entre espacio y tiempo, párrafos e idiomas, y monólogos.
- Juan Benet: experimentalista y antirrealista, con Volverás a Región, que explora una zona imaginaria y la decadencia de la condición humana.
- Juan Marsé: Últimas tardes con Teresa, que retrata la burguesía catalana.
La Novela desde la Democracia: Diversificación y Nuevas Tendencias
Los escritores se muestran emocionados, como la generación del 68. Se observa una evolución hacia formas más tradicionales, con tramas más generales y problemas humanos tratados desde la individualidad. En 1975, Eduardo Mendoza publica La verdad sobre el caso Savolta, que introduce recursos como la mezcla de géneros.
Se distinguen varias tendencias:
- Forma narrativa tradicional: Destacan autores como Rosa Montero, Jacinto M. Molina y Antonio Muñoz Molina.
- Novela histórica: El Capitán Alatriste, de Arturo Pérez-Reverte.
- Novela de intriga: El invierno en Lisboa, de Antonio Muñoz Molina.
- Novela que crea literatura dentro de la novela: El desorden de tu nombre.
- Novela lírica o intimista: Mañana en la batalla piensa en mí, de Javier Marías; El jinete polaco, de Antonio Muñoz Molina.
- Novela testimonial: Sefarad, de Antonio Muñoz Molina.
La Narración Hispanoamericana del Siglo XX: Realismo Mágico y el «Boom»
Se produce un surgimiento innovador del realismo mágico y la consolidación a través de los autores del «Boom».
La Revolución de la Narrativa Hispanoamericana
Temas: Realismo mágico, aspecto estético, prosa cuidada y estructuras de gran elaboración.
Autores clave:
- Miguel Ángel Asturias: El Señor Presidente (1946).
- Alejo Carpentier: El siglo de las luces (1962).
- Jorge Luis Borges: relatos cortos como El Aleph (1949), ejercicios intelectuales con temas circulares.
- Juan Rulfo: Pedro Páramo, con desarrollo no lineal y cambio de varias perspectivas.
El «Boom» de la Novela Hispanoamericana
En la década de los 60 se produce el máximo esplendor y una gran difusión internacional. Se aborda la realidad hispanoamericana desde diferentes perspectivas, mezclando lo rural con la fantasía. Se emplean técnicas narrativas como la ruptura del tiempo y el espacio, la mezcla de estilos y la combinación de lo real con lo cómico.
Escritores del «Boom»:
- Julio Cortázar: sus cuentos son juegos de ingenio e imaginación, con ritmo y fluidez en las oraciones. Rayuela (1963) describe lo absurdo que percibimos.
- Gabriel García Márquez: el mundo de Macondo transcurre en su obra, con una dimensión mítica y poética. Destacan Cien años de soledad (1967), que aborda la violencia humana y la naturaleza salvaje, y El amor en los tiempos del cólera.
- Mario Vargas Llosa: toma la realidad como tema de sus variaciones, incluyendo elementos míticos y autobiográficos. La ciudad y los perros (1963) y La casa verde son obras clave. Tres aspectos básicos son el autobiografismo (proyectado en tercera persona), la ambición totalizadora (abarca toda la realidad) y el enfoque novedoso (emplea técnicas complejas).