Grice y el Principio de Cooperación
Las teorías de Grice se centran en los principios que regulan la interpretación de los enunciados. El centro de su teoría es el denominado “principio de cooperación”. Lo formula así: “Haga que su contribución a la conversación sea en cada momento la requerida por el propósito (finalidad) o la dirección del intercambio comunicativo”. Dice que los intercambios comunicativos no son simplemente sucesión de observaciones inconexas, sino que nuestras observaciones son esfuerzos de cooperación, tratan de cooperar todas juntas para un determinado fin.
El principio de cooperación no es prescriptivo, es decir, no ordena, sino que es descriptivo. Es una condición racional de sentido común para que el mensaje sea inteligible y tenga sentido. El principio de cooperación se identifica con las condiciones preparatorias de Searle. Cuando los participantes de la conversación no respetan el principio de cooperación, la conversación se convierte en inconexa y absurda.
Esta gran norma se desarrolla en cuatro normas de menor rango, estas normas Grice las denomina categorías, a imitación del filósofo Kant.
Categoría de cantidad
Se refiere al volumen o cantidad de información que debe transmitirse. Ésta se subdivide en dos máximas:
- La contribución a la conversación debe ser todo lo informativa que lo que requiera el diálogo.
- La contribución no debe ser más informativa que lo que requiera el diálogo.
Categoría de cualidad
Intenta que su contribución sea verdadera, no diga algo que sea falso y no diga algo de lo que no tenga pruebas.
Categoría de relación
Diga cosas relevantes, es decir, se espera de los participantes que sus intervenciones se relacionen con aquello de lo que se está hablando.
Categoría de modalidad
Sea claro. Contiene cuatro máximas menores:
- Evitar la oscuridad de la expresión.
- Evitar la ambigüedad.
- Sea breve (no innecesariamente prolijo).
- Sea ordenado.
Todas estas máximas tampoco deben verse como categorías prescriptivas, sino descriptivas. De acuerdo con ellas se evalúa el comportamiento lingüístico. Se espera que se respeten, y cuando no se respetan, se acarrean unas consecuencias llamadas sanciones sociales, como por ejemplo la expulsión del diálogo.
Grice hace una distinción importante: un enunciado tiene dos planos, lo dicho y lo comunicado.
Lo dicho corresponde al contenido proposicional del enunciado, tal y como se entiende desde el punto de vista lógico, con lo cual se puede valorar en términos de verdad o falsedad. Lo que se comunica es toda la información que se transmite con el enunciado pero que es diferente del contenido proposicional. Estos son contenidos implícitos que se llaman implicaturas.
Hay dos clases de implicaturas: convencionales y no convencionales.
Las convencionales son aquellas que se derivan directamente de las palabras. Las no convencionales se generan por la intervención de otros principios, es la clase más extensa. Estas se dividen en implicaturas conversacionales y no conversacionales.
Las conversacionales son el contenido implícito que se deriva de factores sociales, estéticos, morales, etc. Las conversacionales se dividen en dos partes: generales y particulares.
Las generales no dependen directamente del contexto de emisión. Las particulares dependen directamente del contexto de emisión.
Grice habla de una serie de incumplimientos de sus máximas, hay 4 tipos:
Violación en cubierta de las máximas: es una violación discreta, sin ostentaciones, puede inducir a un error a los hablantes, por lo tanto, es culpable de ello suele ser el hablante.
Supresión abierta de las máximas y del principio de cooperación: EJ: el interlocutor dice: no puedo seguir hablando.
Conflicto o la colisión de las máximas: cuando no podemos cumplir una máxima por cumplir otra, porque hay un conflicto, no por decisión nuestra.
Violación abierta o incumplimiento: para ello Grice emplea las palabras burla, desprecio… EJ: voy a hablar contigo, pero no de lo que tú quieras.
Las implicaturas conversacionales se generan combinando tres clases de elementos:
- Información contenida en el enunciado.
- Los factores que configuran el contexto.
- Los principios conversacionales.
De esta forma podemos decir que los implicantes conversacionales son los caminos necesarios para que el interlocutor reconstruya el auténtico contenido que se ha tratado de comunicar.
Usando p y q vamos a describir de forma precisa qué es una implicatura conversacional. De forma general, cuando alguien dice p implica conversacionalmente q. EJEMPLO: (p) Era pobre pero honrado (q) Los pobres no son honrados SI:
- Se supone que el emisor está respetando las máximas o el principio de cooperación.
- Con el fin de mantener el primer supuesto hay que suponer que el emisor piensa q.
- El emisor piensa que tanto él mismo como su destinatario puede figurarse la segunda condición.
Tres tipos de relaciones entre las máximas y las implicaturas:
Hay una implicatura pero no hay violación aparente. EJ: Pepe tiene dos hijos. Lo que se comunica: Pepe no tiene un hijo o no tiene 3 hijos; Pepe no es infértil (se dice algo que contradice lo anterior).
Hay una implicatura y debe deducirse que hay un conflicto de máximas. EJ: ¿A qué hora es la película? A media tarde. Viola la máxima de cantidad a fin de preservar la de cualidad.
Hay una implicatura por causa de que se viola abiertamente una máxima. EJ: ¿Eres bueno en matemáticas? Soy bueno en lengua. Máxima de relación y la de cantidad. Implicatura: no soy bueno en matemáticas.
EJ: Los Martín están gastando mucho dinero últimamente. Ya se sabe que el dinero se gana fácilmente, se gasta fácilmente. Dicen que el dinero lo han ganado fácilmente pero en el enunciado no hay pruebas, se viola la de cualidad. La Implicatura: Los Martín no son honrados porque el dinero fácil implica que se ha ganado de forma ilegal.
EJ2: ¡Anda que te has portado bien esta tarde! Es una ironía, Máxima que viola: la de cualidad. Implicatura: te has portado mal esta tarde. Muchas veces que se viola la máxima de cualidad da lugar a figuras retóricas: ironía, metáfora, etc.
Teoría de la Argumentación de Auscombre y Ducrot
Puntos de partida
Tanto Austin como Searle (Pragmática inglesa) se ocuparon del carácter de acción que subyace a toda comunicación, también la pragmática lingüística se ocupa de la adecuación de los enunciados a la situación externa.
La teoría de la argumentación tiene que ver con la adecuación pero con respecto a la situación interna, es decir, lo que es o no adecuado como continuación a una determinada frase.
La teoría de la argumentación representa el enfoque interno de la pragmática, mientras que las inglesas (Grice) representan el enfoque externo.
Argumentar para Auscombre y Ducrot, desde la retórica, la argumentación comprende el conjunto de estrategias que organizan el discurso. Desde una perspectiva lógica una argumentación es un tipo de razonamiento. Para Auscombre y Ducrot es: un emisor hace una argumentación cuando presenta un enunciado E1 para hacer admitir otro E2. E1 son los argumentos que se utilizan para hacer admitir son las conclusiones E2.
Argumentar es establecer un tipo de relación discursiva que liga uno o varios argumentos con una conclusión.
Demostrar no es lo mismo que argumentar, demostrar es una operación formal para probar la validez de una conclusión, esta argumentación (la discursiva) se alejó bastante de la lógica clásica.
EJ: ¿Está ya la cena? Si, casi. Desde un punto de vista argumentativo es perfectamente aceptable. Desde la lógica es contradictorio. Para que un enunciado funcione como un argumento no es imprescindible que funcione como un buen argumento.
En segundo lugar, un buen argumento desde un punto de vista lógico puede no serlo desde el punto de vista de la argumentación discursiva.
EJ: María habla inglés, francés e incluso chino. María habla inglés, chino e incluso francés. (E2) María es muy lista. Desde el punto de vista de la lógica clásica ambas frases son aceptables y podemos sacar la misma conclusión (E2). Sin embargo, desde el punto de vista de la argumentación discursiva sólo es aceptable la primera frase.
A partir de estos ejemplos Auscombre y Ducrot amplían la fórmula y la describen así: Para que E1 pueda darse como argumento a favor de E2 [conclusión] no basta con que E1 dé razones para aceptar E2. La estructura lingüística de E1 debe tener ciertas condiciones que lo autoricen como argumento.
Ha nevado, no por eso, no voy a salir a la calle. La forma lingüística de los enunciados determina su carácter argumentativo.
Diferencia entre la argumentación lógica y la argumentación discursiva
En una argumentación lógica el número y el tipo de premisas que conducen a una conclusión están determinados de antemano. Para obtener la conclusión ( c ) basta con las premisas (a y b)
a) todos los hombres son mortales
b) Sócrates es un hombre
c) Sócrates es mortal.
Si se aumentan las premisas, la conclusión no cambia. La conclusión se deriva automáticamente, es necesario desde el punto de vista lógico.
a) no tengo ganas de seguir estudiando: voy a dar un paseo
b) no tengo ganas de seguir estudiando: es tarde y además hace calor: voy a dar un paseo.
En la argumentación discursiva el número de premisas no está determinado con antelación, y la conclusión no se deriva automáticamente.
La acumulación de argumentos o premisas no imponen la necesidad lógica de una determinada conclusión.
En la organización discursiva los argumentos pueden permanecer implícitos. EJ: Decididamente, Segovia es una ciudad alegre. Pero esto en una argumentación lógica esto es imposible.
En ocasiones todos estos argumentos implícitos no aparecen ni en el entorno lingüístico, ni en la situación discursiva, pero es posible encontrarlo en el contexto, viene sugerido por algún rasgo de la familia lingüística.
EJ: Date prisa (Pero si) no son más que las 7. Conclusión: no es necesario darse prisa. Es una conclusión implícita, en estos casos la conclusión debe estar a la mano aunque esta implícita.
Otra característica es que los argumentos utilizados en la argumentación discursiva no tienen todos el mismo peso, a esto se le llama fuerza argumentativa.