El Esperpento en el Teatro de Valle-Inclán: Deformación, Crítica y Evolución Estética

El Teatro de Valle-Inclán y la Estética del Esperpento

Personalidad e Ideología

La apariencia estrafalaria y la conducta provocadora y extravagante de Valle-Inclán lo hicieron famoso en su época. Estos rasgos revelan una forma de ser peculiar: Valle es un hombre que literaturiza su existencia y dedica su vida a la literatura. Su inconformismo se plasmó también en su ideología. Se declaró antiburgués; primero manifestó simpatía por el carlismo, por su nostálgica evocación de los viejos valores. Posteriormente, su sensibilidad ante el momento histórico y social lo llevó a un pensamiento político revolucionario de izquierdas.

Trayectoria Literaria

Es autor de una abundante producción literaria. Se suelen distinguir tres etapas en su producción:

  • Etapa modernista: En sus primeras obras se advierte una influencia muy marcada del simbolismo y del decadentismo, cultivando un estilo refinado en la línea del esteticismo. Después, su obra gira al primitivismo, por lo que sus temas se centran en la violencia y la crueldad, y el estilo se hace más tosco y desgarrado.
  • Etapa de las farsas: Durante la segunda década del siglo XX, escribe casi exclusivamente teatro en verso, creando en sus obras un mundo artificioso, muy literario y estilizado.
  • Etapa de los esperpentos: Luces de Bohemia supone un giro radical en la estética del autor, a la que llama esperpento. Adopta lo grotesco como forma de expresión, mezclando el dolor de la tragedia con unos personajes que resultan ser unos farsantes. En el esperpento se deforma sistemáticamente la realidad, degradando lo humano y deformando el idioma. La finalidad de esta nueva estética es satírica y burlesca, con una crítica total y feroz de la España del momento.

Según Ruiz Ramón, el autor intentó desde el principio separarse del teatro realista buscando en las fuentes del teatro, esto es, en los mitos y en las farsas. Abrió caminos en varias direcciones, caminos que luego confluyen para dar todos ellos en el esperpento como forma definitiva. Estos caminos se especifican en dos líneas, el ciclo mítico y el ciclo de la farsa, y una nueva estética, el esperpento.

El Ciclo Mítico

Con la forma del mito, Valle pretende representar y explicar los grandes temas y las grandes preocupaciones humanas. Divinas palabras es su manifestación más sobresaliente.

Comedias bárbaras: Las tres obras que integran las Comedias bárbaras forman una acción sola, continuada. En ellas se nos cuenta la historia y desastroso final de la familia de los Montenegro.

Divinas palabras: La obra critica la superficialidad de la fe religiosa y la corrupción moral de España. Se ha interpretado igualmente como una parábola política que satiriza la España de la Regencia, tras la muerte de Alfonso XII, y el turno de partidos.

El Ciclo de la Farsa

En ellas, uniendo lo grotesco y lo refinado y poético, el autor trata de criticar la realidad exagerando los hechos que se representan. Crea un mundo artificioso, muy literario y estilizado, cultivando el verso en la mayoría.

  • La cabeza del dragón
  • La marquesa Rosalinda
  • Farsa italiana de la enamorada del rey
  • Farsa y licencia de la reina castiza

El Ciclo de los Esperpentos

Farsa y licencia representan ya la crueldad que el autor siente respecto a sus criaturas literarias. Se han deshecho del sentimentalismo del resto de obras del ciclo del mito y de la farsa, y anuncian una nueva estética: el esperpento. El término «esperpento» lo emplea por primera vez para calificar Luces de bohemia.

Teoría del Esperpento

Mediante la técnica del esperpento, la realidad se deforma, los personajes se deshumanizan y se convierten en simples caricaturas de sí mismos; los más altos conceptos de la sociedad tradicional se ridiculizan y pervierten, personificados en seres absurdos. El lenguaje arrabalero y soez traiciona los temas más nobles, y las personas se animalizan, convirtiéndose en garabatos, en figuras de guiñol cuyos hilos maneja el autor.

Sus principales rasgos definidores son:

  • La deformación: personajes y realidad se deforman grotescamente para hacer una crítica de la situación de la época.
  • La impasibilidad: mostrada en los caracteres de los personajes.
  • El distanciamiento: Valle-Inclán piensa que sus personajes son vistos por el público como entes a los que les suceden cosas que a ellos jamás les ocurrirían.

Estos tres rasgos resumen en gran medida la manera de ver el mundo según estos dos principios:

  1. Lo grotesco como forma de expresión: El contraste entre la magnitud del dolor que la realidad descarga sobre los individuos y la escasa entidad humana de estos es tan extremado que solo se puede expresar a través de lo grotesco.
  2. La deformación sistemática de la realidad: En la base de los esperpentos parece haber un doble código: el de aparente burla y caricatura de la realidad, y el de la carga crítica y la intención satírica mediante los siguientes recursos: contrastes violentos, degradación de los personajes, presentación de lo extraordinario como normal y verosímil, mordacidad sarcástica, libertad formal y desgarro lingüístico.

Además de estos recursos, se suman en los esperpentos de Valle-Inclán el prodigioso uso del diálogo, siempre ágil y vivo, con rápidas réplicas y contrarréplicas, y un exquisito y magistral empleo de las acotaciones.

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