El Teatro Español a Comienzos del Siglo XX
En España, el desarrollo del teatro se encuentra encauzado por los condicionamientos sociales. Al público burgués no le interesaban los problemas sociales o ideológicos ni las aventuras formales. Los empresarios buscaban el sostenimiento del espectáculo teatral haciendo concesiones. La consecuencia es la pobreza del teatro español. Es un teatro inmovilista, que da la espalda a los movimientos renovadores del teatro europeo y mundial. La creación que servía para alimentar este teatro presenta grandes limitaciones y ha envejecido rápidamente.
Antecedentes del Teatro en la Segunda Guerra Mundial
El drama romántico de la primera mitad del siglo XIX fue evolucionando hacia unas formas más equilibradas y reflexivas. Esta evolución alcanzó su punto culminante con la alta comedia. Sus características principales son similares a las de la novela realista. No obstante, a pesar de su intención realista, mantiene algunos elementos del Romanticismo, como la presencia del verso, etc. Los máximos representantes de este teatro fueron Adelardo López de Ayala, cuya obra más importante fue Consuelo, y Manuel Tamayo y Baus, autor de Un drama nuevo.
Este tipo de teatro equilibrado se interrumpe en la época de la Restauración para dar paso al neorromanticismo de José Echegaray. A finales del siglo XIX se produjeron varios intentos de acabar con el teatro retórico y melodramático heredado del Romanticismo. Los estrenos de Realidad, de Benito Pérez Galdós, de Jacinto Benavente y de Joaquín Dicenta tratarían de introducir un teatro cercano al del naturalismo europeo.
El Teatro de Principios del Siglo XX
La Comedia Benaventina
La trayectoria teatral de Jacinto Benavente es un ejemplo de las limitaciones del teatro español. El fracaso de El nido ajeno, obra crítica en la que analizaba el oscuro lugar ocupado por la mujer de clase media, contrasta con La comedia de las fieras, que constituye su primer gran éxito. En general, sus tramas presentan problemas poco conflictivos: Benavente ponía en escena leves defectos de las relaciones personales o sociales. Su obra incluye comedias burguesas como Rosas de otoño y dramas rurales como La malquerida.
La Comedia Costumbrista
Otra línea teatral son los sainetes, caracterizados por el ambiente pintoresco de determinadas regiones españolas, por los personajes típicos y por su lenguaje humorístico. Carlos Arniches refleja las costumbres madrileñas de los barrios populares. En 1916 creó un nuevo género de tragicomedia grotesca, con personajes caricaturescos y trágicos. Por su parte, los hermanos Serafín y Joaquín Álvarez Quintero escribieron en colaboración cerca de 200 cuadros, sainetes costumbristas y comedias ambientadas en una Andalucía irreal y tópica.
Teatro Poético
Es un teatro en verso, influido por el Modernismo y caracterizado por sus temas históricos y por su conservadurismo ideológico. Cultivaron este teatro Eduardo Marquina, con obras como En Flandes se ha puesto el sol, o los hermanos Machado, con títulos como La Lola se va a los puertos.
Los Intentos Renovadores de la Generación del 98
En la Generación del 98, junto con algunas obras de Unamuno, destaca Jacinto Grau, que emplea una prosa poética en obras de temas tradicionales como El burlador que no se burla.
La Obra Teatral de Valle-Inclán
El abismo entre el teatro descrito hasta ahora y la producción dramática de Valle-Inclán es muy profundo. A pesar de que sus obras permanecieron fuera de los escenarios de su tiempo, relegadas a ser «teatro para leer», hoy se le considera como un autor que supo ver más allá de su tiempo por los siguientes motivos: la originalidad de sus obras, sus planteamientos radicales, la riqueza y expresividad de su lenguaje y lo distinto de sus temas y su estética.
Evolución del Teatro de Valle-Inclán
Aunque Valle-Inclán ha sido adscrito a la Generación del 98, su evolución ideológica y estética no tiene apenas puntos en común con los noventayochistas. Su inagotable búsqueda artística le llevó de un inicial Modernismo decadente a la creación de un género personal: el esperpento.
- Al igual que su labor novelística, el primer teatro de Valle se inscribe en la corriente modernista, en su faceta más decadente.
- Valle prueba a la par otros caminos. El ciclo mítico, con las Comedias bárbaras, es una trilogía formada por Águila de blasón. La Galicia mítica y rural es el marco en el que se desarrollan estas historias. En ellas, los personajes actúan gobernados por instintos y pasiones violentas y primitivas, en un clima donde las supersticiones y los mitos desempeñan un papel fundamental. La culminación de este ciclo es Divinas palabras.
- Simultáneamente, Valle-Inclán desarrolla una serie de farsas, donde lo grotesco y la caricatura convierten a los personajes en fantoches y marionetas ridículas.
El Esperpento
En 1920, Valle-Inclán encuentra la fórmula en la que cuajan las líneas anteriores: el esperpento. Valle da nombre a un género literario propio, basado en la deformación sistemática. Lo esperpéntico es una manera de ver el mundo, un reflejo deformado de una realidad ya deformada. Los personajes son seres grotescos en un mundo grotesco. Otros rasgos formales de los esperpentos son los siguientes:
- El uso de contrastes entre lo doloroso y lo grotesco, y entre lo trágico y lo cómico.
- La riqueza del lenguaje, cuidadosamente elaborado y muy personal, en el que hay una estabilización de registros diferentes: hablas populares, regionales, lenguaje literaturizado, etc.
- Las acotaciones, que adquieren gran importancia; los continuos cambios de espacio y tiempo entran en escena.
Obras Esperpénticas
- La trilogía de Martes de Carnaval, integrada por Los cuernos de don Friolera, Las galas del difunto y La hija del capitán. La primera resulta una parodia del honor calderoniano y de sus realizaciones teatrales melodramáticas. Las galas del difunto, además de incluir una caricatura de don Juan Tenorio, trata sobre la miseria de los repatriados de la Guerra de Cuba. La hija del capitán esperpentiza el golpe de Estado de Primo de Rivera y lo enlaza con la historia de un horrendo crimen.
- Luces de bohemia es la obra maestra del teatro valleinclanesco. Cuenta la última noche del poeta Max Estrella. La obra se estructura en quince escenas por las que discurren más de cincuenta personajes y que se cruzan en la peregrinación nocturna de los dos protagonistas. Se combinan escenas trágicas: la desolación que conduce a la muerte como única alternativa.
El Teatro en la Generación del 27
Los autores del 27 intentaron crear un nuevo público mediante el acercamiento del teatro al pueblo.
- Alejandro Casona (seudónimo de Alejandro Rodríguez) adquiere fama en 1936 con Nuestra Natacha. En el exilio escribió algunas obras famosas que se representaron fuera de España y, más tarde, aquí, tras su regreso, con gran éxito. Las más conocidas son: La dama del alba. En ellas hay una mezcla de realidad y fantasía, con personajes poco individualizados y un lenguaje retórico y seudopoético.
- Max Aub: autor de valiosa producción teatral que incluye obras vanguardistas y antirrealistas, y una gran obra centrada en los horrores de las guerras: San Juan. En ella refleja la deriva de un barco cargado de emigrantes judíos huidos del nazismo, que naufraga al no poder atracar en ningún puerto.
La Obra Teatral de Federico García Lorca
El teatro lorquiano puede llamarse con propiedad «poético» por la raíz de la que nacen sus argumentos y su lenguaje. El tema dominante es el enfrentamiento entre el individuo y la autoridad. El individuo es derrotado por la autoridad, es decir, por el orden, el sometimiento, la tradición y las convenciones sociales.
Clasificación del Teatro de Lorca
- Su primer intento dramático, El maleficio de la mariposa, resultó fallido.
- Las farsas: La zapatera prodigiosa y Amor de don Perlimplín con Belisa en su jardín, son dos piezas que provocan una risa amarga a partir del tema tradicional de la mujer joven casada con un hombre viejo.
- Don Cristóbal y la señá Rosita es una farsa de guiñol, al igual que El retablillo de don Cristóbal. Ambas constituyen dos versiones de la misma historia.
- El teatro lírico: Mariana Pineda supone la primera tentativa de acercamiento al drama lírico, al representar la historia de la heroína ajusticiada por bordar una bandera republicana en la época del absolutismo de Fernando VII.
- El teatro surrealista y comprometido: Algunas piezas, como El paseo de Buster Keaton, anuncian el giro hacia el surrealismo. Dos obras testimonian este giro: El público y Así que pasen cinco años. La primera, con gran complejidad técnica, despliega la historia de un amor homosexual. La segunda es una «comedia imposible» que anula las convenciones espaciales y temporales del teatro realista.
- Dramas rurales: Las obras más importantes de Lorca forman la llamada «trilogía rural»: Bodas de sangre, Yerma y La casa de Bernarda Alba. Las tres presentan rasgos comunes: la índole sexual de los problemas tratados, la mujer como protagonista, la ambientación en el campo andaluz y el desenlace trágico. Bodas de sangre representa los preparativos de una boda entre el Novio y la Novia. Yerma trata el drama de una mujer estéril. La casa de Bernarda Alba es un drama sobrecogedor e intenso. Bernarda Alba, a la muerte de su segundo marido, impone un luto de ocho años a sus cinco hijas, que prácticamente se ven enterradas en vida.