Estructura de la Narración: Núcleos y Catálisis
En todo relato, se distinguen acciones principales y secundarias. Las acciones principales, denominadas núcleos, son fundamentales. No pueden eliminarse ni modificarse sin alterar la trama; son el motor que impulsa la historia. Por otro lado, las acciones secundarias y las descripciones, conocidas como catálisis, enriquecen el contexto. Caracterizan el ambiente y a los personajes, y aunque pueden suprimirse, aportan dinamismo. Permiten acelerar o ralentizar la acción, anticipar eventos o incluso confundir al lector.
La Superestructura Narrativa: Organización de los Acontecimientos
Toda narración se articula en torno a un esquema organizativo, la superestructura, que consta de los siguientes elementos:
- Marco: Es la situación inicial. Presenta el tiempo, el lugar y los personajes.
- Suceso: Se subdivide en:
- Complicación: Introduce un conflicto que quiebra el equilibrio inicial.
- Desenlace: El conflicto se resuelve, positiva o negativamente, para el protagonista.
Realismo y Verosimilitud en la Narrativa
Cada relato construye un mundo propio con sus propias reglas. Dentro de este mundo, ciertos elementos, acciones o situaciones son considerados posibles o creíbles; es decir, son verosímiles. Las narraciones realistas son aquellas que representan un ambiente identificable por el lector y personajes que actúan como personas comunes.
Recursos Clave de los Relatos Realistas
Los relatos realistas emplean diversos recursos para lograr la verosimilitud y la conexión con el lector:
- Narrador: Generalmente es omnisciente, con un conocimiento exhaustivo de las acciones, los hechos y las particularidades de los personajes.
- Descripciones: Son minuciosas. A menudo incluyen fechas precisas y lugares reales.
- Personajes: Representan a personas comunes de diversos estratos sociales.