Evolución de la Gramática: De la Antigüedad a Nebrija

La Tekne Grammatike y la Escuela Alejandrina

La Tekne Grammatike ya no era la enseñanza de las primeras letras, una enseñanza elemental, sino el conocimiento empírico, a través de los textos, de la lengua literaria. Esto implicaba tareas como la lectura correcta de una obra y los comentarios críticos de los textos, pasando por el conocimiento de las unidades o elementos de la lengua. El grammastike ya no era el maestro que enseñaba las primeras letras, sino el experto en literatura, el maestro de ella.

El primer tratado gramatical conocido es la Tekne Grammatike de Dionisio de Tracia, en el siglo I a.C., considerado el compendio de los conocimientos alejandrinos sobre el griego clásico. Recoge las aportaciones de los estoicos y sienta las bases de la gramática occidental, ya que será el modelo en el que se inspiren los gramáticos latinos.

Con los alejandrinos surgió la gramática, que fue entendida como el estudio de los elementos de la lengua griega dentro del conjunto de actividades filológicas desarrolladas por ellos. En la escuela alejandrina nació la filología, dedicada a la fijación e interpretación de los textos literarios clásicos. Este tipo de estudios tenía la finalidad de hacer accesibles los textos, facilitar su lectura y comprensión.

Los filólogos llevaban a cabo diversas actividades: elaboraban la versión correcta de un texto y lo hacían accesible para que el lector lo entendiera. Por lo tanto, podemos decir que la gramática representaba la descripción de las categorías gramaticales del griego clásico en el que estaban escritos los textos. Los griegos querían perpetuarlas en el momento en que una variedad de lengua distinta se estaba extendiendo, que era la segunda lengua llamada koiné, tanto escrita como hablada.

Características de la Tekne

La Tekne nació dentro de la filología, por eso determina el carácter práctico que tuvo la gramática en sus orígenes:

  • Orientación filológica: para acceder a las obras literarias, alcanzar el conocimiento de la lengua literaria. No es autónoma, está orientada al texto literario.
  • Orientación normativa: lengua ideal, modelo de corrección a seguir. Se pensaba que la lengua ideal era la literaria y se impone como modelo normativo.

Es filológica-normativa porque nació vinculada al lenguaje literario, luego se convierte en el modelo, persigue la sistematización del uso culto por medio de reglas y se centra en la descripción de los usos lingüísticos, basados en los autores literarios.

Para Dionisio de Tracia, el arte gramatical es el conocimiento práctico de los usos de los poetas y escritores en prosa para poder leer los textos. En cuanto a los contenidos:

  • Lectura con pronunciación correcta.
  • Explicación de las expresiones literarias.
  • Transmisión de las glosas y ejemplos mitológicos.
  • Investigación de las etimologías.
  • Investigación de los hechos regulares.
  • Hacer una crítica de la obra.

El gramático era el encargado de estudiar los textos. La Tekne de Dionisio tuvo su prolongación en la obra titulada Peri Syntaxéos de Apolonio Díscolo en el siglo II d.C. En ella se estudia la sintaxis y se definen las ocho partes de la oración.

Aportaciones de los Estoicos y la Clasificación de las Palabras

Platón no distinguía partículas de enlace. Los estoicos partieron del syndesmos de Aristóteles y diferenciaron dos tipos de palabras:

  • Palabras variables o arthron:
    • Antonymia: Hace referencia a la persona (pronombres personales y posesivos).
    • Arthron: Se refiere al artículo y al pronombre relativo.
  • Partículas no variables o syndesmos:
    • Prothesis: No varían y van delante de un nombre (preposiciones).
    • Syndesmos: No varían y unen unas palabras con otras (conjunciones).

En Roma no existía el artículo como clase independiente y, para mantener las ocho partes de la oración de Grecia, se sacó de la caja de los adverbios las palabras que tenían «sentimientos o pasiones del alma».

Los Modistas y los Modi Significandi

Los modistas son los encargados de desarrollar la teoría de los modos de significar. Para estos, la estructura de la realidad y del pensamiento se refleja en el lenguaje. A través del lenguaje se expresan los conceptos con los que aprendemos la realidad. Hay una correspondencia total entre las categorías lingüísticas y la realidad tal y como es captada por la mente humana. Hay tres niveles:

  1. Ser (realidad) – Modus Essendi
  2. Entender (pensamiento) – Modus Intelligendi
  3. Significar (lenguaje) – Modus Significandi

Los modos de ser o de existencia de las clases son descritas por la metafísica. La realidad es captada por la mente, y el modus significandi activi es el proceso mental activo de captación de la realidad; como resultado de este, tenemos el passivi. La gramática estudiará los modos de significar activos o las categorías definitorias de las palabras en tanto parte de la oración. La metafísica estudiará los del ser y la lógica, los intelligendi. Se produce una armonización entre ambas.

Los gramáticos buscan los modi significandi de las palabras, distintos de los objetos y de los modi essendi. Significar se corresponde con el modo significandi, donde las propiedades de las cosas en cuanto que las expresamos con palabras. La correspondencia que se da en los planos (ser, entender, significar) se da también con los modos (essendi, intelligendi y significandi).

La manera de significar de una palabra está determinada por el modo de ser del objeto y de cómo lo perciba la mente. Los modi essendi son captados por la mente a través del modo intelligendi activi; como resultado, obtenemos el modus intelligendi passivi. Lo que tenemos en la mente se expresa a través de palabras, las cuales llevan asociadas un concepto. Si a una secuencia fónica o vox le añadimos un concepto, deja de serlo para ser dictio. Es palabra porque tiene significado y, además, co-significado.

El modus significandi activo, que es este co-significatio, es el objeto de estudio final de la gramática. Ese co-significatio que tienen las palabras depende de las propiedades de las cosas y de cómo las haya captado la mente, el entendimiento. Los modi significandi activi, objeto de la gramática, serán las categorías definitorias de las partes de la oración.

El modo de significar del nombre lo es en cuanto el ente que expresa el hábito y la permanencia, mientras que el verbo expresa el proceso o el devenir. En cuanto al sustantivo y al adjetivo, el modo de ser, la propiedad de la cosa que va a diferenciar a sustantivo y adjetivo, que están dentro del nombre, es la distinción. Los nombres comunes tienen dos modos: de estar por sí solo (propiedad de la cosa que es la de la esencia determinada) y la de adyacencia (procede de una propiedad de la cosa, la de adherirse a otro ser, el modo adjetivo). El sustantivo puede aparecer solo en la oración, pero el adjetivo no. Los modistas dividen el sustantivo y el adjetivo en dos clases, que desde los estoicos estaban unidas.

Nebrija (1492) y la Aplicación de las Categorías Gramaticales Latinas

Nebrija, en 1492, realiza una aplicación de las categorías gramaticales del latín al análisis de otras lenguas, como si todas estuvieran cortadas por el patrón del latín. Se trata de tomar una lengua como modelo de las demás, haciéndose un trasvase de las categorías gramaticales del latín hacia las lenguas vernáculas (las del latín provenían del griego). Esto queda justificado por la admiración existente hacia el mundo clásico y por la ausencia de un sistema de análisis de lenguas.

Además, al analizar las lenguas vulgares con las mismas categorías con que habían sido descritas las clásicas, equivaldría a otorgarles un prestigio similar. Se les atribuían a las lenguas vulgares categorías que no existían por el mero hecho de que las tenía el latín, y se produce una transmisión mimética de los conocimientos gramaticales. El resultado de esto es que se dice que la gramática tradicional es un corpus homogéneo de doctrinas transmitidas casi sin modificaciones a lo largo de los siglos.

La característica común de la gramática de Nebrija es la dependencia de la tradición gramatical precedente. Los gramáticos latinos habían trasvasado a su lengua las categorías delimitadas para el griego; pues en el Renacimiento se produce un trasvase similar (latín – lenguas vernáculas). Esto se justifica por la admiración a lo clásico; de esta manera, se mostraba la dignidad y el prestigio, porque las categorías eran las mismas en la clásica que en las vernáculas.

Nebrija elabora su gramática latina con definiciones basadas en la de los gramáticos clásicos, pues esas mismas definiciones son las que aparecen en la gramática castellana. Esto da como resultado la pervivencia durante siglos del mismo corpus doctrinal (Dionisio de Tracia – gramática latina – lenguas vernáculas). También trae consigo fallos, por ejemplo, los casos. Son una categoría que se pierde en la evolución del latín a las lenguas romances; sin embargo, se declinan los nombres. Otro es el modo optativo, que no se tiene y se expresa deseo por medio de los verbos, pero no tiene desinencias específicas para eso.

Pero, aun así, poco a poco se va haciendo una gramática autóctona que atienda a las peculiaridades del castellano, distintas al latín. La finalidad es conseguir una gramática solo del castellano, y se terminará de recorrer en el siglo XX. Nebrija la va adaptando:

  • Distinguiendo 10 partes de la oración (en latín, 8).
  • Negando la existencia de la voz pasiva.
  • Descubriendo el origen perifrástico del futuro condicional.
  • Castellanizando la nomenclatura (pretérito-pasado; pasado puede ser: acabado, no acabado y más que acabado; futuro-venidero; perífrasis-tiempos por rodeos).

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