La Generación del 27: Un Mosaico de Voces Poéticas
La Generación del 27, un grupo de poetas españoles que marcaron un hito en la literatura, exploró diversas corrientes y estilos. A continuación, un recorrido por algunos de sus miembros más destacados:
Rafael Alberti (1902-1999)
Desde un punto de vista cronológico, en la poesía de Alberti se aprecian las siguientes etapas:
- Comienzos Neopopularistas: En «Marinero en tierra», recuerda el paraíso perdido de su infancia en Cádiz. Formalmente, está inspirado en la poesía tradicional: estructuras paralelísticas, estribillos, anáforas, repeticiones, octosílabos, a veces mezclados con versos más cortos.
- Barroquismo y Vanguardia: En «Cal y canto» trata temas del mundo moderno: un billete de tranvía, un portero de fútbol. El lenguaje es muy elaborado y los poemas resultan difíciles.
- Surrealismo: En «Sobre los ángeles», reflejo de una crisis personal experimentada hacia 1929, el poeta, expulsado del paraíso, vaga sin esperanzas por un mundo sin sentido, acosado por “ángeles malos o buenos” que representan sus obsesiones. La versificación es variada, desde versos cortos hasta largos versículos.
- Poesía Comprometida: Durante la República, escribió poesía comprometida o de tipo social («Poeta en la calle»).
- Exilio: En su exilio, se mantiene viva la preocupación social, también está presente en muchos de sus poemas la nostalgia («Retornos de lo vivo lejano» y «Baladas y canciones del Paraná»).
Vicente Aleixandre (1898-1984)
Estilo: Hasta los años 30 se mueve en la órbita vanguardista: poesía pura, surrealismo. A partir de «Invocaciones» (1934), sus versos tienden hacia la meditación, a la sobriedad, y buscan la naturalidad expresiva, el tono coloquial. Distinguiremos en su obra 3 etapas:
- Primera Etapa: Expresa con un tono frecuentemente pesimista el ansia del poeta de fusión con la naturaleza; el ser humano se siente parte de la naturaleza y desea su fusión con ella (materialismo místico), fusión de la que el amor (la pasión amorosa) es como un simulacro, porque el logro de esta unión solo se producirá con la destrucción de la muerte, una destrucción vital porque nos permite trascender la realidad puramente individual.
- Segunda Etapa: Poesía de la primera época de posguerra: «Sombra del paraíso» (1944), escrita tras la guerra civil, supuso para la poesía española el resurgimiento del surrealismo de preguerra. Evoca desde la angustia presente (la cruda posguerra) el paraíso anterior a la aparición del hombre en la tierra, el edén bíblico, el mundo de los sueños infantiles, pero también el mundo incontaminado.
- Poesía de Senectud: En «Poemas de la consumación» (1968), predomina la reflexión y la meditación; el poeta aborda el tema del fin de la vida, que siente próximo; concibe la muerte como una integración con el cosmos («Bajo la tierra respiraré la tierra»). Ante el hecho de la muerte, no hay angustia, ni sentido religioso, sino simple aceptación de la misma.
Pedro Salinas (1891-1951)
Inicialmente cultivó una poesía influida por el vanguardismo, que se manifestó en la predilección por los objetos de la vida moderna: el automóvil, el cine, la luz eléctrica. En su época de plenitud, el tema central de su poesía es el AMOR: «La voz a ti debida», «Razón de amor» y «Largo lamento» (títulos tomados de un verso de la Égloga III de Garcilaso, de la literatura medieval y de la Rima XV de Bécquer, respectivamente). En el exilio, su poesía adquiere unos tintes más dramáticos y preocupados (como por ejemplo el poema «Cero» sobre la bomba atómica). Su poesía resulta difícil por la concentración expresiva y la complejidad intelectual. Predomina el verso libre o la combinación de endecasílabos con versos más breves.
Jorge Guillén (1893-1984)
Es el máximo representante de la poesía pura. Sus dos obras mayores son «Cántico» y «Clamor». «Cántico» tiene como tema el entusiasmo ante el mundo /la exaltación de la vida. El poeta disfruta con la contemplación de todo lo creado; utiliza estrofas tradicionales basadas en versos breves.
Gerardo Diego (1896-1987)
Sus obras suelen clasificarse en dos grupos:
- Poesía de Creación: De carácter vanguardista: son los años del «ultraísmo» y del «creacionismo» (verso libre, imágenes inesperadas, poema como objeto visual). Libros como «Imagen» y «Manual de espumas».
- Poesía de Expresión o Poesía Tradicional: Enlaza con la lírica tradicional e incluye obras como «El romancero de la novia» (1918), «Versos humanos» (1925) y «Alondra de verdad» (1941); la métrica que utiliza es la clásica: romances, sonetos, décimas…
Dámaso Alonso (1898-1991)
Está considerado como el principal crítico de la Generación del 27. Comenzó dentro de la poesía pura, pero su mejor obra, sin duda, es «Hijos de la ira» (1944), obra fundamental en la posguerra española. Es una obra de «poesía desarraigada»; «Hijos de la ira» es un grito de protesta contra las injusticias, el odio, la crueldad. El poeta pregunta a Dios sobre el sentido de tanta podredumbre.
Miguel Hernández (1910-1942)
Nace en Orihuela en el seno de una familia humilde y fue un poeta autodidacta que se trasladó a Madrid donde conoció a Aleixandre y Pablo Neruda. Tras múltiples vicisitudes murió en la cárcel de Alicante a causa de una tuberculosis. Su poesía es apasionada, llena de ardor y vehemencia. Entre sus obras destacan: «El rayo que no cesa», donde concibe el amor como una tortura y un sentimiento trágico; «Viento del pueblo», libro de poemas de tipo político; «Cancionero y romancero de ausencias», colección de poemas escritos en la cárcel, con un lenguaje nuevo, inicio de un cambio de estilo.