Explorando el Quijote: Personajes, Temas y Legado Literario

Personajes

Las dos partes del Quijote ofrecen una impresionante galería de la sociedad de principios del siglo XVII. Los personajes representan todos los estamentos y grupos sociales de la época, a través de los cuales Cervantes pudo plantear su crítica hacia comportamientos que rechazaba y eran la expresión de un tiempo de crisis.

Destacan las figuras de don Quijote y su escudero Sancho Panza, auténticos protagonistas alrededor de los que alcanzan cierto protagonismo el cura y el barbero, amigos del hidalgo de la Mancha, el estudiante Sansón Carrasco, envidioso de la fama de don Quijote y, sobre todo, Dulcinea, uno de los personajes más mencionados en la obra, pese a que nunca la vemos actuando. En realidad, Dulcinea es la versión transformada de una moza labradora, llamada Aldonza Lorenzo, a la que don Quijote convertirá en objeto de adoración constante, adornándola con las cualidades más extraordinarias. En cuanto a la pareja protagonista, se presentan, en principio, con unos rasgos tan distintos que se ha visto en cada uno de ellos la encarnación de los dos aspectos característicos del ser humano. Así, don Quijote representa el lado idealista, por lo que es un individuo esforzado y voluntarioso, que se expresa con un estilo culto e incluso anticuado. En cambio, Sancho Panza sería la personificación del materialismo. El escudero ejemplifica el sentido común, es codicioso, se desespera por la comida y emplea un lenguaje popular plagado de refranes, que llega a molestar al propio don Quijote (como ocurre en el capítulo XXI de la primera parte). No obstante, Cervantes supo ir más allá en la caracterización de sus personajes. De ahí que ambos experimenten una evolución progresiva y, sobre todo en la segunda parte, se contagien de su mutua compañía. Así, a través del diálogo, estas criaturas crecen en profundidad humana y de modo inverso. Don Quijote se sanchifica cuando adquiere una mayor conciencia del mundo real, se torna más práctico y llega a usar refranes para expresarse. Por su parte, el Sancho egoísta y materialista se quijotiza, empieza a hablar y a actuar como su amo, cuyas fantasías comparte porque también aspira a alcanzar fama.

Temas

Ya en el Prólogo de la primera parte del Quijote, el propósito principal de la obra era el de realizar una parodia de los libros de caballerías, textos que habían sido muy populares en el siglo XVI y que se caracterizaban por ser relatos excesivamente fabulosos y, por tanto, inverosímiles. Dicha intencionalidad se reiterará en las líneas finales de la segunda parte. Ahora bien, la riqueza de la obra permite considerar otros temas importantes, si se tiene en cuenta, además, que si Cervantes criticó el género de los libros de caballerías, nunca condenó los ideales éticos que los inspiraban. Así, según los estudiosos, destacan en el Quijote motivos temáticos como:

  • La exaltación de la libertad y el elogio de la voluntad y del esfuerzo humano.
  • El conflicto entre los sentidos y las apariencias, pues la realidad puede resultar engañosa y ser contemplada de forma diferente por cada persona. Así, don Quijote ve gigantes que son molinos, confunde rebaños de ovejas con ejércitos o identifica una bacía de barbero con el yelmo de Mambrino.
  • El choque entre el ideal heroico y una realidad decepcionante, que puede desembocar en crítica social. Recuérdese, por ejemplo, que la intención principal de don Quijote es la de «favorecer y ayudar a los menesterosos y desvalidos» y, por el contrario, lamenta que en su tiempo «ya triunfa la pereza de la diligencia, la ociosidad del trabajo, el vicio de la virtud, la arrogancia de la valentía y la teórica de la práctica de las armas».
  • Otros temas no menos interesantes son la locura, la imitación como medio para convertir la vida en una obra de arte o la crítica literaria. La locura de don Quijote pudo ser una estrategia que empleó Cervantes para sortear la inquisición y poner en boca de un loco unas críticas que no le serían toleradas a una persona cuerda. Sin embargo, en aquella época la locura fue también un asunto que interesó a importantes escritores. Así, William Shakespeare lo emplea en Hamlet, mientras que Erasmo de Róterdam escribió una obra titulada Elogio de la locura. El influjo del Quijote fue notable en la literatura inglesa. Su huella se reconoce en títulos como Tristam Shandy, de Laurence Sterne (1759-1767), y en la obra de Charles Dickens Papeles póstumos del club Pickwick (1836-1837). En la literatura española, influyó mucho en Benito Pérez Galdós.

La herencia literaria del Quijote

La inmortal creación cervantina inspiró a numerosos autores. Los primeros lectores del Quijote vieron un libro cómico, esta finalidad pudo animar a otros autores extranjeros a escribir relatos parecidos. En 1785, Rudolf Erich Raspe publicó en inglés la Narración de los maravillosos viajes y campañas del barón de Münchhausen, basada en las andanzas de un histórico aristócrata alemán. En el siglo XIX, a partir del Romanticismo, se destacaron los valores humanos representados por don Quijote, y ya en el Realismo hubo autores que se interesaron por los efectos perniciosos que pueden acarrear la lectura de relatos demasiado fantasiosos. Tras la publicación en 1857 de Madame Bovary, de Gustave Flaubert, se acuñó el término bovarismo para definir la lectura de novelas románticas de amores desesperados y pasiones desmedidas que pudieron conducir hasta una trágica locura al personaje de Emma Bovary. Y también muy similar fue el destino de Ana Ozores, protagonista de La Regenta, de Clarín. Sancho Panza y Dulcinea figuran como actores principales en otras obras, excediendo con ello las pretensiones de su creador.

La Lengua y el Estilo del Quijote

Para conseguir naturalidad, Cervantes emplea los siguientes rasgos literarios:

  • El diálogo: la novela se basa en el diálogo de unos personajes que muestran de esa manera su modo de ser y pensar. La gran novedad de Cervantes es haber logrado crear personajes autónomos, humanos a los que va construyendo la lengua, el habla, el diálogo.
  • La ironía: el humor de Cervantes es amable, comprensivo con los defectos y fracasos humanos. No es un humor mordaz, sino que aparece como respuesta a la desesperanza. El humor en el Quijote se interpreta a la luz de la vida del propio Cervantes y de la realidad del momento.
  • Los neologismos: Cervantes tiene conciencia de que la lengua es algo vivo y que son los hablantes y el uso quienes de verdad tienen poder sobre el lenguaje. Esto le lleva a aceptar nuevas palabras y demuestra su capacidad artística al combinar rasgos de los géneros narrativos de la época.
  • La parodia: Es la fórmula básica del Quijote, técnicamente concebido y estructurado como una parodia de los logros de caballerías.
  • El fragmentarismo: aun dentro de la general ordenación lógica y la secuencia lineal de la novela, el fragmentarismo en el Quijote contribuye a crear suspense. La aventura del vizcaíno queda interrumpida en el momento culminante de la batalla.
  • El dinamismo narrativo: El dinamismo del Quijote se apoya en factores tan diversos como la misma organización de la novela en forma de viaje (tres salidas), la sucesión de aventuras, el suspense creado por la interrupción de una aventura.

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