La Poesía Romántica
Es posible rastrear en la poesía romántica de distintos autores y de distintos países europeos algunos temas recurrentes que podríamos resumir del siguiente modo:
- La angustia existencial. El «yo» poético es un ser solitario o errante sumido en el desconcierto existencial, al que la vida y el mundo le resultan insatisfactorios. Véase Canto nocturno de un pastor errante de Leopardi o En las orillas del Sar de Rosalía de Castro.
- El desengaño amoroso. El sufrimiento por amor o fracaso amoroso es uno de los temas preferidos para los románticos. Por ejemplo, Rimas de Bécquer.
- La amada muerta en plena juventud. La evocación de esa figura cuya vida ha sido truncada súbitamente sirve, en general, como punto de partida para una reflexión sobre el destino y la fragilidad de la existencia. Este motivo se observa en «A Lucy» de William Wordsworth o en los Himnos a la noche, de Novalis.
- La poesía, como única forma de devolver el sentido a la vida y vencer el poder destructor del tiempo y de la muerte. Obras que reflexionan sobre la propia creación poética serían las rimas iniciales de Bécquer o «Sueño y poesía» del inglés Keats.
- La naturaleza. Se describe a menudo como una naturaleza virgen o indómita donde, de acuerdo con la teoría panteísta, se encuentra la huella de lo sagrado. Poemas muy representativos de este intento de sacralizar lo natural son «Mont Blanc» de Percy B. Shelley; o, también, se da el ansia del poeta romántico por fundirse con la naturaleza, situación que remite a la infancia o al pasado histórico, como veremos a continuación.
Principales Poetas Románticos
En Inglaterra, se dan dos promociones de poetas líricos: los «lakistas» o «poetas de los lagos» y los poetas rebeldes o satánicos.
Los «Lakistas»
Reciben la denominación de «lakistas» William Wordsworth y Samuel T. Coleridge porque durante una época vivieron en el condado de Cumberland, (en el llamado Distrito de los Lagos, situado en el noroeste de Inglaterra) y en cuyo paisaje buscaron la inspiración.
Wordsworth se caracteriza por buscar instantes de fusión del «yo» poético con la naturaleza, experimentados en la infancia y en la juventud y evoca, por medio de la memoria y la imaginación, esa perdida sensación de plenitud. Esto se manifiesta especialmente en sus dos poemas más recordados «La abadía de Tintern» e «Indicios de inmortalidad«.
Coleridge compuso «La balada de un viejo marinero», extenso poema narrativo en el que un anciano marino cuenta sus desventuras y que sirvió de inspiración para obras posteriores como Moby Dick de Melville o Las aventuras de Arthur Gordon Pym de Poe; y Kubla Kan, escrito, según el autor, tras un largo sueño inducido por el opio, describe, en tono alucinatorio, el palacio y los jardines del emperador Kubla Kan en Xanadú, bajo los cuales transcurre un río subterráneo que emerge, súbitamente, en forma de fuente.
Los Poetas Rebeldes
Los poetas rebeldes deben su nombre a su rebeldía contra lo establecido (en el plano moral, especialmente, con unas vidas escandalosas) y son tres:
Lord Byron, autor de El corsario, Caín o Don Juan, todos ellos prototipos del héroe romántico por excelencia: asocial, errante, satánico, envuelto a veces en el tedio y el vacío existencial.
John Keats que busca la evasión de un mundo que no le gusta a través de la belleza del canto de un pájaro (Oda a un ruiseñor) o mediante la contemplación del arte griego (Oda a una urna griega).
Percy B. Shelley, quien además de la elegía «Adonais», escrita tras la muerte de Keats, destaca por el poema ya citado «Mont Blanc» de inspiración panteísta.
Otros Autores Europeos
En Alemania, el líder del «Sturm und Drang», Schiller con su «Oda a la alegría» (canto a la fraternidad universal) y «Los dioses de Grecia» (visión idealizada del mundo de la Antigüedad helena); Hölderlin y Novalis. Éste compuso los Himnos a la noche, dedicados a su recién fallecida prometida. Aquí se establece una dicotomía entre luz (el mundo de lo visible, lo material) y noche (se vincula a la fe, la fantasía o la poesía).
Giacomo Leopardi es el máximo representante del Romanticismo italiano, autor de Cantos, una colección de cuarenta y un poemas en la que aparecen como temas recurrentes el pesimismo, la soledad e incomunicación, el desengaño vital y el amor no correspondido.
La Narrativa Romántica
Durante el Romanticismo se desarrollan diversos subgéneros narrativos:
La Novela Histórica
Pretende ofrecer una recreación verosímil del pasado en el que coexisten personajes y sucesos inventados con otros de carácter histórico. Se sitúan, en general, en una Edad Media idealizada. Surge de la mano del inglés Walter Scott y su obra Ivanhoe (el protagonista lucha con los seguidores del rey Ricardo Corazón de León contra los intentos de su hermano Juan sin Tierra por hacerse con el poder y, al tiempo, hay una historia de amor imposible). Tras esta obra, muchos otros relatos históricos se componen en distintas partes de Europa. Destacamos Nuestra Señora de París del francés Víctor Hugo, Los novios del italiano Alessandro Manzoni o El señor de Bembibre de Enrique Gil y Carrasco. Por otro lado, con Los tres mosqueteros del francés Alejandro Dumas, la novela histórica da lugar a un género nuevo, la novela de aventuras, donde la acción trepidante cobra más importancia que la recreación de una época.
La Novela Fantástica y de Terror
Vinculada al interés por lo irracional y por el misterio. Este subgénero narrativo surgirá en Inglaterra (con la novela gótica) y después se extenderá por otros lugares. La novela gótica es un tipo peculiar de relato de terror que se desarrolla en un tétrico castillo donde acontecen sucesos sobrenaturales. La obra fundacional del género es El castillo de Otranto de Horace Walpole. La novela más sobresaliente del goticismo es Frankenstein o el moderno Prometeo de Mary Shelley, en la que un monstruo, creado de retales de difuntos e inicialmente bueno y sensible, se convierte en un criminal tras el rechazo de su creador y de una familia burguesa que toma como modelo de aprendizaje. En este grupo también incluiremos los relatos de vampiros como El vampiro de Polidori o Drácula de Bram Stoker; también de vampirismo y casos de doble personalidad son los cuentos del alemán E.T.A. Hoffman («El hombre de arena» o «Los dobles»).
La Novela Epistolar
A través de la cual el lector conoce la evolución de la acción y del mundo interior de los personajes por medio de las cartas que se intercambian. Dentro de este subgénero sobresalen tres títulos: Werther de Goethe, historia de un joven apasionado, enamorado de Lotte quien se casa con otro y, por este motivo, nuestro protagonista se suicida de un disparo. Esta obra causó gran impacto promoviendo modas en el vestir e incluso, una oleada de suicidios en toda Europa («fiebre Werther»); Últimas cartas de Jacopo Ortis compuesta por el italiano Ugo Foscolo; Hiperión del alemán Hölderlin, en la que el protagonista, enamorado de Diotima a la que envía cartas, lucha por la independencia de Grecia con la utopía de crear una sociedad de hombres libres en comunión con la naturaleza. Decepcionado con sus compañeros, intenta morir en la batalla y, al no conseguirlo, regresa a casa, donde descubre el fallecimiento de su amada.
El Drama Romántico
El drama romántico reaccionó contra el teatro clásico francés y la comedia burguesa ilustrada. Es un subgénero que se caracteriza por:
Predilección por el Drama Histórico
Se sitúa la acción con frecuencia en la Edad Media como en Guillermo Tell de Schiller o Los amantes de Teruel de Hartzenbusch; o en el siglo XVII como en Don Álvaro o la fuerza del sino o Cronwell de Víctor Hugo). Numerosos dramas se desarrollan en España que para los escritores de otros países era un ámbito sugestivo y exótico (así, Hernani de Víctor Hugo que narra los trágicos amores de doña Sol, una noble prometida en matrimonio con su tío, y Hernani, un joven proscrito, todo ello situado en tierras aragonesas).
Personajes Misteriosos y Rebeldes
El héroe es un hombre de origen incierto o cuya verdadera identidad se oculta (por ejemplo, en El trovador de García Gutiérrez o la ya citada Hernani), que lucha contra la opresión, la injusticia o el destino. En su peripecia, experimenta un amor puro hacia una mujer fiel y angelical.
Desenlace Trágico
Incluye con frecuencia el suicidio de los protagonistas (Don Álvaro, que se precipita por un barranco; Hernani y su amada, que ingieren veneno…) o el crimen (el más impactante se da en Fausto de Goethe, drama alemán en el que la protagonista femenina, Margarita, ahoga al hijo que ha tenido con el propio Fausto).
Ruptura de las Reglas de las Tres Unidades
La exaltación de la libertad creativa y la influencia de Shakespeare y Calderón tienen como consecuencia el quebrantamiento de las unidades de lugar, tiempo y acción.