La fraseología es la rama de la lingüística que estudia las frases, los refranes, los modismos, los proverbios y otras unidades de sintaxis total o parcialmente fijas en la lengua. Para la fraseología, el problema que se plantea es el de saber cuándo el discurso es repetido y cuándo las unidades son portadoras de unos significados de los que debe dar cuenta el diccionario. Para la enseñanza del español, el problema se complica porque los diccionarios que manejamos no contienen todas las expresiones fijas. Su enseñanza no puede hacerse de manera descontrolada, y deberá efectuarse con las pertinentes cautelas y advertencias a los alumnos para que no saquen la idea de que con su uso se dominan los medios de expresión; no es así, y podemos desfigurar la lengua. Por otro lado, pese a ser memorizadas, pueden presentar variaciones por parte del hablante con el fin de dar expresividad a su discurso, de manifestar capacidad creadora, de jugar con las palabras o las ideas, etc., con lo que al enseñarlas debemos decir a nuestros alumnos cuál es la forma fijada, y qué cambios pueden encontrarse. Las unidades pluriverbales se presentan en cualquier nivel de la lengua, por lo que debe conocerlas el alumno para facilitar su comunicación diaria, pues no es igual su presencia en la lengua hablada que en la lengua escrita.
Fórmulas Rutinarias
Hay un tipo de unidades multiverbales que deben formar parte de la enseñanza por las importantes funciones comunicativas que cumplen, especialmente en la lengua hablada. Son las fórmulas rutinarias que empleamos de modo habitual en el discurso, y las hay de dos tipos: fórmulas discursivas y fórmulas psicosociales.
Fórmulas Discursivas
Las fórmulas discursivas son las que permiten establecer la comunicación, y organizar y mantener el discurso; son de dos tipos:
- Fórmulas de apertura y cierre (empleadas para establecer la conversación o cortarla): ¿Cómo estás?, Hasta mañana, etc.
- Fórmulas de transición (empleadas para establecer los turnos, interrumpir al hablante y, en definitiva, para mantener la conversación): Tú me entiendes, Eso es, etc.
Fórmulas Psicosociales
Las fórmulas psicosociales son las que nos valen para fijar y acondicionar las relaciones sociales entre los participantes en la conversación, y para mostrar las actitudes del hablante. Sus tipos son:
- Fórmulas expresivas:
- De disculpa: Lo siento
- De consentimiento: Con mucho gusto.
- De recusación: Ni se le ocurra.
- De agradecimiento: Muchas gracias.
- De réplica: De nada, No las merece.
- Para desear suerte: Suerte y al toro.
- De solidaridad: Lo siento.
- De insolidaridad: ¿Y a mí qué?, ¡Allá él!
- Fórmulas comitivas (que encierran una promesa o una amenaza): Te vas a enterar.
- Fórmulas directivas (las que sirven para que el oyente se implique en la conversación):
- De exhortación: ¿En qué piensas?
- De información: ¿Qué te pasa?
- De ánimo: No te pongas así.
- Fórmulas asertivas (no implican ni al hablante ni al oyente):
- De aseveración: Lo que oyes.
- Emocionales: ¡No te joroba!
- Fórmulas rituales (sirven para abrir y cerrar la conversación):
- De saludo: Buenos días.
- De despedida: ¡Hasta luego!
- Fórmulas variadas: Al agua, patos.
Las Colocaciones
No todas las combinaciones de palabras que podemos encontrar están fijadas, sino que hay algunas cuyo significado podemos deducir a partir del que tienen sus unidades constituyentes, por lo que habitualmente no se consideran como unidades fijadas sino que la moderna lingüística viene llamando colocaciones. Se definen como colocación las “las unidades fraseológicas formadas por dos unidades léxicas en relación sintáctica, que no constituyen por sí mismas actos de habla ni enunciados; y que, debido a su fijación en la norma, presentan restricciones de combinación establecidas por el uso, generalmente de base semántica: el colocado autónomo semánticamente (la base) no solo determina la elección del colocativo, sino que, además, selecciona en éste una acepción especial, frecuentemente de carácter abstracto o figurativo “, por ejemplo: armar una bronca (jaleo), etc. Por su carácter habitual, los alumnos deberán ir aprendiéndolas. Cuando les enseñemos las palabras no debe sacar el alumno la idea de que esas son las únicas posibilidades combinatorias, sino que esas son las más frecuentes y les servirán para entender lo que les dicen y para expresarse mejor.
El problema que se nos plantea es el de saber cuáles son esas combinaciones, pues en los diccionarios no aparecen sino cuando están fijadas. A falta, pues, de la ayuda que nos podrían proporcionar los diccionarios, tendremos que acudir a los corpus lingüísticos y a las concordancias realizadas a partir de corpus o de textos.
Así, por ejemplo, si miramos en un corpus, veremos que la palabra viaje suele construirse con la preposición de y otro sustantivo, dando lugar a combinaciones como viaje de bodas, viaje de novios, negocios,…; cuando lleva un sustantivo en aposición como viaje relámpago y viaje submarino; precedido de la preposición de como agencia de viajes, gastos de viaje, etc.