Medios de Comunicación en el Siglo XIX
En el siglo XIX comienzan a circular en Inglaterra publicaciones periódicas, que más tarde también se publican en España con la denominación de Mercurios o Gacetas (por el dios mitológico). Estas eran muy variadas y hablaban de diversidad de temas. Los ingleses son los primeros en redactar manuales de periodismo, y por tanto, los primeros en publicarlos. En ellos hablaban de los «mass media» (medios de comunicación de masas) y de tres grandes bloques: información, opinión y propaganda. Cada uno tiene sus diferentes géneros: informativo, de opinión o crítica y propagandístico.
Géneros Informativos
Noticia: género estrella del bloque informativo. Tiene carácter de urgencia, ya que la rapidez en publicarla ilustra al medio. La noticia ha de ser objetiva e ir precedida de un lead o cabecera destacado tipológicamente. Debe ser breve y muy condensada, pero abarcar todo el contenido, ser original y eufórica. Después, el periodista se limitará a ordenar en orden descendente la importancia de los hechos. Se aceptará cierto grado de manipulación periodística, ya que este es un filtro de los hechos. La noticia responde a las 5W (what, where, why, which, when).
Reportaje: estructuralmente es igual a la noticia, es decir, posee un lead y un cuerpo lingüístico. La diferencia surge porque el reportaje no tiene el carácter de urgencia de la noticia, pero en cambio, el periodista va al lugar de los hechos, habla con las fuentes y confecciona un material gráfico. Este posee igual importancia o más que el material lingüístico. Se valora igual la imagen que el cuerpo lingüístico.
- Tipos de reportaje:
- De acontecimientos: sobre hechos que han sido noticia recientemente.
- De acción: (puede coincidir con el de acontecimientos) pero este se da cuando el periodista va a un escenario de riesgo o pone en peligro su vida.
- De citas/entrevistas: se puede dar de dos formas:
- Simple: pregunta-respuesta.
- Libre: se confecciona con total libertad, puede haber descripción, narración, diálogo…
Crónica: es un género híbrido, mezcla información y opinión, pero no siempre al 50%, por eso hay crónicas predominantemente informativas y otras críticas. Su amplitud temática es total: crónica social, política, de costumbres, de sucesos, deportiva, taurina… Tradicionalmente, la crónica viene acompañada de grabados o huecograbados, es decir, es común que incluya croquis, dibujos, ilustraciones. La crónica es el género más literaturizado del periodismo, en él, el periodista se puede permitir hacer literatura. Por eso hay cronistas célebres (Azorín, Unamuno, Vargas Llosa). La crónica es un género muy personal, por eso el cronista se convierte en un personaje conocido y cercano. La crónica es el género típico del periodismo latino, no se da en el periodismo anglosajón. Aquí, el periodista da un enfoque muy personal para comentar los hechos que han ocurrido o bien que vayan a ser realizados por el propio escritor.
Géneros de Opinión
Artículo editorial: artículo principal de un periódico. Teóricamente lo redacta la mesa de redacción, pero en la práctica lo redacta el propio director, algún periodista especializado en el tema o bien un equipo designado por el director. Normalmente, va en las primeras páginas del periódico. Lleva un titular y tiene una extensión variable, que dependerá de la importancia del tema. Tiene que ir en consonancia con la editorial del periódico y canalizar la opinión de los lectores. Ha habido editoriales famosas que han pasado a la historia del periodismo como “J’accuse” de Émile Zola, donde denuncia el crimen de estado.
Artículo de opinión: exposición subjetiva que, desde el punto de vista personal del autor y generalmente redactado en primera persona, trata de un tema de cualquier naturaleza. Estructuralmente es igual al ensayo, diremos que algunas colecciones de artículos de opinión son libros de ensayos. El origen lo dio Montaigne con “Les essais”, donde habla de la amistad y los sentimientos. En el terreno periodístico se han publicado artículos de opinión por varios escritores famosos: Azorín, Vargas Llosa… La sección «cartas al director», en verdad, es un artículo de opinión de los lectores de un periódico. De hecho, bajo la ley de prensa, son tratados como tal y el responsable legal del contenido es el propio escritor, por eso va con nombre, DNI y firma. El hilo conductor es el «yo», su extensión es variable, aunque suele ocupar el mismo espacio. El articulista no tiene por qué ser un periodista de plantilla, puede ser un pensador, filósofo…
Género Publicitario
Este bloque abarca todo tipo de mercadotecnia, también denominada “marketing”. Este bloque nace con intención proselitista (ganar afiliados). Desde sus comienzos, se han ido refinando con los nuevos avances de la tecnología, abarca desde el boca a boca (relaciones públicas), que consiste en crear un clima de simpatía entre marca y público, hasta procedimientos más sofisticados: spots por fases, crear dependencia psicológica… La publicidad recurre al efecto shock o sorpresa para reclamar la atención del receptor. A veces, recurre a figuras literarias (retóricas) en sus mensajes icono-gráficos (texto-imagen), donde el texto puede ser oral o escrito y el icono solo puede ser escrito. El lenguaje publicitario utiliza un lenguaje desviado del común, donde hay abundancia de verbos, adjetivos fuertemente seductivos, un lenguaje connotativo e imágenes muy seductoras. Seleccionan al receptor para adecuar el mensaje. Utilizan nombres de marcas breves, fáciles de memorizar y que provoquen emoción/afinidad en el receptor. A veces utilizan acrónimos (palabras formadas por siglas de fuerte poder evocador).
Evolución de la Lengua Española
Orígenes y Romanización
En la prehistoria, la Península Ibérica estuvo poblada por dos grupos humanos que no tenían sentido de pueblo para defender a familiares, habitaban en cuevas, eran aficionados a las danzas y tenían sus propios ritos, costumbres y ceremonias. Estos grupos tenían muy poco contacto entre ellos y les separaba una franja imaginaria en el centro peninsular: grupo humano cántabro (norte) y grupo humano mediterráneo (sur). La prolongación natural del grupo humano cántabro fue el pueblo vasco y la prolongación del grupo humano mediterráneo fue el grupo íbero. Siglos más tarde se produce la invasión céltica. En los terrenos de la actual Huelva y Extremadura existía un pueblo fantasma, el pueblo tarteso, emparentados con los etruscos (grandes guerreros del Imperio Romano). Desaparecen los tartesos y luchan por ese hueco fenicios y griegos. Finalmente, vencen los fenicios y los griegos se retiran a levante a los territorios de la Comunidad Valenciana, por eso abunda la tipología de gentes en Valencia. En el centro peninsular, existía un grupo llamado I গুরু.
Conclusión: desde el origen no ha existido unidad lingüística en la península, siempre han convivido varias lenguas.
En el 218 a.C. se inicia un proceso denominado romanización, a través del cual la península se incorpora a la lengua y a la cultura de Roma. El imperio se consolida en el siglo V con Augusto y es cuando consigue su máximo esplendor.
Edad Media y Reconquista
En el 476 d.C., con la caída del Imperio Romano, llegan tres tribus a España: suevos, vándalos y alanos, cuyas fronteras internas determinan la evolución del latín vulgar en la península. Once años después aparece la tribu godo, que es aceptada como la más prestigiosa de la península y que manda sobre las demás: los visigodos. Más adelante, nos encontramos con una España hispano-goda centrada en Dios y en el cristianismo. Nos encontrábamos con una tranquilidad política total cuando se produce la mayor invasión a la península: los árabes. Cuya presencia dejó huella en el campo semántico de la agricultura, la guerra y la construcción, con la introducción de palabras nuevas.
En 1492 ya se puede hablar de Reconquista y de los reinos taifas en función de los intereses familiares. Una vez tomada Granada, es repoblada por vascos y gallegos, por eso se explica la toponimia (nombres de pueblos).
Siglo de Oro y Neoclasicismo
Lope de Vega, Tirso de Molina, Quevedo y Calderón suponen la gloria de las letras del castellano y su periodo de apogeo literario que consideramos periodo clásico, periodo de mayor auge en cuanto a la lengua, periodo de esplendor, Siglo de Oro; pero no es un siglo, son casi dos siglos.
En el siglo XVIII, no vuelve la gloria con los antiguos clásicos. El Neoclasicismo considera que hay que buscar las fuentes en el latín y el griego, periodo de la Ilustración basado en el racionalismo (movimiento literario que hace uso de la razón dejando a un lado los temas más filosóficos). La Ilustración y el respeto por los romanos y griegos hace que se cree la literatura docere et delectare (deleitar y enseñar), aprovechando que esto significa que lo que se pretendía era escribir cosas que le gustasen al pueblo para educarles. Buscan el practicismo en la literatura, una literatura práctica que enseñe a la gente analfabeta. Jovellanos con “La Raquel” civiliza al pueblo español educándolo a que sea más higiénico, educado y respete a los demás. El lema de la Ilustración: “todo para el pueblo, pero sin el pueblo”. Literatura práctica que se queda con la forma de “El sí de las niñas” y “El arte de las putas”. La poesía es naturalista, habla de la belleza manierista vacía de contenido sentimental. A finales de siglo aparece Cadalso con “Noches lúgubres” y se anticipa 30 años a lo que va a ser el movimiento del Romanticismo, porque está inspirada en “Noches tristes” de Young.
Siglo XIX: Romanticismo y Realismo
En el siglo XIX es la explosión romántica. Con el exilio, los liberales toman contacto con el Romanticismo inglés, entran en contacto con las figuras del poeta Shelley, Mary Shelley y Frankenstein. Entre los grandes románticos, destacan:
Espronceda: con siete años se metió en una sociedad secreta, a los once estaba afiliado a un partido republicano prohibido. Y es uno de esos liberales que se va a Inglaterra. Cuando vuelve a España escribió “La canción del pirata”, “El diablo mundo” (obra sin acabar). Y en el segundo Romanticismo, con un tono más dulce y melancólico, ”La desesperación”.
Bécquer y Rosalía de Castro destacan en el posromanticismo.
Larra: destaca con su prosa. Su padre (un afrancesado médico conocido que admiraba la cultura francesa) debe ir a Francia, donde viven en la zona de Biarritz y se establecen en París. Cuando el rey Fernando VII perdona a los liberales y les deja volver a España, él hablaba francés y un mal español, por lo que se propuso escribir el mejor español y funda el periódico “El pobrecito hablador”, donde empieza a escribir artículos temidos por los políticos bajo la firma de Fígaro. Luego escribe en “El duende” “Vuelva usted mañana” (prosa periodística). En su entierro, un niño llamado Zorrilla lee sus poemas y empieza a renacer el Romanticismo.
Benito Pérez Galdós: gran prosista, escribió “Fortunata y Jacinta”, “Episodios nacionales” y “Doña Perfecta” (simbolismo en los nombres que utilizó que hacen honor a la psicología del personaje). Era canario, no le gusta el derecho y se pone a escribir para un periódico.
Instituciones Lingüísticas y Lenguas Cooficiales
En 1713, se funda la Real Academia Española (RAE) y el Marqués de Villena se da cuenta de que los ingleses han hecho un diccionario y que si ellos tienen a Shakespeare, nosotros tenemos a Cervantes. La primera edición en 1726 era un diccionario de autoridades bajo el lema “Limpia, fija y da esplendor”.
En el siglo XIX se fundó el IEC (Instituto de Estudios Catalanes) y fijan la gramática del catalán tras un movimiento catalán, la Renaixença. En Galicia, nace un movimiento paralelo que trata de imitarlo con el Rexurdimento.
En el siglo XX, con la Guerra Civil, se prohíbe escribir en gallego, catalán y vasco como lenguas literarias.
En 1978, la Constitución Española establece el castellano o español como lengua oficial (es aquella en la que están redactadas las leyes de un país y las demás lenguas serán cooficiales en sus respectivas comunidades autónomas). La Constitución dice que hay que aspirar al bilingüismo, dos lenguas que conviven en armonía en el mismo espacio geográfico y que no se rivalizan entre ellas, los hablantes las respetaban: por ejemplo, en Bélgica había germano-parlantes y franco-parlantes. Pero en España eso está muy lejos.