Modernismo y Generación del 98 en la Obra de Valle-Inclán: Evolución Estética y Compromiso Social

Introducción

Modernismo y Generación del 98 comparten la búsqueda de un lenguaje literario diferente, más claro, preciso y bello, así como un espíritu de protesta y un profundo amor al arte. Sin embargo, se diferencian en que los modernistas buscan ante todo la belleza y los valores estéticos del lenguaje dentro de una concepción revolucionaria de la vida, bohemia y elitista. Los autores del 98, por otro lado, buscan ante todo la verdad, aunque también cuidan la belleza de su prosa. Ellos son los preocupados por el “problema de España” (los modernistas se evaden) y pretenden regenerar la vida pública de un país atrasado cultural y políticamente.

Valle-Inclán: Del Modernismo al Compromiso Social

A finales del siglo XIX, Valle-Inclán cultivó una literatura modernista, de carácter evasivo. Pero los acontecimientos políticos en España marcaron su trayectoria ideológica. A principios del siglo XX, mostró una actitud comprometida con las causas populares, lo que supuso un acercamiento a las preocupaciones y al sentido crítico propios de la Generación del 98.

El Valle modernista aparece en Femeninas, con seis mujeres independientes que luchan por la libertad de su vida amorosa. Pero su obra más importante dentro del modernismo son las Sonatas, cuatro novelas cortas cuyo protagonista es el marqués de Bradomín, un don Juan “feo, católico y sentimental”. En estas novelas, Valle sustituye la reproducción de la realidad por un mundo de misterio, erotismo y fantasía. El Modernismo propugnaba una evasión de la sociedad burguesa hacia tiempos pasados y espacios de ensoñación. Y, de alguna manera, su adscripción al carlismo, movimiento político tradicionalista y antiburgués, puede entenderse como otra forma de escapismo (político).

Sin embargo, su experiencia como corresponsal de guerra durante la Primera Guerra Mundial le provocó un giro radical: se sigue oponiendo a la sociedad burguesa, pero esta vez lo hará desde posiciones muy críticas. La deplorable realidad de la España de su tiempo y su experiencia en la guerra hacen que Valle se aproxime a las ideologías reformadoras de la Generación del 98.

Desde esta nueva postura no evasiva, Valle aportará a la Generación del 98 una forma crítica de reflejar España: el esperpento. Es la respuesta ética y estética de Valle que refleja y denuncia la realidad miserable y deformada de la España de los años 20 y 30.

Modernismo y Generación del 98 en Luces de Bohemia

En Luces de Bohemia aparecen tanto el Modernismo como la Generación del 98. En cuanto al Modernismo, aparece en esta obra el París de la bohemia visto con nostalgia. Además, su riqueza lingüística, con una gran variedad de registros: el lenguaje pedante o cursi, el uso de frases literarias alterna con el desgarro coloquial y vulgarismos, junto con el léxico y los giros del habla madrileña castiza. Sin embargo, esta obra constituye el adiós definitivo de Valle a la estética modernista y a la bohemia heroica. El mismo significado de despedida tiene la aparición de Rubén Darío, con el que Max evoca la bohemia parisina, y el marqués de Bradomín (protagonista de la obra modernista de Sonatas) cogidos del brazo acudiendo al entierro de Max. Esta escena representa la muerte de la bohemia, del modernismo. Valle-Inclán es consciente de la decadencia modernista. Don Latino, por ejemplo, es un golfo buscavidas que no tiene nada de heroico, y los “modernistas” son unos aficionados que juegan a ser poetas rebeldes cuyo trabajo será olvidado rápidamente. Max se contagia de la degradación del modernismo aceptando el dinero que le ofrece el ministro.

Respecto a las características de la Generación del 98, está el tema de España. La preocupación por la mala política y la miseria económica y moral del pueblo español están presentes en toda la obra. Destaca también la intrahistoria. Los autores del 98 tienen la necesidad de fijarse en la vida cotidiana de sus gentes para entender sus características y sus exclusivas peculiaridades en contraste con el lujo de los poderosos. Max Estrella muere de frío, dolor y angustia ante una vida miserable y sin sentido. También se relaciona con el 98 la renovación literaria experimental que intenta superar el estancamiento de la tradicional comedia burguesa. Los autores del 98 tienen también una gran riqueza verbal y expresiva en las acotaciones.

Evolución de la Obra de Valle-Inclán y Luces de Bohemia

Introducción

Ramón María del Valle-Inclán (Villanueva de Arosa, 1866 – Santiago de Compostela, 1936) tuvo una vida excéntrica y aventurera, que desarrolló en Galicia, Madrid e Hispanoamérica. Llevaba una vida bohemia y una apariencia estrafalaria. Su obra es una de las más complejas de las primeras décadas del siglo XX, y es difícil de clasificar en los movimientos artísticos en que surge. Valle está en constante renovación estética y formal, que reacciona siempre contra el arte convencional burgués. Se observa su evolución desde el Modernismo a una lectura crítica, basada en la preocupación por los aspectos sociales y conflictos de la época, propia de la Generación del 98.

Etapa Modernista (hasta 1906)

La producción clave de esta época son las Sonatas, cuatro novelas: Sonata de otoño (1902), Sonata de estío (1903), Sonata de primavera (1904) y Sonata de invierno (1905). Son las supuestas memorias del Marqués de Bradomín. Es la exaltación del mundo decadente, pero con rasgos de elegancia y provocación. Su prosa es rítmica, refinada, rica en efectos sensoriales. También da sus primeros pasos como dramaturgo, en 1908 con El yermo de las almas y en 1903 con Tragedia de ensueño.

Etapa de Transición (entre Sonatas y los Esperpentos)

Empieza a usar un estilo más personal. Rompe con el modelo convencional mediante una vuelta al mito y a la historia, la creación de nuevos espacios dramáticos, y personajes que encarnan los impulsos más primitivos del ser humano, violentos y tiránicos. Inventa un lenguaje dotado de una fuerza dramática que ningún autor había empleado nunca. Tiene además un lenguaje simbólico, metafórico y sentencioso. Sus acotaciones son muy extensas. Las novelas que destacan son:

  • La trilogía de Comedias Bárbaras (Águila de Blasón, Romance de Lobos y Cara de Plata), que muestra la vuelta al mito. Enseñan una Galicia mística y misteriosa y representan el fin de la nobleza feudal y de sus valores.
  • Las novelas de la guerra carlista, donde la evolución estilística se acentúa, y son el ejemplo de la vuelta a la historia. Destaca el heroísmo romántico de las partidas carlistas y la brutalidad de la guerra. Destacan en el estilo los mismos contrastes, el lenguaje refinado de los Modernistas contra otro desgarrado y bronco, acentuado por un léxico rústico.

Etapa de los Esperpentos

Destacan la trilogía de Martes de Carnaval (Los cuernos de don Friolera, Las galas del difunto, La hija del capitán) y Luces de Bohemia (1920). Aparece ya una visión degradada, fría y deformada de la realidad y de la condición humana. Los personajes son marionetas grotescas. La estética implica la mezcla de lo cómico y lo serio, lo sublime y lo vulgar; la concepción de los personajes como títeres. Se hacen múltiples referencias a varias tradiciones literarias: tradición celestinesca, el entremés, teatro de títeres, parodias de géneros, etc. La intención del autor es llegar a una “superación del dolor y de la risa” y mostrar lo absurdo, el “sentido trágico” y su disconformidad con la vida española de su tiempo. Luces de Bohemia se basa en la distorsión de la realidad y la parodia de los modelos clásicos, así como en la creación de un lenguaje donde lo sublime y lo vulgar conviven en partes iguales. Max Estrella emprende una particular odisea que no se desarrolla en los míticos escenarios clásicos, sino en los espacios más sórdidos de una nación sumida en una miseria física y moral. Y es que, como afirma el propio Max, “España es una deformación grotesca de la civilización europea”.

Conclusión

Valle-Inclán vive en una de las épocas más revulsivas y dramáticas de la historia de España y Europa. Su actitud fue siempre de compromiso y denuncia. Para representar esta realidad, Valle crea el esperpento, una nueva técnica que distorsiona la imagen que tiene de la realidad para mostrar su verdadero rostro: la grotesca y absurda vida española contemporánea.

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