Tipos de Amor en la Novela
El eje central de la novela *El amor en los tiempos del cólera* lo configura el triángulo amoroso de Juvenal Urbino, Florentino Ariza y Fermina Daza. Teniendo en cuenta que el amor es el tema central, podemos clasificar a los personajes según su forma de entender y vivir este sentimiento.
El Amor Romántico y Apasionado
Como principal representante del amor romántico y apasionado se sitúa Florentino Ariza. Es un enfermo de amor cuyo sufrimiento le ocasiona síntomas similares a los del cólera: cólicos, fiebre, etc. Toda su vida la pasa obsesionado con Fermina y no se enamora de ninguna otra mujer, a pesar de las múltiples amantes que pasan por sus brazos. Cuando finalmente ella queda viuda y consigue que acepte sus cartas, se vuelve más racional en sus palabras y le ofrece el amor tal y como ella lo necesita.
Fermina Daza también es víctima de este amor al principio de la relación con Florentino, pero ese sentimiento desaparece cuando regresa del «viaje del olvido» y será medio siglo después cuando lo retome de una forma más racional y madura. La relación final entre ambos se caracteriza por un ultrarromanticismo basado en la entrega total del uno hacia el otro.
Además, hay personajes que creen y luchan por este amor romántico como:
- Tránsito Ariza y la tía Escolástica, quienes son cómplices de la relación clandestina de Florentino y Fermina.
- Hildebranda, que es víctima de un amor imposible.
- Leona Cassiani, enamorada toda su vida de Florentino y casi como una esposa para él, que le ayuda en los malos momentos.
- América Vicuña, que se suicida al descubrir las cartas de Florentino a Fermina.
- Jeremiah de Saint-Amour, cuya historia alude a la pareja de ancianos.
- El hijo de Fermina, que verá con buenos ojos la nueva relación de su madre.
El Amor Conyugal y Formal
En representación del amor conyugal-formal, basado en el matrimonio y en la obsesión por el aparentar y el «qué dirán», encontramos a Juvenal Urbino. Cuando conoció a Fermina no le causó gran impacto, pero terminan casándose tres años después, por interés de ambos. El concepto que tiene él del amor está basado en la estabilidad, concepto al que ella se irá resignando poco a poco, convirtiéndose en una pareja modelo de puertas para afuera, pero infeliz en el interior. Quizás esto provoca que el doctor tenga un idilio con Bárbara Lynch, por la que sí pierde la cabeza, aunque finalmente la deja para evitar un escándalo, costándole una separación de dos años que hace peligrar su matrimonio.
También se desata un rumor de una relación con Lucrecia, amiga de su mujer. Como defensores de este amor aparecen:
- Lorenzo Daza, que hará todo lo posible por separar a su hija de Florentino y casarla con Juvenal.
- La madre superiora, que descubre las cartas y luego intenta convencer a Fermina para que acepte al doctor.
- El obispo, que hace de mediador entre Fermina y Juvenal cuando se separan.
- La madre de Juvenal, que convive con el matrimonio y se muestra dominante y controladora hacia Fermina.
- La hija de Fermina, que intenta impedir que su madre inicie la relación con Florentino.
Los Amores Clandestinos
Por último, encontramos los amores clandestinos, basados en el sexo. Su función es llenar el vacío que Florentino siente por no estar con Fermina. Sus amantes más significativas son: Rosalba, la viuda de Nazaret; Sara Noriega, joven que escribe versos; y Olimpia Zuleta. También Lotario Thugt se caracteriza por la búsqueda del amor carnal y meramente sexual. El alemán, mujeriego que regenta un hotel de paso, intentó iniciar a Florentino con las mujeres sin éxito, aunque sí lo visitaba a veces para leer y escribir versos.
La Muerte y el Amor
El narrador sabe que el amor auténtico está asociado a la idea de la muerte y que esta es intransigente y severa, nos recuerda al que canta Quevedo en su espléndido soneto «Amor constante más allá de la muerte». *El amor en los tiempos del cólera* puede describirse como una novela de amor, pero también de muerte, por el significativo hecho de que el relato se abra con un suicidio y termine con otro. Tras la muerte surge el amor, con la muerte de Juvenal.
El amor que se profesan de jóvenes Florentino y Fermina viene a ser, en principio, un amor fervoroso y lleno de misterios, pero la atracción que existe entre ellos quedará truncada de un plumazo tras el «viaje del olvido». Queda perturbado por los efectos de un torbellino apasionado y siempre vivirá ungido por los estigmas del recuerdo. No provoca una retirada resignada del amante poeta; por el contrario, toma la determinación de que, tarde o temprano, Fermina será suya. El dolor que se instala en el corazón de este es tan grande que hasta el violín con que da la serenata, los perros y el paisaje se contagian de pena y silencio.
El desmedido amor de Florentino, la idealización de la amada y su baja autoestima (nunca deja de pensar en la amada) convierten a aquel en un Quijote del amor. Y a través de la música expresa sus mensajes amorosos y confidenciales.
El Amor como Sentimiento y como Meta
Es proverbial el sentido de la lealtad que demuestra Florentino Ariza hacia la figura de la amada y hacia sus propios sentimientos. Este sentimiento llega hasta la extravagancia y lo cómico, como comprar el espejo del mesón solo porque había visto reflejada en él a Fermina Daza.
El Amor sin Amor o Amor de Paso
Florentino Ariza llega a instruirse en lo que el propio narrador denomina «la milonga del amor sin amor». Al llegar a la conclusión de que nada puede hacer contra la firme e inesperada decisión de Fermina, comienza una serie de aventuras amorosas que servirán de bálsamo contra los estragos del desaire. La fórmula consistirá en la sustitución del amor lírico por el amor de cama.
El Amor Conyugal de Juvenal y Fermina
Juvenal Urbino, más que enamorado de ella, queda deslumbrado por los encantos de Fermina Daza y comienza así una vida matrimonial escasa de emociones y vacía de profundos sentimientos líricos, reverso de lo que podría haber sido la de Florentino y Fermina. Ambos esposos viven un amor domesticado, una felicidad resignada y cómoda. Juvenal Urbino le declara a su mujer, segundos antes de su muerte: «Solo Dios sabe cuánto te quise».
La Muerte como Elemento Transformador
La muerte adquiere una importancia capital porque supone el acontecimiento narrativo que modifica el rumbo de los hechos. La muerte de Juvenal es la gran muerte de esta novela, la «muerte de las muertes». También hay muertes absurdas como la de Olimpia Zuleta, o tranquilas como la de Tránsito, o violentas como la de los muertos desde el globo. Las dos muertes más contundentes de la novela son la de Jeremiah de Saint-Amour y la de América Vicuña.