Recorrido por la Poesía Española desde 1936 hasta Hoy

Evolución de la Poesía Española: De la Guerra Civil a la Actualidad

La poesía desde 1936 hasta la actualidad: La Guerra Civil, que se desarrolló entre 1936 y 1939, supuso un corte dramático en la vida de España. El triunfo de Franco en la contienda sumió al país en una dictadura que se prolongó hasta 1975. Un periodo que se caracterizó por el atraso y la falta de libertad.

La poesía, que había iniciado un proceso de rehumanización tras 1927, refleja muy bien las preocupaciones de esta época. Se caracteriza por el interés por el hombre como tema poético, las preocupaciones existenciales y los problemas de la sociedad.

Al igual que sucedió con otros géneros, la Guerra Civil supuso un corte brutal en la trayectoria de la creación poética. Hay que señalar por un lado, la poesía española del exilio, y, por otro la figura singular de Miguel Hernández.

La Poesía del Exilio y Miguel Hernández

La lista de poetas que salieron al destierro es muy larga: Antonio Machado, poetas de la “generación del 14” como León Felipe y Juan Ramón Jiménez, y casi todos los poetas del grupo del 27. Rasgos comunes a tales autores son el tema de la patria perdida, la percepción de la lucha, las imprecaciones contra los vencedores, el tono desesperado y amargo, la dolorida nostalgia y las preocupaciones humanas. En el estilo no se puede señalar afinidades suficientes, sino que siguen caminos muy variados.

Miguel Hernández tuvo una vida trágicamente truncada por las secuelas de la guerra. Su obra sirve de puente entre dos etapas de la poesía española. De una parte se le considera epígono de la generación del 27 y de otra se le incluye en la generación del 36. Su tono humanísimo y sus palabras salidas directamente del corazón son sus características. Escribe Perito en lunas y El rayo que no cesa, con el que alcanza la plenitud poética, Viento del pueblo, poesía comprometida, y Cancionero y romancero de ausencias centrado en el amor.

La Generación del 36: Poesía Arraigada y Desarraigada

En los años 40 y 50 encontramos a coetáneos de Miguel Hernández a los que se suele agrupar bajo el nombre de generación del 36. Los que siguen en España se orientan en dos caminos. Por un lado, se cultiva la poesía arraigada, la creencia en la organización de la realidad, agrupados en torno a la revista Garcilaso, con afán optimista de claridad, perfección y orden. Se caracteriza por las formas clásicas, los temas religiosos y tradicionales. Destacan autores como Luis Rosales y Leopoldo Panero.

Por otro lado, se desarrolla la poesía desarraigada, para la que el mundo es un caos, una angustia, lejos de la serenidad. Agrupados en torno a la revista Espadaña se encuentran Dámaso Alonso con Hijos de la ira, Victoriano Crémer y Eugenio de Nora.

El Realismo Social y Nuevas Voces Poéticas

Hacia 1955 se consolida el llamado realismo social. De esa fecha son Pido la paz y la palabra de Blas de Otero y Cantos iberos de Gabriel Celaya. Ambos superan la anterior etapa de angustia existencial para situar los problemas humanos en un marco social. Los nuevos poetas están acompañados por Vicente Aleixandre que escribe Historia del corazón. El poeta se hace solidario y antepone a las metas estéticas los objetivos más inmediatos. La poesía es un arma para transformar el mundo. En la temática destaca el tema de España.

Durante los años del realismo social se observaban otras corrientes poéticas. José Hierro y José María Valverde, aunque presentan tintes sociales, no pueden encasillarse en esa tendencia. Aparecen poetas nuevos que superan la poesía social. No puede decirse que formen grupo, pero presentan rasgos comunes como la preocupación fundamental por el hombre, la huida de todo tratamiento patético, el inconformismo frente al mundo y la poesía de la experiencia personal.

Los Novísimos y la Poesía Contemporánea

En 1970 se publica la antología Nueve novísimos poetas españoles. Todos los incluidos constituyen un nuevo vanguardismo. Son poetas nacidos tras la guerra, que empiezan a escribir en una sociedad de consumo. Aportan nueva sensibilidad. En su bagaje literario figuran poetas ingleses y franceses del siglo XX, especialmente los surrealistas, hispanoamericanos como Vallejo, Neruda y Octavio Paz, poetas del 27 como Cernuda o Aleixandre y otros poetas posteriores. Buscan su inspiración en el cine, la música, los comics, etc. En la temática vemos temas personales, cuestiones públicas, tonos graves, superficiales, lo que importa es el estilo y buscan un nuevo lenguaje.

El final del franquismo supone una cierta frustración para quienes creen que con la muerte del Dictador la literatura conocerá un florecimiento súbito. La tónica general. En 1975, fue la desorientación de los escritores a la hora de buscar salidas al compromiso formalista que había sido la moda de los años anteriores.

Hay que señalar las siguientes tendencias que coinciden con las líneas trazadas por los novísimos, aunque depuradas por una mayor reflexión o madurez, como la poesía experimental, la poesía cultista y el minimalismo.

No podemos terminar sin mencionar los nuevos poetas presentes en las redes sociales, como Defreds, que muestran que la literatura no está al margen de la revolución social en la que nos hallamos inmersos.

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