El Lazarillo de Tormes: Una Crítica Mordaz a la Sociedad del Siglo XVI

El prólogo de El Lazarillo de Tormes se abre con un rotundo «yo». A partir de ahí, la obra narra la historia de un personaje humano, muy lejos de las figuras idealizadas de los relatos de su época. La obra retrata el proceso de aprendizaje de un individuo y, al mismo tiempo, su adaptación a un entorno social complejo, hasta su integración.

La Pérdida de la Dignidad

Pero esa asimilación no se hace sino a costa de la propia dignidad del personaje, que asume las reglas y formas de la sociedad. En el último tratado, conocemos que su prosperidad final solo la alcanza a cambio de su deshonor personal, al consentir las relaciones de su mujer con el arcipreste.

Pero esa indignidad no es exclusiva de él, a quien puede disculparle su pobre y azarosa vida, sino que es común a todos los personajes del libro. Es una aguda y dura crítica de la sociedad, tanto de los comportamientos individuales de los personajes, siempre hipócritas e interesados, como de los valores imperantes.

Honra y Religiosidad: Dos Pilares en Entredicho

Dos valores son el objeto central de la crítica: la obsesión por la honra y la religiosidad. La obra expone la falsedad del sentimiento del honor, que se reduce a la simple apariencia. De igual manera, los clérigos de la novela ejemplifican la falta radical de virtudes cristianas en un mundo al revés, hipócrita y cruel. La mayor parte de los amos de Lázaro son clérigos y todos explotan al muchacho, además de revelar su avaricia, hipocresía y prácticas corruptas.

Una Crítica que Abarca Todos los Estamentos

Si la nobleza y la iglesia son satirizadas, otros estamentos tampoco se libran de la crítica del autor anónimo: la justicia o la vida militar. Frente a una visión idealista del mundo, en El Lazarillo, los valores que funcionan son los más vulgarmente materiales: la ambición, la avaricia, el dinero, el provecho propio, las apariencias, la astucia, el cinismo… Y la deshumanización. El autor de El Lazarillo pone así al descubierto, entre burlas y veras, la realidad cruel de la vida española en el siglo XVI.

El Nacimiento de la Novela Picaresca

El modelo de relato propuesto es tan innovador que resultó difícil de continuar y de asimilar. Casi medio siglo tardará en aparecer la segunda novela picaresca, y no será hasta el siglo XVII cuando la obra del anónimo autor tenga ya numerosa descendencia, consolidando así el género de la picaresca.