Pensamiento, Cultura y Literatura en el Siglo XVIII: Un Recorrido por la Ilustración y sus Manifestaciones

Pensamiento y Cultura en el Siglo XVIII

La Ilustración

Recibe el nombre de Ilustración el movimiento cultural e ideológico que tuvo lugar en Francia, desde donde se extendieron las ideas ilustradas. Se renueva profundamente el pensamiento y la mentalidad a lo largo del siglo XVIII o Siglo de las Luces. Es básico el principio del cuestionamiento del criterio de autoridad y el desarrollo del método inductivo, de la observación y de la experimentación. Ello llevará a desligar ciencia y teología y a criticar numerosos postulados religiosos. La Ilustración se define por el deseo de saber.

Mentalidad ilustrada

  • La ilustración se caracteriza por la confianza en la razón y en la ciencia como fuentes de conocimiento.
  • Confianza en el avance de la ciencia.
  • Defiende la necesidad de la educación como instrumento para transformar la sociedad.
  • En el ámbito político, supone la defensa de los principios de libertad, igualdad y fraternidad entre todos los seres humanos, y la instauración de la democracia, frente a los privilegios que tenían en la época la nobleza y el clero.

Características literarias

  • Didactismo: la finalidad de la literatura es educar al hombre. Se critican las supersticiones y falsas creencias (no apoyadas en la razón).
  • Búsqueda de la verdad, no de la belleza, y de la claridad, que facilite la transmisión de ideas.
  • Predominio de la razón sobre el sentimiento o la imaginación.

Neoclasicismo

Es una corriente artística del siglo XVIII que recupera los cánones clásicos de armonía y equilibrio y desarrolla un arte basado en la razón y en la difusión de las ideas ilustradas.

La Literatura en el Siglo XVIII

Tendencias

  • Postbarroco: así se denomina el estilo cultivado durante la primera mitad del siglo XVIII y que enlaza, formal y temáticamente, con el estilo propio de la centuria anterior. Se imita aún la dificultad barroca y las formas culteranas y conceptistas, si bien ha desaparecido el pesimismo anterior y se observa una visión del mundo más optimista.
  • Rococó: con este término aludimos a un arte juguetón y superficial que aboga por el buen gusto, la coquetería, la gracia y el ingenio. Lo sensual y galante no es ajeno a este estilo. Se trata, en definitiva, de la cara íntima de la Ilustración.
  • Neoclasicismo: es el estilo oficial del Despotismo Ilustrado, y ha sido considerado como el más característicamente dieciochesco. Defiende un arte austero, basado en la imitación de los clásicos (grecolatinos y renacentistas) y la adopción de unas estéticas predefinidas. Por este motivo, las perceptivas literarias se pusieron de moda en un deseo de volver a la literatura clásica. Esto fue especialmente notable en el teatro, donde se aplicó de forma estricta la regla de las tres unidades. La novela (género inexistente en dichas preceptivas clásicas) apenas se cultiva. El más claro exponente del estilo neoclásico es Leandro Fernández de Moratín.
  • Prerromanticismo: presenta una serie de elementos que se escapan del dominio de la razón, y que anuncian la llegada del estilo romántico propio del siglo XIX, si bien nunca se pierde de vista lo racional. De este modo, en ciertas obras observamos una especial atención a lo melancólico, los paisajes nocturnos, el culto a las fuerzas de la naturaleza y los temas fúnebres…En ocasiones, pueden aparecer notas de crítica social y política.

La Prosa Española del Siglo XVIII

Tendencias

  • Publicaciones periódicas: la prensa tuvo la virtud de contribuir a forjar un estilo más ágil y directo, alejándose con ello del retorcimiento expresivo barroco y sirvió de cauce adicional para la difusión de los propios textos creativos. Las revistas especializadas, las misceláneas de curiosidades, los almanaques, calendarios y pronósticos (especie de horóscopos de hoy), la literatura por entregas…
  • Prosa de ficción: es muy escasa en esta época. Aunque continúa existiendo una literatura costumbrista e incluso se publican libros de viajes. Los géneros narrativos aparecidos en el siglo XVIII (novela epistolar-racionalista, novela filosófica, novela libertina, novela gótica) tuvieron escasa repercusión en España, probablemente como consecuencia del control de la producción editorial ejercido por los mecanismos del poder, especialmente por la Inquisición.
  • Ensayo: es el género prosístico más importante del siglo XVIII en España. Por su carácter didáctico, permite presentar un tema o dar una opinión sobre determinado asunto. Este género, que se ajusta plenamente a los presupuestos didácticos y utilitarios de la Ilustración, trajo consigo un nuevo estilo de prosa, caracterizado por ser llano, directo, natural y preciso, sin artificios ni ambigüedades. La prosa ensayística no trata de despertar la emoción del lector, sino que busca la reflexión. El ensayo dieciochesco impulsó el español como lengua de la ciencia y de la filosofía frente al latín, que a pesar de todo, siguió siendo la lengua oficial universitaria hasta 1813.

Autores

  • Diego de Torres Villarroel (se consideró seguidor de Quevedo)
  • José Francisco de Isla
  • Fray Benito Jerónimo Feijoo: fue el iniciador del ensayo, que pronto halló en la prensa periodística su canal idóneo de divulgación.
  • Ignacio Luzán
  • José Cadalso: cultivó diversos géneros literarios, pero es en la prosa donde alcanza sus más altas cotas expresivas.
  • Gaspar Melchor de Jovellanos (algunos de sus escritos políticos han sido reconocidos por su elevada calidad literaria).

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