Música y Literatura: Una Relación de Interdependencia
La música y la literatura forman una relación de dependencia: la música forma parte de la obra literaria y viceversa. No sólo tenemos casos como la ópera o la canción en general, sino también la banda sonora en nuestros días, caso en que la dependencia puede ser la obra original o una transformación musical, relación de dependencia que a veces pasa inadvertida.
La palabra “Romanticismo” nació como un concepto literario y más tarde se trasladó a lo artístico. Una abundantísima obra literaria se produjo en este periodo, y tanto la poesía como el teatro y la novela dieron lugar a inspiradas composiciones de los más relevantes talentos. Podemos encontrar varias formas de composiciones:
- Las que utilizan la fuente literaria de la poesía: el lied.
- Las que utilizan la fuente literaria como prosa o teatro adaptado al libreto: la ópera.
- Las que utilizan la fuente literaria para crear una obra descriptiva: el poema sinfónico.
- Las que utilizan la fuente literaria para representar coreografías: el ballet.
El Lied
Los compositores románticos inventaban continuamente las formas que necesitaban para expresarse y, generalmente, su estructura interna era de una gran sencillez, consiguiendo así comunicar rápidamente con el oyente burgués. Es la forma musical más netamente romántica; se trataba de una canción que ponía en música un breve poema (sin modificarlo) acompañado al piano, intentando expresar con la música el mensaje poético, pero el piano en el lied es tan protagonista como la voz. Hay además un tercer protagonista, el texto poético, pero que está escrito mucho tiempo antes de musicalizarlo, es decir, que no hay colaboración entre el poeta y el compositor. Éste le imprime un sentido extramusical con el que se alcanza la perfección. Se interpretaban en las casas, entre amigos y familiares (rara vez en la sala de conciertos), lo que explica su carácter intimista.
Principales Exponentes del Lied
- Beethoven: Es el primero en componer lieder sobre poemas de Jeitteles, titulando el ciclo “A la amada ausente”.
- Schubert: Es el compositor de canciones más fecundo de toda la historia. Más de 600 salieron de su pluma en su escasa existencia. Es la forma musical en la que se expresa con mayor facilidad. Pone música a poemas de Goethe y Müller, y sus ciclos “La bella molinera”, que narra la vida de los ensueños campesinos, y “El viaje de invierno”, ciclo lleno de desolación y patetismo, donde describe con una intensidad sobrecogedora el eterno caminar por la vida, errantes y sin consuelo. También, de edición póstuma, “El canto del cisne” (título con el que se designa la última actuación u obra de alguien, porque sabido es que el cisne no canta).
- Schumann: Escribe dos ciclos de lieder después de casarse con la pianista Clara Wieck. Como otros ciclos de canciones del período romántico, se basan en poemas de fuerte contenido emocional. “Amor y vida de mujer” y “Amor de poeta”, que junto a los de Franz Schubert constituyen el núcleo del repertorio de la canción de cámara germánica. Ambos ciclos, compuestos para voz con acompañamiento de piano, pueden ser cantados por soprano, mezzosoprano, tenor o barítono. El primero, basado en poemas de Heinrich Heine, y el segundo, sobre textos de Joseph von Eichendorff.
- Brahms: Compuso canciones para voz y piano a lo largo de toda su vida, y es uno de los más importantes representantes de la corriente del lied alemán. Casi todas ellas son canciones sueltas, no agrupadas en ciclos, con excepciones como el ciclo de “La Bella Magelone” o las “Canciones gitanas”. En sus canciones, Brahms utiliza textos muy variados, que abarcan desde poemas de los grandes clásicos alemanes, como Goethe, hasta poetas contemporáneos. Se puede mencionar “Del amor eterno”, la célebre “Canción de cuna”, “Canción de lluvia”, “Nostalgia”, “El ruiseñor”. También compuso una serie importante de Volkslieder o canciones compuestas sobre melodías populares. Una de sus últimas obras son las “Cuatro canciones serias”, sobre textos de la Biblia.
- Mahler: Comenzó a componer lieder en su juventud, época en que conoció a su amigo y también gran autor de lieder Hugo Wolf. Entre otras aportaciones a este género, introdujo el acompañamiento orquestal sustituyendo al piano. Mahler compuso cinco ciclos de canciones para voces solistas con orquesta: “Canciones de un camarada errante”, Kindertotenlieder (“Canciones de los niños muertos”) y “La canción de la tierra”. En el ciclo Kindertotenlieder, sobre poesías de Friedrich Rückert, Mahler se anticipó al cambio estilístico que vendría con posterioridad.
- Richard Strauss: “Los Cuatro últimos lieder” para soprano y orquesta fue la última obra de este compositor; escritas a la edad de 84 años, se consideran el último capítulo de la literatura lírica postromántica.
La Ópera
El sustento de la literatura a la ópera lo tendremos en cuenta en algunas de las más famosas, como las que siguen a continuación, siendo la obra literaria todo el argumento de las mismas, aunque adaptada al libreto.
- Carmen: Es una ópera francesa en cuatro actos con música de Georges Bizet, basada en la novela Carmen de Prosper Mérimée, la cual a su vez posiblemente estuviera influida por el poema narrativo Los gitanos (1824) de Aleksander Pushkin.
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Óperas de Verdi:
- Ernani, basada en la obra de Víctor Hugo, Hernani (1830). El libretista fue Francesco Maria Piave, que posteriormente también realizaría otras muchas adaptaciones literarias para Giuseppe Verdi.
- Giovanna d’Arco. Otro de los libretistas que más trabajó con Verdi fue Temistocle Solera.
- Attila, con libreto de Temistocle Solera, está inspirada en la obra Attila, Koing der Hunnen (Atila, rey de los hunos) de Zacharias Werner (1808).
- Macbeth. Francesco Maria Piave, para escribir el libreto, fue directamente a la obra de Shakespeare, Macbeth (1605), siendo la primera ópera de Verdi inspirada en el escritor inglés.
- Los escritores españoles también figuran entre los literatos que fueron la fuente para crear los libretos de alguna de las óperas de Verdi. Así, en Il trovatore, Salvatore Cammarano tomó la obra El trovador de Antonio García Gutiérrez (1836) para crear el libreto de otra de las grandes óperas verdianas.
- Una de las óperas más famosas, La Traviata, está inspirada en la obra de Alexandre Dumas hijo, La dama de las camelias (1848). Francesco Maria Piave supo crear un libreto muy bien elaborado para poner texto a una de las más bellas composiciones de Giuseppe Verdi.
- Otra vez Antonio García Gutiérrez, con su obra Simón Boccanegra, sirvió a Piave para crear el libreto de la ópera homónima de Verdi.
- Don Álvaro o la fuerza del sino, del español Ángel de Saavedra, Duque de Rivas, fue la obra literaria que inspiró a Francesco Maria Piave para otra de las óperas capitales de Verdi, La forza del destino.
- Las dos últimas óperas de Verdi están inspiradas en el mismo escritor y con el mismo libretista. Estamos hablando de Otello y Falstaff. Arrigo Boito fue el encargado de adaptar la obra de Shakespeare, Otello, para la primera, y Las alegres comadres de Windsor y Enrique IV para la segunda.
- Wagner: Lohengrin (1850) es la tercera de las llamadas por el propio Wagner «óperas románticas», antes de las que definió como «dramas musicales». Las fuentes literarias del libreto, escrito, como siempre, por él mismo, son los poemas medievales del ciclo artúrico, especialmente Parsifal de Wolfram von Eschenbach.
El Poema Sinfónico
Los poemas sinfónicos de Liszt ejercieron una influencia grandísima en los compositores posteriores, como Smetana (“Mi patria”) o Saint-Saëns (“La danza macabra”), Tchaikovsky (“Manfred”) y, más tarde, Richard Strauss con:
- “Muerte y Transfiguración”, sobre un poema de Alexander Ritter.
- “Así habló Zaratustra”, sobre el celebrado poema en prosa de Friedrich Nietzsche.
- “Las travesuras de Till Eulenspiegel”, un cuento infantil transformado por Strauss en una epopeya burlesco-heroica.
- “Don Quijote”, sobre el episodio del ataque a las ovejas del conocido escritor español.
- Y, como no, otro poema sobre el mítico personaje de “Don Juan”.
El Ballet
El compositor más destacado en este campo es, sin duda, el ruso Tchaikovsky, que escribió sus inolvidables ballets “El lago de los cisnes”, “La bella durmiente” y “El cascanueces”, sobre cuentos de August Musäus, los Hermanos Grimm y Theodor Amadeus Hoffmann, respectivamente.